Corrientes (6-5-20): Me dirijo a Ud., para reclamar la revocación de su medida de impedir la caminata de esparcimiento a mayores y menores. El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

Con la torpe medida de prohibir la caminata con fines de esparcimiento a los mayores de sesenta años y a los menores de 14, Ud. tropieza de nuevo con la misma piedra que R.Larreta.

Para empezar, hago mías las palabras del afamado psiquiatra Luis Rojas Marcos: “Las expectativas adversas que existen sobre la vejez, casi siempre están basadas en la ignorancia o en premisas falsas”. Creo que éste es el caso.

La medida del gobierno provincial es:

*Inconstitucional, al impedir, sin causa eficiente, el derecho de libre circulación y de esparcimiento, consagrados en la Constitución Nacional, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Convención Americana de Protección de los Derechos de las Personas Mayores, la Constitución Provincial,

*Discriminatoria, al reprimir arbitrariamente a una franja etaria de la sociedad, la posibilidad de la caminata de esparcimiento en lugares públicos que tiene el resto de la sociedad.

*Inconsulta, porque no ha mencionado en su apoyo el dictamen de ningún experto ni la opinión de ninguna entidad específica.

*Infundada, porque precisamente son los adultos mayores y los niños los que necesitan en mayor medida la posibilidad de mejorar su estado físico y psíquico a través de las salidas de esparcimiento, y no al revés como pareciera que piensa su gobierno. Asimismo, los mayores son más conscientes y respetuosos de las medidas sanitarias.

*Contraria a lo que indica la ciencia médica sobre los beneficios de la caminata para la salud de los mayores y los perjuicios que causan la inactividad y el encierro.

*Paternalista, porque el derecho a la vida como a la muerte, son garantías básicas de las personas de cualquier edad, y no le han sido otorgadas al poder inconsulto de gobernantes paternalistas.

Impropia, porque la insuficiencia de respiradores y de camas en la emergencia, se logra con una política de salud pública de incremento de la infraestructura y de ninguna manera con el encierro inconsulto de una parte de la sociedad.

Ingenua, porque sí los mayores pueden trabajar, comprar, caminar por calle (repleta de gente en el centro), etc., de qué manera aumentaría su exposición al virus por el sólo hecho de hacer caminatas de esparcimiento.

Torpe, no sólo por las razones anteriores, sino porque la medida sólo afectará el estado físico y psíquico de los que se sentirán prisioneros de una medida injusta, inconsulta, discriminatoria e irracional.

Mal diseñada, por varias razones, pero en especial por establecer circuitos y horarios acotados, que sólo lograrán el resultado contrario: la concentración social en determinados espacios y horarios, cuando debería ser al revés. La caminata debería poder hacerse en toda la ciudad y desde el alba hasta que se ponga el sol, con el cumplimiento de las medidas sanitarias y el control discreto de la autoridad.

Burocrática, al establecer un procedimiento previo de permiso sin razón alguna, que sólo retardará y dificultará el ejercicio del simple hecho de salir a caminar.

Tengo más de sesenta años, y mi rutina diaria, antes de la cuarentena, fue siempre la de caminar una hora por día, lo que me posibilita mantener mi salud psíquica y física. Si me encuentran caminando por alguna plaza o parque, ¿me llevarán detenido, me alojarán en una cárcel, me aplicarán una multa, me acompañarán a mi casa, me tomarán de pies y manos si me niego, sellarán las puertas de mi domicilio?

Si quiere cuidar mi salud, señor Gobernador, no me discrimine y, menos aún, me encierre.

Atentamente.

Jorge Eduardo Simonetti

P.D.: Si mantiene la medida, cambie su lema actual por el siguiente: “¡A este virus lo paramos CON EL ENCIERRO DE ADULTOS MAYORES Y NIÑOS!”

Miércoles, 6 de mayo de 2020