Lima (20-7-21): Después de una demora de 6 semanas marcadas por la tensión y las amenazas golpistas, el maestro y sindicalista de izquierda fue proclamado oficialmente presidente. Una victoria de los sectores populares y excluidos que respaldaron su llamado a cambiar el modelo económico neoliberal.
Por Carlos Noriega
Fue una larga espera, marcada por tensiones y amenazas golpistas. El profesor y sindicalista de izquierda Pedro Castillo ya es oficialmente presidente electo del Perú. Después de seis semanas, algo sin precedentes, el Jurado Nacional de Elecciones proclamó la noche del lunes a Castillo como el ganador de las elecciones del 6 de junio. Una proclamación histórica. El triunfo de Castillo, un maestro y campesino que viene de una empobrecida zona andina y que asumirá la presidencia este 28 de julio, es la victoria de los sectores populares, de las poblaciones marginadas, de las olvidadas zonas rurales, de los históricamente excluidos, que en esta victoria electoral encuentran una reivindicación en el año del Bicentenario de la Independencia del país. Es también el triunfo del cambio, de una propuesta que ha ganado pidiendo el respaldo de la población para cambiar el modelo económico neoliberal que impera hace más de tres décadas en el país. A tono con estos tiempos de pandemia, la sesión de proclamación de Castillo como presidente electo fue virtual. El próximo presidente recibió su proclamación conectado por internet desde su local partidario, en el centro de Lima. En las afuera del local, una multitud celebraba el momento de triunfo. “Sí, se pudo”, comenzaron a corear apenas fue oficialmente proclamado como presidente electo.
Minutos después de su proclamación, Castillo apareció en el balcón del segundo puso de la vieja casona del centro de Lima donde funciona el local del partido Perú Libre, que lo ha llevado a la presidencia. Lo hizo acompañado por su vicepresidenta, Dina Boluarte. “Muchas gracias compañeros y hermanos, muchas gracias a todos los peruanos”, fueron sus primeras palabras. La multitud vitoreaba. Como en todas sus presentaciones públicas, llevaba el sombrero blanco de ala ancha típico de los hombres del campo de Cajamarca, la zona andina de la que es oriundo y donde ha vivido y trabajado como maestro y campesino en su chacra, hasta que se metió a la campaña electoral que lo ha llevado a la presidencia. Cuando hace unos meses comenzó la campaña nadie lo tomaba en cuenta. Fue la gran sorpresa. Ahora es el primer presidente del Perú de un partido de izquierda. En su pequeño pueblo natal la población tomó las calles coreando “Pedro, presidente”. Las celebraciones se repitieron en todo el país.
Como en otras ocasiones en estas últimas semanas, quien en unos días se convertirá en presidente del país hizo un llamado a la unidad. Un llamado hecho cuando desde la derecha se busca dividir al país, enfrentarlo, con llamados golpistas a no reconocer la legitimidad del nuevo presidente. “Llamo a la más amplia unidad para abrir las puertas del próximo Bicentenario. Traigo el corazón abierto para todos, aquí en este pecho no hay rencor. Compañeros y hermanos, primero está el Perú”, señaló Castillo durante su breve discurso de victoria. “Invoco a los contendores políticos a acercarnos. Invoco a la lideresa de Fuerza Popular, a la señora Fujimori, que no pongamos más barreras en esta travesía, no pongamos más obstáculos para sacar adelante este país”.
Castillo dijo que había sido “una lucha de muchos años” para llegar a la victoria popular celebrada este lunes. Prometió “un gobierno de todas las sangres, sin discriminación alguna, donde nadie se quede atrás”. Tuvo palabras de apoyo y reconocimiento para las poblaciones indígenas, para “los hombres y mujeres del Perú profundo”, a quienes les aseguró que gobernaría para defender sus derechos. Él mismo viene de ese Perú profundo. “Así como nosotros confiamos en ustedes, pido la lealtad de este pueblo con nosotros, pido el esfuerzo y el sacrificio, que compartiremos juntos en este esfuerzo para hacer un Perú más justo, más digno y más unido”, exclamó. Quienes lo escuchaban estallaron en aplausos y gritos de victoria. Entre ellos, muchos eran pobladores del interior del país, de zonas rurales, que viajaron a Lima para defender la victoria de Castillo que la derecha intentó arrebatarle con maniobras para quitarle votos, con reclamos sin fundamento de un supuesto fraude. El presidente electo reconoció ese respaldo. “Ustedes han hecho el esfuerzo de estar aquí, muchas gracias por esta gesta, por esta lucha. Gracias a todos los que han luchado las 24 horas del día, hombres y mujeres del último rincón de la patria, pueblos indígenas. Vamos a trabajar juntos”. La multitud comenzó a corear: “Vamos pueblo, carajo, el pueblo no se rinde, carajo”.
“Rechazamos cualquier cosa que vaya en contra de la democracia. No vamos a permitir que se robe un centavo al pueblo peruano. Ratificamos nuestro compromiso, luchar contra la corrupción y los grandes males de país”, fueron las palabras con las que cerró su discurso de victoria ante una entusiasmada multitud que, por fin, pudo celebrar. Fue una noche de júbilo y de desahogo, de un festejo contenido por semanas por los intentos de la derecha de cambiar el resultado electoral, lo que demoró la proclamación. Castillo ofreció que su gobierno dará estabilidad jurídica y económica.
Castillo ganó con el 50,12 por ciento, algo más de 44 mil votos que la derechista Keiko Fujimori. La hija del encarcelado exdictador Alberto Fujimori no reconoció su derrota, la tercera consecutiva en una elección presidencial, y maniobró para anular mesas de votación en las zonas rurales donde Castillo obtuvo un masivo respaldo, alegando un inexistente fraude en esos lugares. Todos sus reclamos fueron rechazados por falta de sustento. Eso demoró la proclamación de Castillo. Castillo ha insistido en sus llamados a la unidad, pero su gobierno deberá enfrentar a una derecha que ha hecho llamados a un golpe para evitar que asuma como presidente y sin argumentos niega la legitimidad de su triunfo y anuncia acciones desestabilizadoras contra su gobierno.
Horas antes de la proclamación de Castillo, Keiko Fujimori dio un mensaje que fue una declaración de guerra. Contradictoria, dijo que reconocería el resultado electoral que ha dado como ganador a Castillo, pero señaló que el gobierno del sindicalista de izquierda sería “ilegítimo”. Llamó a sus seguidores a movilizarse en contra del nuevo gobierno.
Minutos después de oficializada su proclamación como presidente electo, Castillo comenzó a recibir felicitaciones de presidentes y personalidades de todo el mundo. “Todas nuestras felicitaciones a Pedro Castillo, quien finalmente fue proclamado hoy presidente del Perú. Le deseamos mucho éxito en su gestión y enviamos un fuerte abrazo al querido pueblo peruano”, fue el mensaje enviado por la vicepresidenta argentina Cristina Kirchner.
Martes, 20 de julio de 2021