Corrientes (22-12-20): Las vísperas de las fiestas de fin de año movilizaron a miles de correntinos a las calles en plena pandemia, una actitud que se verá reflejada en contagios, internaciones y muertes en dos semanas. Enero aparece en el horizonte como un mes durísimo en materia sanitaria. Si bien la nota se refiere a la capital correntina, idéntica situación se vive en todas las ciudades correntinas en donde el relajamiento, la movilidad social con motivo de las fiestas de finde año y las habilitaciones de diversas actividades son una verdadera postal de épocas prepandémicas, mostrando la irresponsabilidad comunitaria.

Desde los ámbitos sanitarios la movilidad creciente de estos días los pone contra la espada y la pared. O desanimarse ante los cuidados que no se mantienen o hacer de tripas corazón para afrontar el tsunami que se viene.

El fin de semana y durante el inicio de la presente, la mayor cantidad de circulante en la calle hace que la gente salga a gastar, a pasear y a aglomerarse como en tiempos normales.

"Creen que con un barbijo ya están inmunes, cuando nosotros debemos usar todos los equipos de protección para atender de cerca a una persona y no contagiarnos" se exasperó una enfermera que trabaja a destajo en el Hospital de Campaña. Por día atienden más de cien consultas con personas con síntomas. Si bien en las últimas dos jornadas ninguna quedó internada, sí sorprende la cantidad de jóvenes que están cursando la enfermedad y aún así deambulan por la calle sin probemas, diseminando el virus.

"La idea de vivir el momento presente sin síntomas, nos hace olvidar que el coronavirus ya puede estar dentro nuestro desde hace días. No hace falta toser o tener fiebre, solo hace falta ser un propagador serial para terminar haciendo una catástrofe en nuestro entorno o en la calle y lugares aonde nos movemos", sentenció otro personal de salud.

Esa realidad la ven tan de cerca que se aventuran a predecir que en dos semanas los centros de salud comenzarán a recibir pacientes en masa, así como hoy se movilizan a los centros comerciales. Una realidad que no es solo de Corrientes, sino de todo el país y de Sudamérica en la previa de las fiestas.

Desde el gobierno ven con preocupación, pero no hay prevención. Solo expresiones abriendo el paraguas para luego echar la culpa al comportamiento social. No se atreven a imponer medidas más drásticas, por temor a que no se las obedezca.

En medio de ese tironeo, el drama es que sólo pueden pensar hasta dpnde resistirá el sistema sanitario, en especial el personal médico y de nefermeros, cuando la ola pegue fuerte en pleno verano correntino.

No habrá chamamé ni carnaval, pero que habrá baile y jaleo en los hospitales, seguro que sí.

Martes, 22 de diciembre de 2020