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Política Coronavirus
El criterio epidemiológico que puso en crisis el ordenamiento institucional
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Domingo, 28 de noviembre de 2021

Concepción (28-11-21): La orden devenida del Ministerio de Salud para que las medidas restrictivas que había implementado el intendente de esta localidad, Pipo Fernández, ante el brote de covid al que hace frente y la evidencia de la presencia de la cepa Delta del virus, puso en claro la pretensión de autocracia del gobierno provincial que no respeta las autonomías municipales, y decididamente muestra la intención manifiesta de privilegiar la economía por sobre la salud, Concepción es una pujante localidad en la puerta del Iberá en donde empresarios efectuaron grandes inversiones para el turismo, todo encabezado por el senador Sergio Flinta, por lo que cualquier atisbo de restricciones puede perjudicar a los inversionistas muy ligados a ECO. El mismo criterio de privilegiar la economía por sobre la salud se da en Goya en donde el gobierno radical no efectúa los controles sanitarios correspondientes y el brote se descontroló por permitir fiestas con miles de asistentes sin control alguno las consecuencias están a la vista.

Mientras el mundo levan­ta la guardia por los nuevos oleajes de la pandemia de coronavirus que ha depara­do en las últimas horas una novedad estremecedora con la aparición de la variante Ómicron, que tiene mayor probabilidad de contagios debido a sus múltiples mu­taciones, aquí en el Taragüí hay un disimulado tironeo por la admisión oficial o la negación tajante de la cir­culación comunitaria de la variante Delta. La controver­sia, que quedó expuesta en el preludio del fin de semana, tiene en situación de tensión a los funcionarios del área política, que pretenden des­pejar cualquier insinuación de peligro, y a los directores de hospitales del interior y algunos intendentes, que están haciendo frente en sus respectivas comunidades a un cuadro sanitario cada vez más complejo.

A tal extremo llegó el cor­tocircuito, que un organismo técnico del Ministerio de Sa­lud Pública sobrepasó todos los límites, incluida la Cons­titución provincial, para dic­tarle órdenes a un intenden­te. El argumento sanitario invocado, que seguramente debe ser real y por lo tanto atendible, desbarató el orde­namiento institucional, que todo funcionario debe cono­cer y respetar.

En pocas palabras, el co­mité de los médicos exper­tos en covid-19 instaló una crisis de mando. Lo sufrió el bonito y floreciente mu­nicipio de Concepción del Yaguareté Corá, cuyo jefe comunal tuvo que bajar -en cuestión de horas- todo el plan de restricciones que ha­bía puesto en marcha debido a la proliferación de casos.

El Comité de Crisis de la Provincia, a través de una comunicación que hizo pú­blica la oficina de prensa de la Gobernación, le dijo al intendente Lucio "Pipo" Fer­nández que no tenía permi­so para adoptar las medidas preventivas que estableció y le ordenó suspender todo. El grupo de expertos le espetó que tomó decisiones de ma­nera inconsulta y criticó que no seguía la estrategia de prevención de la Provincia "ni tuvo en cuenta criterio epidemiológico alguno".

Pipo Fernández, que es tropa propia de ECO+Vamos Corrientes, retrocedió sin decir palabra. El viernes, apenas 24 horas después, dictó una nueva resolución dejando sin efecto todo el paquete. Así, Concepción del Yaguareté Corá, epicen­tro del turismo en el Iberá, quedó libera­da de restricciones. Los expertos deben estar más tranqui­los, impusieron su criterio profesional aunque a costa de lesionar el prin­cipio de autonomía munici­pal.

Peligrosa conducta de intromisión que conviene no repetir. Para enfrentar a cualquier virus -especial­mente el del autoritarismo- se necesita a las institucio­nes gozando de buena salud.

El caso de Concepción remite a una discusión que ya se libró sin éxito sobre qué es prioritario: la salud o la economía. Esto fue motivo de un largo y des­gastante debate durante la parte más dura de la pan­demia el año pasado y hoy el criterio que parece impe­rar, al menos por parte del Gobierno de Corrientes, es que la situación epidemio­lógica, salvo que sea muy grave, no debe obstaculizar las actividades económi­cas.

El turismo es la gran apuesta de la Provincia, ya se ha programado cha­mamé, carnavales, y todas las localidades del interior con atractivos están listas para recibir visitantes, eso incluye a Concepción del Yaguareté Corá que es uno de los portales de acceso al Iberá y la joya de un grupo empresario amigo del po­der. Desde esta perspecti­va, cualquier tipo de res­tricción es perjudicial para el negocio.

En este marco se inscri­be la pretensión oficial de desinflar cualquier señal de preocupación por la presencia de la temible va­riante Delta, que ya está en Corrientes, aunque se nie­gue. Según parece la inten­ción del Gobierno es esti­rar lo más que se pueda los plazos de libertad antes de tener que comenzar nue­vamente con las barreras preventivas, sin embargo, el reloj epidemiológico está corriendo cada vez más rá­pido.

Como sea, los diagnós­ticos divergentes sobre la situación sanitaria que­daron silenciados por un par de intervenciones -del ministro Ricardo Cardozo y del ministro Carlos Vig­nolo- que descartaron ter­minantemente cualquier posibilidad de circulación comunitaria de la varian­te Delta en el interior de Corrientes. Esas afirma­ciones ministeriales ob­turaron todo comentario diferente y sepultaron las advertencias del director del hospital de Goya, el de Santa Rosa y un par de jefes comunales. El "coscorrón" a Lucio Fernández termi­nó de galvanizar el relato: "todavía no hay Delta". Sin embargo, en paralelo, Sa­lud Pública bajó con todo lo que tiene, equipos y vacu­nas, en Saladas, Santa Rosa y Concepción.

Quizás no esté la Delta, pero algo está pasando. (L.A.S)

Brulote de autocracia

El jueves pasado, al tiempo que llegaban noticias preocu­pantes desde el interior por el creciente número de conta­gios de coronavirus, el ministro de Salud, Ricardo Cardozo, convocó al Comité de Crisis para analizar la situación epi­demiológica. La primera respuesta fue que "se está vivien­do la transición de la variante Manaos a la Delta, que está ocurriendo en todo el país". Segundo, se dispuso acentuar la vigilancia y reforzar la vacunación en tres localidades.

Ese mismo jueves, el intendente de Concepción dispuso un paquete de restricciones. Versiones indican que la loca­lidad arde de casos, con contagios dentro del mismo Muni­cipio. El viernes salió a las radios el ministro Carlos Vignolo y descartó enfáticamente la circulación comunitaria de la variante Delta. A la par se conocía la "orden" del Comité de Crisis que obligaba a retroceder a la Municipalidad de Con­cepción.

Un brulote institucional, que en la descortesía instaló una riesgosa señal de autocracia central en detrimento de los go­biernos municipales. Invocaba autoridad en la Ley 6233, que define el organigrama ministerial, pero no tiene potestad so­bre las comunas. La Constitución provincial está por arriba de todo, incluso de los médicos.

"Crean desconfianza"

Los diversos llamados de atención que emergieron desde el arco político local por el episodio de Concep­ción, cuyo intendente se vio obligado a desactivar un plan de prevención sanitaria por orden ajena a su ju­risdicción, advierten que la injerencia constituye una señal de alerta porque lesiona la salud institucional. Uno de los que se pronunció tajante al respecto fue el ex gobernador y dos veces intendente de la Capital, Raúl "Tato" Romero Feris, quien remarcó que es una señal negativa, pues genera desconfianza en la medi­das y opaca el poder de las legítimas autoridades.

Dijo el líder del Partido Nuevo: Quiero reivindicar firmemente la autonomía municipal, tras los sucesos en los que se obligó a la Municipalidad de Concepción del Yaguareté Corá a dar marcha atrás en una medida absolutamente necesaria en el contexto de preven­ción, ante la expansión del coronavirus en la locali­dad. Sin desconocer la autoridad sanitaria del Comi­té de Crisis provincial, este no tiene poder ni alcance político, y más aún, su actitud no está avalada por el sistema federal que nos rige, que de ninguna manera puede ser menoscabado como lo fue con una supues­ta "orden" al intendente, que está viviendo en carne propia los efectos de esta enfermedad, y que sabe más que nadie lo que es sufrirla. Con actitudes como estas se destruye la confianza en las autoridades, se ataca el sistema de autonomía municipal que nos rige en un Estado Federal, y se nos predispone a desconfiar de fu­turas medidas


Domingo, 28 de noviembre de 2021

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