El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, aseguró ayer que se mantendría un disputado resultado electoral pese a las protestas callejeras que, según funcionarios iraníes, han incitado Gran Bretaña y Estados Unidos.
Khamenei rechazó ayer una propuesta del candidato presidencial opositor Mirhussein Mussavi de formar una comisión independiente para revisar los resultados electorales. El máximo líder espiritual volvió a tomar la palabra para llamar al cumplimiento de la ley, que asigna al Consejo de Guardianes en exclusivo la tarea de revisar los resultados electorales. "No daremos un paso atrás en las leyes existentes en la República Islámica de Irán", afirmó. Khamenei, quien tiene la última palabra en todos los asuntos políticos importantes, de acuerdo con la Constitución iraní, dijo que las leyes prevalecientes deben ser respetadas y añadió que no admitirá presiones de la oposición.
No habrá marcha atrás. Asimismo subrayó que la revisión y decisión final sobre los resultados está constitucionalmente en manos del Consejo de Guardianes. El Consejo, cuyos doce miembros fueron nombrados directa o indirectamente por Khamenei, dio a conocer el lunes que postergaba por cinco días la publicación de los resultados. "Estos señores deberían entender que la ley no sólo impera en días buenos, sino todos los días", advirtió Khamenei en alusión a los candidatos presidenciales Mussavi y Mehdi Karrubi, que exigen la celebración de nuevos comicios.
La oposición iraní agrupada en torno a Mussavi había propuesto ayer la formación de una comisión independiente para resolver la disputa sobre los resultados de las elecciones presidenciales. "El informe final de esa comisión no sólo devolvería la calma a la sociedad, sino que también restablecería la credibilidad del sistema y, además, colocaría una vez más a Irán en la vanguardia como democracia islámica en el mundo", señaló el comunicado de Mussavi. Este y millones de iraníes acusan al gobierno conservador de fraude a favor del presidente Mahmoud Ahmadineyad, quien ganó la reelección, según cifras oficiales, con el 63 por ciento de los votos.
Las acusaciones de fraude electoral, que historiadores británicos han fundamentado con pruebas fehacientes, llevaron a protestas masivas en las calles de Teherán y otras ciudades iraníes, en las que participaron cientos de miles de manifestantes.
Manifestantes y policías antimotines chocaron ayer en las calles en torno al Parlamento iraní, mientras centenares de personas convergían en una plaza de Teherán en desafío a una orden oficial de desistir del reclamo de nuevas elecciones. La policía reprimió a los manifestantes con bastones, gases lacrimógenos y disparos al aire, dijeron testigos. Algunos manifestantes enfrentaron a la policía, mientras otros se replegaron.
Los seguidores de Mussavi planean soltar globos verdes y negros en sus protestas de mañana, en alusión a los colores de la oposición (el verde) y en señal de luto por la muerte de la estudiante Neda Agha-Soltan. La muerte de la joven durante una marcha de protesta, filmada con la cámara de un celular, dio la vuelta al mundo en los últimos días y ha convertido a Neda en un ícono de la resistencia.
Redadas. Entre tanto, la policía irrumpió ayer en la redacción del diario clandestino de Mussavi Kalameh-Sabz y detuvo a 25 reporteros por orden de la oficina de la fiscalía general de Teherán. Los periodistas también trabajaban para las páginas web de Mussavi.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Manuchehr Mottaki, comunicó que no tomaría en consideración la invitación para asistir al encuentro de los ministros de Exteriores del G8 en Italia. Irán ha acusado a varios países, sobre todo al Reino Unido y Estados Unidos, de inmiscuirse en sus asuntos internos a raíz de las elecciones y de estar detrás de los disturbios.
Jueves, 25 de junio de 2009