Atrás quedó la decisión de la Asamblea Legislativa de fines de año. Ahora Pruyas modificó su postura liberando el pago de dietas a los senadores que no habían asistido a las sesiones en las que se buscaba habilitar el período extraordinario de sesiones.
La decisión de una Asamblea Legislativa en los hechos sólo puede ser dejada sin efecto por otra reunida a posteriori. Eso es en la práctica, no siempre en los hechos de una provincia en la que muchas veces no prima el equilibrio, la moderación ni la ponderación.
Finalmente luego de muchas idas y vueltas el Vicegobernador, presidente nato del Senado y presidente de la Asamblea Legislativa, terminó dejando en agua de borraja una decisión fuertemente cuestionada, que fuera adoptada en los últimos días del año, precisamente cuando el clímax de las pasiones alcanzaba uno de sus picos más altos. Así fue que días atrás por decisión de Pruyas terminó contrariándose lo resuelto por la Asamblea Legislativa y se dio vía libre para que los senadores castigados cobren sus dietas, y se les restituya además los cupos a sus niveles precedentes.
Quizás no debió haberse llegado a decisiones de esa naturaleza que en los hechos no pueden ser sostenidas.
Todo indica que, en la próxima Asamblea Legislativa, difícilmente esté en el estrado el actual Vicegobernador. Lo más probable es que entonces nadie diga una palabra de decisiones que quedarán en el olvido.
Sábado, 4 de abril de 2009