La diputada de la Coalición Cívica Patricia Bullrich sufrió el secuestro de su automóvil luego de dar positivo un control de alcoholemia.

La dirigente reconoció posteriormente que, aunque había tomado poco, “es bueno que todos estemos regidos por la misma ley”, aunque se quejó de que los inspectores de la Ciudad montaran “un show” alrededor de ella.

“Salía de un acto político en Vicente López, eran como las dos de la mañana y me tocó un test de alcoholemia (en el cruce de la avenida General Paz y Balbín). Estuve como tres horas: primero me dio un test positivo, después uno negativo, así que me hicieron como quince test”, relató la legisladora.

En declaraciones a radio Diez, Bullrich sostuvo que los inspectores “decidieron que, como había uno positivo y otro negativo, me secuestraban el auto y me lo llevaron”.

“Es bueno que todos estemos regidos por la misma ley, es muy bueno para todos”, agregó.

Según remarcó, “prácticamente no había tomado nada. Venía de una cena con un vino de bastante mala calidad, así que no tomé, tomé muchísima Coca Cola. Si me da uno positivo y otro negativo con la misma máquina, habrá que ver si es un problema mío o del mecanismo”.

Bullrich aseguró ser “una persona muy consciente. Además, iba con un colaborador mío al lado: si hubiera tomado alcohol, hubiera manejado él”.

Según la legisladora, se trató de un control “casual. Después cayeron tantos funcionarios del gobierno de la Ciudad, que se levantaron para venir. No era para tanto”.

“Acá, lo primero que hay atrás de todo esto es un show. Frente a una persona conocida como yo, se genera tanto recelo por lo que puede pasar que terminan sobreactuando. En vez de actuar como si nada, se genera una cosa”, se quejó.

De buen humor, señaló que “iré al fiscal, tengo el acta que dice que tengo un test positivo y otro negativo, y le diré que hay pruebas en contrario. Pero el auto ya me lo secuestraron y las tres horas de anoche no las recupero”.

Viernes, 24 de abril de 2009