Los saltos más caudalosos se transformaron en hilos de agua por la grave falta de lluvia que afecta a la zona.
La Garganta del Diablo nunca estuvo tan seca: el imponente salto de las Cataratas del Iguazú se encuentra seco y sólo un hilo de agua desciende sus 82 metros de altura. La desoladora imagen se repite en los demás saltos, todos ellos afectados por las faltas de lluvia en el Sur de Brasil y en el Nordeste de Argentina.

El caudal de las cataratas se alimenta de los ríos Paraná e Iguazú, además de ríos secundarios. Pero la lluvia también contribuye aunque en los primeros cuatro meses de este año no se alcanzó ni la mitad del promedio de otros años.

Tan escasas fueron las lluvias en lo que va de 2009 que el medidor pluvial de Puerto Andresito, en el límite oriental de Misiones, marcó menos de un metro de profundidad en el río, cuando en la misma estación pero de otros años el río midió 4 o 5 metros.

La provincia de Misiones cuenta con la belleza y exuberancia de las cataratas, que es un punto turístico de relevancia mundial. Muchos hoteles de lujo se construyeron en los últimos años e incluso se acondicionaron antiguas residencias de familia, que todavía están inmersas en la selva virgen.

Ahora, los operadores de viajes y los hoteleros están a la espera de que lleguen las lluvias de otoño, para devolverle su esplendor a las cataratas y que se logre mayor liquidez para el sector turístico.


Sábado, 9 de mayo de 2009