La decisión tomada, el día viernes, por el Partido Justicialista libreño de dejar en libertad de acción a los afiliados y simpatizantes y que quienes consideren reclamar nuevamente por el fraude perpetrado, que dejó al peronismo sin estar en el balottage, voten con la boleta 2 a fin de anular el voto, está en consonancia con lo determinado por el PJ provincial en el día de hoy. Las consideraciones con respecto a los referentes locales de ambos candidatos, Eduardo Vischi y Vicente Picó.
Dar el apoyo a alguna de las fórmulas radicales que estarán en la 2ª vuelta en Paso de los Libres siempre fue considerado altamente improbable, independientemente de las decisiones partidarias, no une al justicialismo local ningún punto de coincidencia con las políticas aplicadas por el Intendente Vischi y referente de Ricardo. La persecución efectuada a los empleados con filiación justicialista desde hace casi cuatro años ha sido permanente, hecho que en ningún gobierno desde el advenimiento de la democracia ocurrió.
El justicialismo libreño entiende la política en términos generales de igualdad y hace una cuestión principal de la problemática social algo totalmente opuesto a lo concretado por Vischi, que en lugar de atacar la problemática de la pobreza, tenemos un 35% de la población debajo de la línea de pobreza y 15% en indigencia absoluta, mas que la media provincial, y el gobierno comunal se dedica a efectuar obras en su mayoría de maquillaje, plazas, costanera, sambódromo, que si bien son necesarias no son prioritarias, y lo mas grave es que es todo un gran negocio para los amigos del poder.
Ante esta realidad y con un futuro en que nada cambiará, al contrario, ningún tipo de acuerdo o indicación de votar se puede efectuar con el ricardismo local.
Por el lado del Frente de Todos, con quienes el justicialismo ya fue de aliado hace dos años, la dificultad de acordar algún tipo de apoyo con el Senador Vicente Picó radica fundamentalmente en la diferencia de la visión política, es lo mismo que el ricardismo, y en la falta de cumplimiento de los acuerdos alcanzados en aquella oportunidad. Se le agrega a Picó el hecho que si no puede alinear a la propia tropa muy lejos está de poder concretar acuerdo alguno con otras fuerzas políticas.
Además se suma el hecho de que en ningún momento hubieron conversaciones serias institucionalmente, hubieron si llamadas informales efectuadas en su mayoría por dirigentes de tercera línea, hecho que le quita totalmente seriedad a la cuestión y ratifica que la decisión partidaria estuvo a la altura de las circunstancias.
Habrán si algunos militantes que “trabajarán” a cambio de alguno de los jugosos pagos que están ofreciendo desde ambos sectores, pero siempre quedará la duda de hacia donde jugarán las mas de 4000 voluntadas que rechazaron ambas propuestas y que quieren un futuro distinto al que proponen.
Domingo, 27 de septiembre de 2009