Policiales: Cuando las celebraciones en honor a la Virgen de Itatí llegaban a su fin, una descomunal pelea en la plaza frente a la Basílica generó un revuelo inusitado, pero que sólo se vio superado por la actitud de uno de los protagonistas, que decidió tragarse su celular mientras los uniformados locales lo llevaban detenido.
A pocas cuadras del Hospital Escuela, donde estaba siendo trasladado de urgencia, lo vomitó y de esta manera quedó fuera de peligro.
Promediaban las 18 cuando en la esquina de la plaza, Obispo Niella y 25 de Mayo, a pocos metros de las escalinatas de la Basílica de Itatí, se desató una gresca descomunal que involucró a varios jóvenes completamente alcoholizados.
Uno de ellos fue Walter Encinas (28), oriundo de la capital correntina, quien junto a un “compinche” fue demorado por la Policía, al igual que otras personas.
En medio del procedimiento y “sin que ninguno de los uniformados se diera cuenta, Encinas se mandó a la boca su celular y se lo tragó”. Se trata de un aparato marca Motorola C115 de color negro, “uno chiquitito”, dijo una fuente policial.
Cuando los efectivos notaron lo que el sujeto había hecho, pasaron de un procedimiento de arresto a uno de reanimación, ya que “Encinas comenzó a ponerse violeta, no podía respirar porque el celular se le había atravesado en la garganta, obstruyéndole la posibilidad de respirar bien”, explicaron a “época” voceros oficiales.
Con la premura del caso, los médicos locales decidieron trasladarlo con suma urgencia hacia la capital correntina.
En pocos minutos la ambulancia ya había ganado la ruta y dentro de ella dos paramédicos y un policía intentaban reanimar a Encinas practicándole todo tipo de técnicas.
El milagro sucedió recién cuando la ambulancia ingresaba a la ciudad de Corrientes. El hombre comenzó a tener una serie de arcadas, generándole una reacción en cadena de vómitos constantes, lo que finalmente hizo que el celular sea expulsado.
Quizá la parte cómica de todo este drama sucedió cuando la víctima era ingresada al shock room (sala de emergencia) del Hospital Escuela.
Cuentan los paramédicos que recibieron a la víctima que ni bien vomitó el teléfono, el aparato comenzó a sonar y su dueño, como si no hubiera pasado absolutamente nada, respondió y mandó algunos mensajes. Todo ocurrió ante la presencia de los médicos y varios pacientes que no salían de su asombro, algunos de ellos hasta se sonrieron por tan grotesca situación.
La presencia del sujeto en el Hospital Escuela no pasó de los 15 minutos, una vez que se comprobó que ya nada obstruía su garganta, lo volvieron a subir en la ambulancia y esta vez acompañado por el policía fue directamente trasladado hacia la comisaría donde quedaría alojado por revoltoso.
Algunos de los paramédicos que trabajaron para salvarle la vida al hombre dijeron que posiblemente el tamaño tan pequeño del celular y su forma anatómica jugó a favor de la víctima, porque de haberse tratado de otro tipo de aparato, quizá los que se despliegan al medio, el final pudo ser más dramático.
La causa está en manos de la comisaría de Itatí donde finalmente fue alojado el sujeto, en la misma celda donde ya lo aguardaba el muchacho con quien había iniciado la pelea.
Viernes, 17 de julio de 2009