En Avellaneda, la “Academia” le ganó al “millonario” 1 a 0, con gol de Pablo Lugüercio en el primer tiempo. El local terminó con 10 jugadores por la expulsión de Caballero en la segunda etapa.
Racing Club, sin fútbol, sin ideas pero con un corazón grande como su estadio, venció este sábado a River Plate 1 a 0, en un partido correspondiente a la octava fecha del torneo Clausura.
El único gol del partido lo marcó el delantero Pablo Lugüercio, a los 17 minutos del primer tiempo. El partido se jugó en el estadio Presidente Perón, en Avellaneda, con un mal arbitraje de Javier Collado, quien no acertó ni en las jugadas sencillas y expulsó sin sentido a Pablo Caballero, en la parte final.
Racing no tuvo ideas, no tuvo fútbol, pero tuvo corazón, ganas y una entrega que hace tiempo estos mismos jugadores no mostraban. Con eso le alcanzó para ganarle a un descolorido River, que empujó, y en el segundo tiempo mereció empatar, pero estuvo lejos de ser una maravilla u algo por el estilo.
El primer tiempo fue de lo peor que se pudo observar en este certamen, pero a la vez de lo mejor que hizo Racing a lo largo de este torneo, algo que marca cual es la realidad del equipo de Avellaneda.
El desempeño de los dirigidos por Ricardo Caruso Lombardi fue bueno porque no dejó jugar a River, presionándolo en todos los sectores del campo y buscando salir rápido de contra, algo que consiguió luego de ponerse arriba en el marcador.
En el primer cuarto de hora del partido no pasó absolutamente nada y eso fue responsabilidad de los jugadores de River, sobre todo de los que tenían que generar fútbol. Los volantes abiertos del conjunto de Néstor Gorosito no pesaron nunca a lo largo de los 45 minutos iniciales, Diego Buonanotte parece seguir peleado con la pelota y está cruzado con el juego, mientras que Mauro Rosales hizo una bien y una mal, y Cristian Fabbiani se dedicó a pelear.
Eso fue bien aprovechado por Racing, sobre todo por el sector derecho, donde el juvenil Braian Lluy y Franco Zuculini, triangulando con Lugüercio, pudieron marcar diferencias, pero el resto no acompañó. Cuando el partido no salía de la mediocridad general llegó la apertura del marcador, señalado por Lugüercio, quien sólo tuvo que empujar la pelota al fondo de la red luego de una serie de rebotes.
Pese a la desventaja River no pudo reaccionar, no podía con las marcas de Racing y comenzó a sufrir el partido y encima sufría la primera baja, porque tuvo que salir de la cancha lesionado Augusto Fernández, de flojo partido, reemplazado por Diego Barrado, quien mostró atrevimiento pero sus compañeros no mostraron la misma sintonía.
La única chance del conjunto visitante para igualar en el primer tiempo la tuvo Matías Abelairas, con un tiro libre que cuando se metía en el ángulo izquierdo encontró la mano salvadora de Pablo Migliore.
Si River, que de mitad de cancha en adelante tiene jugadores desequilibrantes, no podía generar peligro estando obligado que se podía esperar de Racing. Sin embargo, los de Avellaneda tuvieron chances para aumentar la diferencia, como una que desaprovechó Martín Wagner, quien solo frente al arquero tiró una "masita" luego de una contra que se inició en Zuculini, siguió en Lugüercio, para terminar en los pies del volante.
Caruso Lombardi sorprendió a River con el esquema, porque ubicó tres volantes centrales, que se repartieron la mitad de cancha y dejó suelto a Leandro González, quien si hubiera estado fino la historia de la etapa era otra.
Para colmo, antes de finalizar el primer tiempo Gorosito perdió otro jugador, porque Facundo Quiroga pisó mal y la sensación de que sufrió una grave lesión en la rodilla izquierda -por ahora se informó que es un esguince- quedó flotando en el aire.
La tesitura del partido no varió en el inicio del segundo tiempo, aunque River se adelantó en el campo de juego y Racing se retrasó demasiado, muy cerca de su propia área. A los siete minutos de la parte final tuvo el empate Abelairas, pero remató mal, luego Buonanotte, pero lo trabaron. Racing se paraba tan cerca de su arquero que los de Núñez cruzaba la mitad de cancha y la sensación que podían marcar un gol estaba más latente que nunca.
Con el correr de los minutos, Racing decididamente y sin vergüenza se metió atrás, empezó a hacer tiempo, sus jugadores ante la menor falta se tiraban al piso para hacer correr el reloj, todo ante la mirada de un árbitro como Collado que no hacía nada para evitarlo.
Con Marcelo Gallardo en la cancha River, fue más claro y los minutos finales fueron un suplicio para Racing, porque se quedó con diez por la insólita decisión de Collado de expulsar a Caballero, y por el empuje del conjunto millonario.
En los últimos segundos tuvieron el empate Rosales, Fabbiani, pero apareció Migliore para salvar a Racing y desatar una locura en Avellaneda, con miles de hinchas abrazados a una ilusión, la de quedarse en primera división después del caos que dejó en el club la empresa de Fernando Marín y Fernando De Tomaso, la ex gerenciadora Blanquiceleste.
Domingo, 5 de abril de 2009