Corrientes (5-3-18): Tras el discurso del jueves 1 de marzo con el que inauguró el período ordinario de sesiones, había mucho para preguntarle a Gustavo Valdés. Mucho por preguntar pero algo en que ahondar. Ese algo tenía que ver con la mirada. ¿Qué ha cambiado en Corrientes para pasar del negacionismo exasperante, gambeteador consuetudinario de responsabilidades, a un estado de contrición aparentemente pleno, pero también de alivio y proyección?
Algunas respuestas:
—Estamos a pocas horas del discurso con el que abrió el año legislativo. La oposición dice que fue esperanzador, con un diagnóstico fino de la realidad. ¿Se esperaba esa recepción?
—Agradezco los conceptos. Tratamos de hacer justamente un diagnóstico de la realidad, de cuál es el punto de partida y a partir de ahí tenemos que comenzar a trabajar. Creo que la única forma que tenemos de mejorar la realidad es si sumamos voluntades. Yo decía que tenemos que sumar la mayor cantidad de correntinos posible y estamos direccionados hacia ese objetivo que es justamente el del desarrollo. Creo que con el desarrollo nosotros podemos lograr muchas cosas, pero ese desarrollo tiene que venir atado a tratar de lograr dinamismo en otros sectores y que esos sectores de la economía, más el sector privado, también logren la inclusión de los ciudadanos que esperan vivir mejor, tener más salud y que podamos estar cada día mejor.
—También tildaron de desarrollista a su discurso. ¿Cómo lo calificaría usted?
—Fue un discurso desarrollista porque creo que nosotros necesitamos desarrollo. Y también es modernizador. Yo hablé mucho de innovación, porque nosotros tenemos que innovar y trabajar no solamente en la administración pública, sino que tenemos que empezar a cambiar también la forma de pensar, a buscar ideas, a buscar proyectos en general.
—Se le reconoce el diagnóstico porque ha reconocido una serie de falencias, y ese reconocimiento no era común en sus predecesores.
—Siempre las comparaciones son odiosas. Pero cuando uno dice que quiere tener más educación es porque está reconociendo que no tiene la suficiente. Cuando uno dice voy a construir un camino es porque ese camino no lo tiene. Creo que hay varias formas de decirlo y hay varias formas de reconocer la realidad. Yo lo digo en un estilo: y creo que es un estilo y una forma de explicarle a la gente cuál es el inconveniente que tenemos y cuál es la solución y cuál es el camino que vamos a seguir para conseguir ese objetivo.
—Sí, pero es más que el estilo, porque usted cuando asumió reconoció la pobreza y antes no sólo no se reconocía ese flagelo sino que se ponía en duda hasta el sistema de medición. Ya el de Mauricio Macri, no el Indec de Cristina Fernández...
—Pero también el sistema puede tener falencias.
—Por supuesto que sí…
—Lo condenable es cuando nosotros tenemos un Instituto de Estadística y Censos que miente a propósito para tener un resultado que te oculta las cifras. Podemos estar de acuerdo o no, pero sabemos que hay varias formas de medir. Porque hay varias metodologías para incorporar o no un número. Pero más allá de eso, nosotros tenemos que reconocer que la Argentina es un país que tiene inconvenientes, que no es uno de los países más desarrollados de la región. Nosotros antes teníamos mucho por lo que sentirnos orgullosos y hoy tenemos inconvenientes. Entonces tenemos que reconocer ese inconveniente para buscar las soluciones.
Pero son estilos.
—¿Cuánto tiempo está dispuesto a esperar para comenzar a ver resultados?
—Estamos trabajando y tenemos que comenzar a ver resultados. Tenemos algunos que son importantes, por ejemplo en materia de seguridad, y ya lo vamos a ver en otros aspectos. La negociación con los docentes; cómo vamos a trabajar en salud. Tenemos que hacer un trabajo de evaluación completo de lo que se está haciendo.
El ciudadano de Corrientes, el 54%, no tiene la percepción que usted tiene (risas), por eso me han votado como gobernador de la provincia. Siempre que hay cosas…
—Alegra mucho la visión que usted tiene de la provincia: es la visión que mucha gente, salvo el Gobierno, tenía de esta provincia en los últimos 16 años. Por eso justamente…
—No. Tenemos que adaptar las realidades.
—Hoy da la sensación de que estamos mirando la misma provincia.
—Exactamente. Pero tenemos una condición: que la gente ha votado a un gobernador que, como todo gobernador, le da su impronta. Creo que nosotros vivimos una situación de paz social que no vivieron otras provincias. Somos una de las tres provincias más desendeudadas de la Argentina y decir que podemos hacer todo lo que vamos a hacer es porque tenemos una buena provincia. Hoy podemos decir que haremos 4 mil kilómetros de ripio porque tenemos recursos, o que podemos invertir 1.700 millones de pesos en educación para tener un plan universal de alimentación porque tenemos recursos.
Vos te imaginás si, aparte de la situación que tenemos, tuviéramos una provincia mal administrada: estaríamos como otras (señala en dirección al Chaco) que reciben un punto más de coparticipación y están en la misma situación que nosotros. O dicho de otra manera: reciben un 25% más de recursos y están en la misma situación que nosotros.
Cambió la forma o el estilo, no importa. Importa que hay un punto de partida.
¿Algo para celebrar? Poco todavía. Pero ya hay un punto de partida.
Lunes, 5 de marzo de 2018