Un hecho recurrente en la clase política local es el extraño temor, o gran preocupación, a que el peronismo aune criterios y encare un proyecto propio, en el cual estén comprendidos la mayoría de los sectores internos. Cada vez que el PJ da un paso en ese sentido proliferan las voces de quienes vaticinan una inmediata ruptura, y abundan las versiones sobre las ofertas de los dos sectores radicales para que “algún dirigente” se sume a sus respectivos proyectos.
Es indudable que un peronismo unido es preocupante para los demás actores políticos locales, léase Frente de Todos (Picó) y UCR (Vischi), cada vez que el PJ da un paso positivo y de unidad, reverdecen las voces que hablen de la ruptura inmediata, hecho este que sucede desde antes de la interna de febrero, donde nadie apostaba a la unidad y se predecían “feroces peleas” y divisiones entre los dos sectores participantes, pero nada de eso ocurrió y se siguió en el camino de unir al partido, dicha campaña tranquila y sin agresiones vio plasmada su intención en el hecho de entre todos trabajar por un proyecto grande y abarcativo sin importar el sector que venciera.
Esta situación no convenció, o no convenía, a otros sectores políticos y se comenzó a decir que los peronistas “hacían de cuenta” que estaban bien, pero que en realidad estaban todos peleados, y la no intervención en los medios de dirigentes y precandidatos en vez de interpretarse como lo que era, una decisión madura y responsable tendiente a conciliar posiciones y objetivos, se insinuaba que las diferencias eran insalvables.
La ola de rumores de que fulano o mengano estaba negociando con alguno de los sectores radicales se incrementó, se hablaba de ofrecimientos de concejalías y hasta de una diputación provincial salible para el Presidente del PJ, el cisma se daba por hecho, no se podía asumir que el peronismo y sus dirigentes no se rindieran a cualquier tipo de ofrecimiento, “la historia dice que son así” se profetizaba, pero nada de ello ocurrió, el PJ libreño siguió tendiendo los puentes para lograr un candidato de consenso.
Los argumentos en contra de la unidad caían día a día, vino el candidato a Gobernador y la dirigencia de “todos” los sectores que hacen a la vida partidaria se reunieron con él a pesar de la hora inconveniente, pasada la 1 de la madrugada, y convinieron en buscar el mejor camino para el partido detrás de un proyecto mayor, no de kiosquitos particulares, lo que de hecho es el compromiso de cambio que se asumió para cambiar la realidad provincial y local, a pesar de esto todavía no se podía asumir que el camino emprendido era en un solo sentido, “ya se van a pelear” sentenciaban.
Cuando hace un par de días “por unanimidad” y con “voto nominal” los representantes de todos los sectores votaron para que Miguel “Lali” Giorgio sea el candidato a Intendente, el hecho no pudo se digerido por los sectores políticos radicales, “como los peronistas podían coincidir en algo” dijeron, sin entender que el objetivo mayor primó, que hay gente que puede deponer pretensiones, pero siguieron sentenciando “ya se va a pelear”, “si a fulano no le dan la concejalía se va”, y que con eso?, si hay alguien que cree no corresponder a un proyecto grande y acepta las migajas que se les pueda dar, lo mejor que puede hacer es irse, pero también es importante pensar quien cederá un cargo salible de concejal si el candidato no lleva votos.
El peronismo libreño sigue dando gestos de madurez, y esa actitud genera temor en sus adversarios, no se sabe si se volverá a tener el brillo de otrora, si la ciudadanía va a acompañar el proyecto masivamente, lo que si es cierto es que la pelea ya no es solo entre radicales, hay otro proyecto encarnado por el justicialismo y los aliados que estén comprometidos con el mismo que ya esta en la consideración popular.
Las voces presagiando la ruptura y los supuestos ofrecimientos seguramente seguirán, eso va a formar parte de la campaña electoral, lo que si seguirá haciendo el peronismo local es seguir en el camino iniciado, es el correcto, nadie ofrece nada a quien no tiene algo para dar a cambio, la búsqueda de la tan ansiada “pata peronista” seguirá siendo el sueño de Picó y de Peteco, no por el hecho de tener a alguien que comulgue con sus ideas, sino por el temor que un peronismo unido detrás de un objetivo superador haga mella en sus ambiciones.
Es cierto como dicen que el peronismo y los peronistas tienen una vocación de poder muy grande, pero también es cierto que cuanto mas grande es la vocación de poder mayor es el compromiso para seguir juntos.
“Ladran Sancho, señal de que cabalgamos”
Viernes, 10 de abril de 2009