Miles de personas se movilizaron hoy en Tegucigalpa para reclamar la restitución del depuesto mandatario, quien se encuentra atrincherado en la embajada de Brasil hace cinco días
La crisis política abierta tras el golpe de Estado en Honduras volvió el sábado a punto muerto, con el depuesto presidente Manuel Zelaya atrincherado en la embajada de Brasil y el gobierno de facto negándose rotundamente a devolverle el poder.
Unos 2,000 partidarios de Zelaya marcharon en Tegucigalpa hasta la legación diplomática con banderas rojas y de Honduras exigiendo la restitución del mandatario, seguidos de cerca por policías y soldados con equipos antimotines, días después de que manifestaciones similares dejaran un muerto y varios heridos.
Zelaya y el presidente de facto Roberto Micheletti habían coqueteado esta semana con el diálogo, pero esa posibilidad se esfumó al chocar contra un obstáculo aparentemente insuperable: la restitución del mandatario derrocado el 28 de junio.
"Totalmente descartado", dijo Micheletti a periodistas la noche del viernes. "Además, él tiene cuentas pendientes con la ley en nuestro país", añadió.
Zelaya fue sacado hace tres meses de la cama a punta de pistola y expulsado del país, horas antes de un referéndum que abriría el paso a la reelección presidencial, algo que sus detractores veían como un intento de emular a su aliado, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
El gobierno de facto lo acusa de haber violado la Constitución al tratar de realizar la consulta popular, que había sido prohibida por un juez. Zelaya regresó clandestinamente a Honduras y se refugió con un puñado de partidarios en la embajada de Brasil, en un nuevo y dramático intento por recuperar el poder.
La secretaria de Estado de los Estados Unidos, Hillary Clinton, dijo que en los próximos días una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) viajará a Honduras para intentar otra vez la firma del Acuerdo de San José, un plan del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, que incluye la restitución de Zelaya.
"Sabremos más acerca de esto más tarde", dijo Clinton a periodistas. Los Estados Unidos condenan el golpe de Estado y ha cancelado la ayuda militar y visas a funcionarios del gobierno de facto y empresarios que lo apoyaron.
Micheletti apuesta a que las elecciones presidenciales de noviembre permitan voltear la página y romper el aislamiento internacional al que está sometida la empobrecida nación.
Sábado, 26 de septiembre de 2009