Al menos siete personas murieron y otras dieciséis resultaron heridas al estallar un coche bomba en un control policial en la ciudad de Ramadi, capital de la provincia de Anbar.
Según fuentes oficiales, entre las víctimas hay civiles y agentes policiales, y entre los heridos hay mujeres y niños. La explosión se produjo cuando un terrorista suicida se acercaba con su vehículo al control policial.
Este ataque coincide con un incremento de la violencia en Iraq, especialmente en las zonas del norte del país, expuestas frecuentemente a las acciones terroristas de los distintos grupos étnicos.
También se produce días después de que los soldados de EE.UU. destinados en Iraq abandonaran a fines de junio los centros urbanos, cuya seguridad ha quedado a cargo del ejército y la policía del país.
Miércoles, 15 de julio de 2009