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Política
"Lo que Lucía me enseñó": la conmevedora carta del médico que le hizo una cesárea a una nena violada
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Domingo, 13 de diciembre de 2020

(13-12-20): El hecho había ocurrido en 2018, cuando la nena tucumana de 11 años fue violada y embarazada por su abuelastro. La madre pidió el aborto, pero varios profesiones se declararon "objetores de conciencia..." En el Hospital del Este, la mayoría de los médicos se negaron a realizar el aborto por ser objetores de conciencia, lo que causó el repudio de la sociedad tucumana. Un mes después del pedido de la desesperada madre, los ginecólogos Cecilia Ousset y José Gijena debieron realizarle a la nena una cesárea debido al avanzado estado de gestación.
En Interior la carta completa


Lucía es el nombre ficticio de una nena tucumana que a los 11 años fue violada por su abuelastro. En enero del año pasado, su madre pidió la interrupción del embarazo generado por ese terrible abuso al que se vio sometida la menor.

El bebé falleció. Pero desató en Tucumán una impresionante movilización bajo la consigna "Niñas, no madres", que se extendió a lo largo y ancho del país.

El jueves, horas antes de que Diputados debatiera el proyecto de legalización del aborto, uno de los médicos que participó de aquella cesárea, José Gijena, hizo pública una conmovedora carta pública titulada "Lo que Lucía me enseñó".

Lo que Lucia me enseñó
Una nena de 11 años violada, no debe ser madre. Una mujer que decide abortar no debe tener más riesgo de morir por ser pobre.

Mi nombre es Jose Gijena, médico Especialista en Ginecología y Obstetricia. Tengo 4 hijos, la más chica tiene hoy 11 años, imposible no hacer un paralelismo con la situación de Lucia, la niña a la que el estado quería convertirla en madre, mejor dicho, obligarla a maternar.

Mi hija tiene acceso a Educación Sexual Integral, no porque en la escuela le hayan enseñado, sino porque tiene padres médicos Ginecólogos. Lucia no tuvo acceso a ESI.

Fui el responsable directo de intervenir quirúrgicamente a esta niña Violada por su abuelo, le practiqué una cesárea porque ya no era viable una interrupción Legal del embarazo (ILE) en forma medicamentosa por lo avanzado de la gestación, ocasionada por que obstaculizaron desde el sistema de salud el acceso al derecho a la ILE que solicitaba la niña y su familia.

Por mi asistencia, solicitada por el ministerio de salud de Tucumán, a Lucia se me inició una causa judicial, acusándome de Homicidio Agravado, fui perseguido, estigmatizado, amenazado de muerte, insultado por redes sociales, teléfono, personalmente. Me usaron para disciplinar a otros médicos para que no se atrevan a realizar ILE.
Mis hijos fueron expulsados del colegio, tuve que mudarme del centro médico en el que atendía a mis pacientes, entre otras cosas.
A pesar de todo lo relatado...no me arrepiento de nada de lo que hice, de lo que dije, de lo que sostengo, es más, lo volvería a hacer.

La ILE está contemplada en el código penal Argentino desde el año 1921, casi 100 años, cuando el embarazo es producto de violación o se trata de mujer con alteraciones mentales o cuando corre riesgo la vida de la madre. Es legal, no punible, es un derecho.

A pesar de esto me querían preso los sectores antiderechos que se identifican con el pañuelo celeste.

Hace poco tiempo atrás se trató en él parlamento Argentino la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), como actualmente está ocurriendo en estos días.

Como se sabe tuvo media sanción en Diputados y la norma, no prosperó en el Senado.

Durante el debate se dijeron muchas cosas, que las mujeres no deben abortar, que los entreguen en adopción, que el estado debería asistir a las mujeres para que puedan llevar adelante el embarazo, etc. parecía que luego de que cayera la iniciativa de ley, tal como querían los pañuelos celestes, iba a haber una avalancha de pedidos de adopción, que se iba a educar en las escuelas para implementar una enseñanza que disminuya los embarazos no deseados al conocer cómo “cuidarse” las mujeres, siempre las mujeres, no es un dato menor. Los hombres al margen de la responsabilidad que les cabe.

Nada de esto pasó, no se educó, se obstaculizó la aplicación de la ley de ESI, la ley de Salud Sexual y reproductiva, y todo siguió igual que antes, con la diferencia que se puso más énfasis en obstaculizar las ILE, lo que yo hice con Lucia.

Las mujeres siguieron abortando, no se dictaron medidas en el congreso que proteger a las mujeres embarazadas que decidieran continuar, en definitiva, nada cambió para bien, todo lo contrario, y los médicos que asistimos a mujeres, seguimos contando muertas por abortos clandestinos, o asistiendo complicaciones graves cuando tienen la suerte y el acceso al sistema de salud luego de pasar por la clandestinidad, el miedo a ir presas o de perder la vida.

Una mujer decidida aborta, independientemente de su condición social o recursos intelectuales, de lo que se le diga, si está decidida hace lo que sea y aborta; la diferencia es que la que tiene recursos económicos y pudo educarse, tiene más chances de salir viva. Abominable desigualdad.

Hoy Lucia es una niña en crecimiento hermosa, haber transitado este camino con ella, haberla ayudado a “sacarle lo que el viejo le puso adentro”, palabras que usó ella en su desesperado pedido de ayuda, me transformó.

En Lucia conocí a la niña más valiente que vi en mi vida, me marcó para siempre, me enseñó que no se puede ser tibio en este tema, no se puede negar un derecho, no podemos permitir una sociedad tan desigual, las muertes por abortos clandestinos son inaceptables y siguen ocurriendo. Penalizarlo no resolvió nada, empeoró las cosas porque encarcelaron a mujeres por su decisión de abortar, pero siempre las presas son pobres. Este tema es un problema de salud pública, no religioso, no deben existir niñas madres.

Lucia me enseñó a ser valiente, a tomar su ejemplo de pelear por lo que corresponde, por que se respete y cumpla con lo que cabe por derecho, me enseñó que a la ILE le falta la IVE para tener una sociedad más justa y segura.

La única solución al problema de las muertes de mujeres por abortos clandestinos, es que el estado les garantice la asistencia, que las cuide, que las respete, que las escuche, que las contenga, que las asesore, me pasó muchas veces que luego de escuchar, y hablar con mis pacientes que querían abortar por la razón que fuere, cambian de decisión y continúan la gestación, en ese caso se evita un aborto, con la penalización no se logró nada más que empujar a la clandestinidad a las que de cualquier manera abortarán.

Señoras y Señores Diputados y Senadores, debe ser ley en esta oportunidad, ya lo impidieron hace dos años y nada cambió, las muertes evitables siguen.

Quiero vivir en una Argentina, en que el día posterior a la aprobación de la ley, sea más justa e igualitaria al menos en este tema. Quiero ver en este año de pandemia y muerte, que hagamos algo como sociedad para evitar más pérdidas de vidas evitables, sancionando esta ley se salvarán millones de personas con capacidad de gestar a lo largo del tiempo, y sin dudarlo, los números de abortos disminuirán al garantizar el estado la contención de las mujeres que se encuentran en la peor de las pesadillas, cuando toman la decisión de abortar.

Para que no haya más muertas, para que no existan más niñas como Lucia...QUE SEA LEY!!


Domingo, 13 de diciembre de 2020

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