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Interés General
Rocío Guirao Díaz habla de su embarazo: “Ahora seducir a mi pareja me cuesta más"
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Miércoles, 6 de mayo de 2009

La modelo de 24 años lleva con alegría su embarazo de 7 meses, aunque dice que “hay que poner mucha onda” para mantener el sex-appeal en la intimidad con su marido, el empresario rosarino Nicolás Paladini. En una entrevista con la revista 7 Días, Rocío Guirao Díaz habla de todo:

–¿Cómo la trata su nuevo cuerpo?
–Hay días que me trata muy bien y otros no tanto. Pero la panza es lo único que me gusta siempre, lo demás varía. Por ejemplo, hay veces que me comparo con otra embarazada y digo: ¡ah, no estoy tan mal! Pero cuando estoy sola y veo alguna foto vieja pienso: ¿qué me pasó? ¿Cómo me deformé?
–¿Llegó a sentirse fea?
–No sé si la palabra es fea pero me veo cambiada. Igual no lo vivo como un drama, es algo que hasta me da risa. Quizás una chica más normal, que nunca trabajó con su cuerpo, pudo haber tenido alguna vez tres o cuatro kilos de más, pero yo siempre me mantuve en una línea. De repente verme con nueve kilos arriba es raro. Pero lo llevo con alegría porque vale la pena.
–¿Piensa que con el embarazo perdió parte de su sex-appeal?
–Creo que hay que ponerle mucha onda. Es mucho más difícil porque el cuerpo no te ayuda para nada. Para dormir y rotarme ya tengo que mover cuatro almohadas. Todo es un procedimiento. Ahora seducir a mi pareja me cuesta más, pero me la rebusco, ¿no?
–¿Entonces la intimidad no se resintió?
–Por ahora no. Sólo hay que saber acomodarse a la situación y buscar la manera. Una forma puede ser con un arnés colgado del techo para que me zarandee.
–¿Le pasó alguna vez sentir vergüenza de estar desnuda frente a su pareja?
–No, porque en mi casa me la paso desnuda. Me encanta estar desnuda y cuando estoy con él lo vivo de la misma manera. Si tengo que estar en lolas lo estoy y si tengo alguna estría la tengo y punto. Él me conoció así y está viviendo esto junto a mí. Él también engordó un “kilito” porque se la pasa comiendo golosinas conmigo. El amor engorda. Qué vamos a hacer.
–¿Cuándo se dio cuenta de que era una mujer casada?
–Me sentí casada con él desde la primera vez que lo vi. El día que lo conocí sabía que era él. Tener el anillo sólo me genera mayor compromiso pero nada más. Por él dejé de salir, de “bolichear” y de conocer chicos. O sea, empecé a tener una vida de casada desde el primer encuentro.
–¿Y su pareja también se comporta como un señor casado?
–¡Obvio! Los dos suprimimos lo que había que suprimir. No eliminamos las salidas con amigos porque nos parece sano. A mí me encanta que él salga con su gente y yo con la mía. Ahora con la “gorda” (está embarazada de una nena) estamos más tranquilos pero al principio salíamos a bailar juntos y volvíamos a las 5 de la mañana. Cada uno tiene que hacer lo que tiene ganas mientras no le falte el respeto al otro. Y como tampoco soy celosa le doy mucha libertad a la persona que tengo al lado. Salvo que venga alguna que me lo quiera robar y entonces la corto con un hacha.
–Algunas colegas la han criticado ¿Imagina cómo reaccionaría si se metieran con su hija?
–Reaccionaría con los guantes puestos. Es como si tocaran a mi novio o a mi mamá. Me sacarían de adentro la “Hiena” Barrios que tenemos todos.
–¿Respetaría cualquier elección que ella haga sobre su orientación sexual?
–Voy a intentar orientarla y educarla de la misma manera en que lo hicieron conmigo que creo que es la más sana. Pero si a pesar de eso sus gustos sexuales son diferentes a los míos no me quedará otra que aceptarla. No la voy a martirizar. Yo tengo una relación de confidente con mi mamá y lo mismo quiero tener con ella. En ese caso me adaptaré para no perder ese trato.
–¿Le va a inculcar alguna religión?
–A mí me criaron en una familia católica. Soy creyente pero no soy practicante y “Nico” es bastante parecido a mí. Estamos bautizados pero no somos de ir a misa, no rezamos antes de ir a dormir. Sí creo en el ángel de la guarda, y siento que cuanto más creo más me ayuda. Quizás la llegada de la nena me ayude a reforzar ese lado religioso que con mi pareja no tenemos.
–¿Cómo va a manejar la fama que heredará de ella?
–Hasta ahora me parece que no le gustan las fotos porque en las ecografías se tapa la cara. Me parece que me va a salir bastante perfil bajo. Y si es así la voy a respetar. No la voy a exponer a algo que no le guste.
–Pero de bebé no tiene elección…
–Ahí no le va a quedar otra, porque estoy tan contenta con su llegada que la voy a querer mostrar. Tal vez después le gusta. Si alguien tiene una puerta en este medio soy yo, y si me pide trabajar en “Chiquititas”, como pueda la voy a ayudar.
–¿Dónde está parada dentro del mundo del modelaje?
–Soy de las “viejas” pero no de edad porque recién tengo 24. Siento que soy de otra camada. Ahora las chicas surgen de la nada, con un escándalo ya les alcanza. Yo trabajé 11 años haciendo 38 casting por día. Soporté que un montón de clientes me digan que no porque era fea, porque tenía aparatos, o por lo que sea. Veo que hoy ya no se paga ese derecho de piso.
–¿Ya le ha dicho una chica que de grande quisiera ser como usted?
–Me pasa. En la agencia en la que estoy van a abrir una escuela de modelos y me quieren a mí como madrina para dar charlas y orientación. Eso me da la pauta de que tengo un lugar desde donde aconsejar y contar mi experiencia.


Miércoles, 6 de mayo de 2009

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