Se han realizado muy pocos estudios con respecto al fenómeno de la adicción sexual por parte de las féminas. Ya se sabe que en cuanto a objeto de investigación científica, las mujeres suelen llevar las de perder. Aún así, podemos decir que otra importante razón es la dificultad que pueden tener para hablar de este problema. Si hablaran, muy probablemente se darían cuenta de que no están solas en ese problema.
M. A. Martín

Existen mujeres que se masturban compulsivamente, usan pornografía, participan en actividades sexuales a través de Internet, tienen aventuras sexuales de ocasión con una variedad de parejas... e incluso pueden mostrar conductas parafílicas. Pueden ser heterosexuales, homosexuales. Pueden además utilizar una gran cantidad de objetos y juguetes eróticos. Algunas incluso cuentan con aficiones zoofílicas. Sin embargo, este tipo de conducta adictiva entre las mujeres es la más inusual.

Es generalmente cierto que la conducta sexual de la mujer está más circunscrita al ámbito de las relaciones de pareja, sin importar lo específico que pueda ser su comportamiento sexual. Una mujer en busca de sexo suele implicar a otra persona. Pocas muestran patrones de masturbación crónica y nada más. Para muchas, es mayor el atractivo de la relación que el del sexo. Esto parece estar cambiando, pero ésa es la tendencia.

En algunos estudios acerca del cibersexo realizados recientemente, los resultados muestran que ellas tienden a llegar al sexo de formas más indirectas que los varones. Así, su visita a salas de chat puede llevarlas a ello, más que el uso e intercambio de pornografía, como suele ocurrir con los hombres.

Algunas siempre han tenido a un hombre —o a una pareja— en su vida. Para ellas, una relación es su necesidad prioritaria y nunca han llegado a experimentar un período de "abstinencia" con respecto a las relaciones de pareja o sexuales.

"No soy nadie sin un hombre a mi lado; he tenido pareja desde los ocho años", aseveraba una paciente adicta a las relaciones de pareja. "¿Cómo me voy a sentir contenta sin un hombre que me ame? No me sería posible" —añadía—, "necesito sentirme deseada".

Una de nuestras pacientes, que mostraba una compulsión a ligar por Internet, comentaba: "Me encanta la sensación de ser deseada por un hombre. Cuando estoy en un chat y veo que varios chicos muestran un interés sexual por mí, sé que puedo elegir al que yo quiera y eso me da un subidón". En este sentido, el enganche, la adicción, tiene que ver con sentirse atractiva, llamar la atención constantemente y el poder que eso evoca. Para este tipo de mujeres ello puede ser suficiente. De hecho, puede que incluso se nieguen a tener sexo, si creen que pueden evitarlo.

En otras ocasiones —y en esto coinciden con los varones adictos al sexo—, lo que les mueve a buscar sexo es un estado emocional negativo. Puede que se sientan bastante solas y buscan el sexo creyendo que eso aplacará su soledad. Como no es así, el círculo se repite.

Las mujeres adictas al sexo experimentan las mismas consecuencias que los hombres, y otras adicionales. La más obvia es el riesgo a quedar embarazadas. De hecho, es posible que cuando existe una larga historia de adicción al sexo por parte de una mujer, también haya algún aborto en el camino.

El repudio familiar y social por su adicción al sexo suele ser mayor en el caso de las féminas. Cuando hay hijos, pueden enfrentarse a diversas situaciones de riesgo con las múltiples parejas de su madre. En el caso del hombre es muy distinto, ellos suelen mantener las relaciones sexuales sin involucrarlas en el entorno familiar debido a que se sienten más libres y tienen menos reparos en abandonar a sus hijos, mientras que las mujeres, aunque pierdan a la pareja, suelen cargar con la crianza de los hijos

Viernes, 22 de mayo de 2009