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Política - Opinión
Militante peronista
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Jueves, 17 de noviembre de 2016

Corrientes (17-11-1): Militante es aquel que intenta cambiar el mundo con su ejemplo. Arturo Jauretche. El día del militante fue establecido por el movimiento peronista como recuerdo de aquel en que Perón regresó a la patria luego de 18 años de exilio, el 17 de noviembre de 1972. Este acontecimiento recordado año tras año con actos, solicitadas y homenajes, es bastante conocido por toda la sociedad y especialmente por los peronistas, algunos por haber vivido aquel día y otros, los más jóvenes, como reivindicación de la historia común.
Por German Wiens


Aquel día, la militancia Peronista estaba organizada para ganar las calles, ocupar espacios públicos, tomar los principales servicios, en fin, preparada para una gran batalla cívica que termine con el gobierno militar.

El 15 de noviembre, desde Roma, Perón, preocupado por sus leales, enviaba un mensaje dirigido a todo el pueblo peronista :“Como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora, que dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra”.

A pesar de los cordones de soldados, que trataban de impedir el contacto del Líder con su pueblo, miles y miles de peronistas se lanzaron a las calles desafiando a la dictadura de Lanusse.

Acompañaron el viaje del Líder en su regreso a la Patria, los presidentes provinciales del Partido Justicialista y del distrito capital, retirados de las Fuerzas Armadas, las conducciones de la CGT, de las 62 Organizaciones, de la Juventud, del empresariado, científicos, artistas, profesionales, sacerdotes y deportistas. Había terminado la resistencia, debía institucionalizarse el país.

No se trata de recordar el pasado por el pasado mismo, sino de realizar sus esperanzas. Por ello esta nota no tiene sólo intención rememorativa, sino la ambición de colaborar con los compañeros a ponernos en reflexión sobre el pasado y el porvenir. Un pasado común es importante en tanto logra dar forma a un presente y proyectar un futuro.

Ese pasado que debemos analizar, también debe estar integrado por el reciente cuya responsabilidad debe ocuparnos totalmente, porque sino lo asumiéramos desbordaría nuestra capacidad histórica creando para el futuro una frágil expectativa.

Se cometieron muchos errores. Necio es no reconocerlos, aunque a algunos no les guste la autocrítica y la reflexión, y no quieran hacerla porque tuvieron responsabilidades, por que se corrompieron, se burocratizaron, se aprovecharon, porque creen que los cargos son para siempre, o que las candidaturas son un botín familiar.

Es necesaria la memoria, para no repetir los errores y para conocer las virtudes y las falencias de quienes participan del movimiento, identificándose en su esencia, o de quienes se mimetizan en el mismo para satisfacer sus apetencias en el mejor de los casos o para conscientemente fragmentarlo, sirviendo al adversario político.

La reforma constitucional se cayó, porque no tenía consenso popular, estaba fuera de la agenda ciudadana y también porque no decirlo y reconocerlo por la torpeza oficialista y la eficaz actividad política de los compañeros que condujeron la instancia. Ya no queda posibilidad de re re, ni inmediata ni en la corta. Las cartas están echadas y la mesa está servida.

Es el momento, de elaborar un proyecto de conjunto donde nadie se sienta excluido, salvo aquellos que tengan mezquinos intereses personales o sean agentes del adversario. Esa propuesta no nace de una idea aislada sino de la voluntad de miles de compañeros que trabajan desde siempre a lo largo y ancho de la provincia y que deben ser convocados para el debate y la reflexión y así lograr un Peronismo con proyección y posibilidades de ser gobierno.

Se debe manifestar enérgicamente para que todos puedan oír, el Peronismo se prepara para ser gobierno. La carrera electoral es larga y el contrincante muy poderoso, tiene medios casi ilimitados y van a ser utilizados de todas las formas imaginables. A ello solo se le puede oponer el pueblo organizado, con una ciudadanía cansada de un conservadurismo retrogrado y claudicante y la voluntad insistente de miles de compañeros que reclaman un triunfo para demostrar en la práctica la realización de la propuesta peronista. Hay que ser creativo, que los problemas van mas allá de la interna, que lo que preocupa es lo trascendente, aquello por lo que realmente la sociedad juzga. También se deben recrear los mejores cuadros, recordando que si bien hay muchos que desensillaron, nadie vendió ni mató el caballo. Ofrecer al electorado los mejores hombres y mujeres, no solo para ocupar una banca, sino y fundamentalmente para gobernar la provincia y todos los municipios.

El antagonista político está en el gobierno y maneja el poder. El esquema de que alguien llega “solo” al gobierno debe dejarse de lado, el “solo” no va a llegar y si lo hace nada podrá hacer. Hay que recurrir al verdadero poder, aquel que está en la potencia popular, en aquel que engañado o frustrado se refugió en la soledad de su casa y que debe ser convocado para crear en conjunto la comunidad de la transformación. Para ello el presente exige, insistimos en esto, mucha autocritica, mucha transparencia, mucho principio y propuestas novedosas.

Se suele decir que las derrotas trasmiten más sabiduría que las victorias así que repetir actitudes, acciones o compromisos que en definitiva perjudicaron, sería ingenuidad, tontería o mala fe. El Peronismo tiene en el Partido Justicialista el instrumento electoral que permite abocar el esfuerzo de todos los militantes que forman el movimiento. Por ello es importante la convocatoria que deben realizarla los que conducen y que debe ser amplia y generosa, de otra manera estaremos condenados al fracaso. Debe repensarse el Frente desde su composición y hasta su nombre, de no hacerlo habrán caído en una errónea interpretación de la realidad que los colocará irremediablemente en la contrapartida de la responsabilidad de la conducción, no ofreciendo garantías de victoria. Parece extraño y hasta increíble que a tantos años de su muerte, Perón siga vigente en su palabra, por ello es necesario que algunos de los que tienen responsabilidades en el movimiento o pretenden tenerlas, vuelvan al pensamiento original del Peronismo y desde ahí proponer renovaciones y agiornamientos.

Desde el advenimiento de la democracia, mucho olvidamos al líder y creador del movimiento, hasta se lo eliminó de los discursos, recordatorios y homenajes. Menemistas, Duhaldistas, Kirchneristas, Masistas, Fabianistas, Camausistas, Rodolfistas, denominaciones que al único que convienen es al enemigo que juega a la división. Debemos ser el Mariscal lúcido que pedía Perón y comprender que no se tapa el sol con la mano, somos todos Peronistas, así sin aditamentos, y solo la organización vence al tiempo, que debe darse partiendo de la base, ascendentemente, para consagrar a los compañeros que han de conducirnos al triunfo. Para poder gobernar es menester no aferrarse siempre a la propia voluntad, no solo hacer saber siempre a los demás lo que uno quiere, sino permitir que cada uno pueda hacer también parte de lo que desea.

Las elecciones que podemos tomar como ejemplo, son las provinciales anteriores. Los resultados son prueba suficiente que algo falló, que la estrategia no fue la correcta, que hay compañeros que se sumaron al Radicalismo, que hay quienes no votaron disconformes con las candidaturas o con la vista de familias que se eternizan en los cargos o advenedizos que nunca se manifestaron por un proyecto. Parece increíble que se gobiernen los principales municipios y no la provincia. Algo no está bien.

El Frente gobernante aparentemente concurrirá a las elecciones sin crisis evidente, con una conducción única que les dio muy buenos resultados, aliado al gobierno nacional, con medios imposibles de cuantificar, generando problemas en los municipios que no gobierna y muchas ventajas más que harían una lista casi interminable. Tiene la desventaja que no pueden llevar como candidato a su conductor y que a su sombra nadie creció lo suficiente como para ofrecer liderazgo y capacidades propias. No digo que no las tengan, quienes se proponen como sucesores, solo digo que no se los conoce. La única manera, al menos así lo creo, de romper con la legitimidad del partido gobernante es que se vaya de la misma manera por la que llegó, el voto popular y en una sola vuelta. La oportunidad está dada, esperemos que los compañeros sepan aprovecharla. FELIZ DIA DEL MILITANTE.

Por Germán Wiens


Jueves, 17 de noviembre de 2016

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