Miles de personas dieron el último adiós a las 289 víctimas del sismo, que el lunes devastó a la región de Aruzzo. El funeral de Estado se realizó en L`Aquila, una de las localidades más golpeadas, y fue oficiado por el secretario del Estado Vaticano, Tarcisio Bertone. El primer ministro, Silvio Berlusconi, y el presidente, Giorgio Napolitano, asistieron a la ceremonia. Rige el luto nacional.

Italia despidió hoy a las víctimas mortales del sismo que el lunes afectó la región de los Abruzos con un funeral de Estado que se inició en L’Aquila, en recuerdo de los casi 290 muertos. Los ataúdes de madera decorados se ubicaron en cuatro filas en la plaza de desfile de una escuela de policía durante el funeral.

La ceremonia fue retransmitida en directo por la televisión italiana, a la que asistió el jefe de gobierno, Silvio Berlusconi, junto con el presidente Giorgio Napolitano, consignó la agencia alemana DPA.

El funeral es oficiado por la mano derecha del Papa Benedicto XVI, el secretario de Estado de El Vaticano, Tarcisio Bertone. El Papa también envió a su secretario privado Georg Ganswein como signo de solidaridad con los 17.000 afectados por el sismo y el propio Pontífice visitará la zona la próxima semana.

En tanto, las fuerzas de rescate continuaban la búsqueda de sobrevivientes entre los escombros que durará hasta el domingo, aunque las continuas réplicas dificultaban las tareas. El sismo de entre 5,8 y 6,2 grados en la escala Richter fue el más devastador en Italia desde 1980, cuando murieron hasta 3.000 personas en el sur del país.

La reconstrucción costará alrededor de 1.200 millones de euros, según calculó el gobierno. "Garantizo que pondremos a disposición todos los medios financieros necesarios", prometió hoy Berlusconi.

"Podemos contar también para la reconstrucción con fondos de la Unión Europea de entre 400 y 500 millones de euros en los próximos tres años", dijo después de rechazar en un primer momento la ayuda internacional para combatir la crisis.

Viernes, 10 de abril de 2009