Al día siguiente de lograr su reelección, el presidente Rafael Correa anunció que "radicalizará el socialismo" en Ecuador. Al mismo tiempo, analistas independientes y medios de prensa señalaban que el presidente enfrentará una difícil conyuntura económica, en un país fuertemente dependiente de sus exportaciones de petróleo y con las inversiones extranjeras congeladas por las políticas de Correa.
"Más que cambiar de rumbo se trata de profundizar los cambios que ya hemos iniciado, hacerlos más radicalmente, más aceleradamente" , afirmó ayer el mandatario izquierdista, aún eufórico por la victoria, en la que se hizo innecesario el ballottage.
Gutiérrez reclama. Escrutado un 70 por ciento de las mesas, Correa lograba su reelección por otros cuatro años con 51 por ciento de los sufragios válidos y una ventaja de 24 puntos sobre su inmediato seguidor, el ex presidente Lucio Gutiérrez. Este, sin embargo, todavía no reconoce su derrota y confía en forzar la segunda vuelta.
El amplio respaldo del que goza Correa entre la mayoría pobre de esta nación petrolera podría verse resentido ante las dificultades financieras que atraviesa su gobierno, que expanden el gasto público. La crisis global ha puesto en jaque a la economía de Ecuador por el desplome de los precios del crudo y el descenso de las remesas de los emigrantes (hay unos 100 mil en España), que son los dos principales ingresos del país. Esto podría arriesgar la dolarización, apoyada por la mayoría de la población. Correa insiste en que lo peor de la crisis ya pasó y descarta salir del dólar como moneda oficial, pese a que es un duro crítico de este esquema vigente desde el 2000.
Evitar el caudillismo. Ayer, la prensa local remarcó estas dificultades y a la vez exigió a Correa evitar el caudillismo, recordándole que más de un 45 por ciento del electorado no votó por él. En su editorial, el diario El Comercio, de Quito, señaló que "la ruidosa celebración del triunfo del presidente-candidato no parece justificarse demasiado", dado que " los resultados muestran que el apoyo masivo al proyecto de Rafael Correa no es tan contundente como en sufragios anteriores. Al menos un 45 por ciento de ecuatorianos eligió otras opciones", remarcó, y reclamó a Correa que "se esfuerce ahora por construir un liderazgo que incluya a todos, sobre la base de una actitud ética, tolerante y serena". Por su parte, El Universo, de Guayaquil, comentó críticamente: "Las primeras declaraciones del presidente no han dejado entrever ningún cambio en su política de confrontación. Si fuese así, significaría que no ha visto todavía que el Ecuador se parece cada vez más a Venezuela, y que eso es lo más peligroso que nos podría ocurrir".
Deuda y petroleras. La agencia Reuters recuerda que desde que asumió el cargo en 2007, Correa, un economista formado en Estados Unidos y Europa, "ha sido una constante amenaza para los intereses de los inversores", al negarse a pagar 3.200 millones de dólares en deuda externa y renegociado con mineras y petroleras para lograr términos más favorables. Reuters estima que Correa continuará sus duras negociaciones con las petroleras y mineras, incluso en el actual contexto de alicaídos precios en los mercados de materias primas.
"Cualquier cosa". Ayer, Correa minimizó las preocupaciones sobre el aumento del desempleo, la caída de las reservas internacionales y la ralentización del crecimiento, asegurando que lo peor de la crisis ya ha pasado para Ecuador. Pero prudentemente agregó: "La expectativas son muy buenas para el país, ya lo más duro pasó. Pero por supuesto existe una gran incertidumbre y cualquier cosa puede pasar".
Martes, 28 de abril de 2009