Corrientes (17-4-17): Los capos del radicalismo habían asegurado que a mediados o a finales de marzo se conocería el nombre del cabeza de fórmula para octubre. El escándalo narco que envolvió al propio Ricardo Colombi hizo que se postergara el anuncio. En el Gobierno consideraron oportuno hacerlo después de las Pascuas. El tiempo pasó y llegó el momento. Sin embargo, el escenario no se aplacó y aún siguen los coletazos por la presunta vinculación del poder local con la droga, así como los chispazos puertas adentro de la alianza gobernante que el mandatario no supo controlar. La rebelión continúa. Hasta sus dos principales adláteres le marcaron la cancha para que acepte las condiciones a la hora de definir quién será el postulante oficialista para la Gobernación. Del otro lado, Camau camina tranquilo hacia las urnas.

AGAZAPADOS. Tanto Ingrid Jetter como Gustavo Canteros esperan una señal de Ricardo. Mientras, reconocen que los une la necesidad de generar un nuevo espacio, alejado de los unicatos.

Tiempo de recogimiento y fe. También de definiciones políticas para que la "casa esté en orden". La de los correntinos, que en Capital se aprontan a votar por primera vez este año el próximo 4 de junio (4-J).
Mientras las miradas se posan sobre el escenario de la Ciudad de Corrientes, por detrás resuenan voces de exigencia para que el "dedo todo poderoso" señale quién será el candidato de Encuentro por Corrientes para las elecciones de octubre, que incumbirán a todo el electorado provincial.

La agenda de definición marcada por el propio ricardismo (mediados o finales de marzo) tuvo que retrasarse por razones de fuerza mayor. Llámense éstas el escándalo de la "Corrientes narco", donde quedó en falsa escuadra el mismísimo Colombi.

Los días siguientes a la Semana Santa fueron considerados en el think tanks del radicalismo, omnipotente protagonista de una alianza que tiene a los aliados rechinando los dientes, para dar la buena nueva para los afines al oficialismo.

Pero este almanaque no avanza en paz, sino con reclamaciones que no provienen sólo de los maltratados socios, que tienen como exponentes a Gustavo Canteros y a Ingrid Jetter (que piden internas para elegir al candidato), en el radicalismo también piden, exigen, ruegan que Ricardo ponga a consideración de la dirigencia. Quieren alguien legitimado por el partido, ya sea Eduardo "Peteco" Vischi, Sergio "Checho" Flinta, Carlos "Mono" Vignolo, Gustavo Valdés o algún tapado.

Los exégetas de este sector correligionario fueron el secretario general de la Gobernación, Vignolo y el senador Flinta.

Sin que les temblaran las piernas le marcaron la cancha al mercedeño en su propio despacho. No quieren que unja a un dirigente capaz de "ningunear" a la denominada "Cooperativa Universitaria". Ellos quieren tener el poder tras bambalinas. Quieren seguir como los ajedrecistas.

Entretanto, un Colombi desorientado, dubitativo, ingeniándoselas para aplicar su pragmatismo al máximo, en busca de sostener la batuta y mantener a ECO como un conjunto. Está al tanto que del otro lado hay un justicialismo que se sabe el partido más votado de Corrientes, con un abroquelamiento demoledor y un candidato a Gobernador como Camau Espínola que camina el territorio sumando intenciones de voto.

No sabe cómo hacer con Canteros, Jetter, Flinta y Vignolo. Cada uno tiene su reclamo, su reto, su postura y cada tesitura lo deja con el síndrome del pato rengo.

Pasó la Semana Santa y llegó el momento de definir. Se verá cuándo y quién. También será el momento de observar cómo el macrismo comienza, o no, a catapultar la fórmula oficialista que surja.

¿Quién podría ser?

Los que están anotados podrían ser. Pero teniendo en cuenta la capacidad de sorpresa de Ricardo, no se tendría que descartar alguna novedad.

Lo cierto es que el radicalismo se impuso por sobre las opiniones de sus aliados. Algunos de los socios mocionaron en forma amistosa y otros salieron con los tapones de punta a pedir una chance de encabezar la lista de ECO. De todas formas, la UCR hizo caso omiso e instaló en la ciudadanía que el postulante oficialista será varón y radical.

A partir de allí surgió una cantidad importante de nombres con posibilidades. Y después de un tiempo los dirigentes del radicalismo correntino comenzaron a demandar que, por lo menos, el ungido tenga legitimidad interna.

Con esta coyuntura, los nombres propios fueron merecedores de análisis lapidarios puertas adentro del partido de Alem e Yrigoyen.
Cada uno con sus laureles y sus bemoles. Habrá que ver si Ricardo elige entre ellos o, como suele hacer, saca un conejo de su desgastada galera.

Por ejemplo, el "Checho" Flinta, sindicado como el único que le aseguraría a Colombi la continuidad del "ricardismo de pura cepa". Sin embargo, en las filas radicales del Interior no quieren saber nada del Senador. Lo cuestionan por nunca haberse movido por el territorio, por no haberse involucrado en las realidades de los comités en todos los años que estuvo al frente de la fuerza. De todas formas, para el mercedeño siempre fue un actor clave en el armado de poder. Principal vocero ante personajes difíciles como Tato Romero Feris. Ideólogo de muchos de los pasos dados por Ricardo.

Después está el "Mono" Vignolo. Un dirigente reconocido por todos por su función de "mártir político", cuando sacrificó la Capital para que Ricardo retomara el poder en 2009. Sin embargo, ello le generó a la vez un talón de Aquiles, en caso de que entre en campaña como el "elegido". La oposición tendrá material de sobra para cuestionarle su capacidad de gestión. Es, como el Checho, uno de los pilotos de tormenta del Gobernador, emisario en situaciones de conflicto. Lo hizo al intermediar entre el mandatario provincial y Fabián Ríos. Al igual que días atrás, cuando fue a Balcarce 50 para reclamar obras contra las inundaciones.

Aparece como el primer instalado en la opinión pública, el libreño Eduardo "Peteco" Vischi. Fue un exitoso Intendente durante dos mandatos y tuvo que ir como candidato a Vice en sus pagos luego de la caída de las re-re. Aún así venció con Tarabini al frente. Fue "adoptado" por Colombi en la Capital, como su Ministro Coordinador de Gabinete. Demostró tener vocación territorial, llegada directa con la mesa chica de Macri y buena consideración del Presidente de la Nación. Pero a la vez evidenció demasiado vuelo propio. Detalle éste que no le gustó a los "gordos" de la Cooperativa.

Lo mismo que con Peteco ocurrió con Gustavo Valdés, otro representante del recambio generacional que demanda la ciudadanía dentro de la política local y nacional. Sus formas y no genuflexión a la Cooperativa lo hizo padecer una "guerra fría" que literalmente congeló sus aspiraciones. En la Unión Cívica Radical lo señalan como el preferido de Ricardo; sin embargo, su lejanía con la Provincia, cumpliendo con su rol de Diputado nacional no le otorgó el ritmo necesario como para plantarse ante la ciudadanía como opción seria. De todas formas, sigue siendo el mimado del mercedeño.

Lunes, 17 de abril de 2017