Las investigadoras libreñas Guadalupe de Aguirre y Gladis Mango de Rubio participaron del 29º Encuentro de Geohistoria Regional desarrollado en Posadas, Misiones. Allí presentaron ante el público académico el avance de su trabajo "Resignificación del Pueblo de San Roquito en el departamento libreño". Se trata de un aporte científico que ratifica al hoy convertido en el paraje San Salvador, como un asentamiento de raíz jesuítica forjado en torno a la estancia San Jorge que merece ser incluido en la Ruta de las Misiones Jesuíticas.
Con el auspicio de la Municipalidad de Paso de los Libres las licenciadas Guadalupe de Aguirre y Gladis Mango de Rubio presentaron el viernes en el 29º Encuentro de Geohistoria Regional desarrollado en el Instituto "Hernando Arias de Saavedra" de Posadas, Misiones, el trabajo denominado "Resignificación del Pueblo de San Roquito en el departamento libreño". El avance de esta indagación científica se constituye un hecho relevante para esta comunidad y un antecedente que persigue la incorporación de ese espacio geográfico, que alberga importantes vestigios de la cultura jesuítica en la Ruta de las Misiones Jesuíticas de Corrientes.
El trabajo presentado por las investigadoras, circunscribe la exploración de los antecedentes históricos al período de 1816 hasta 1830, aunque hacen algunas referencias a años anteriores y posteriores en la búsqueda de reforzar el objetivo de revalorizar el espacio libreño.
Durante la exposición, las autoras aclararon que "si bien Paso de los Libres no es un pueblo misionero, está situado en la ruta jesuítica de la provincia de Corrientes" ya que "en su espacio departamental se había levantado la estancia San Jorge fundada por los jesuitas y dependía de Yapeyú.
En la reconstrucción de los sucesos históricos que enmarcaron el funcionamiento de la estancia jesuítica, Mango y De Aguirre recordaron que otras estancias fundadas también en el departamento libreño fueron San Andrés, en la costa oriental del Miriñay, quedando a cargo de los naturales Alonso y Domingo Manduré y San José en las cercanías del arroyo Tapebicuá.
"Estas estancias fueron destruidas junto con los pueblos misioneros durante la invasión de los paulistas, aunque según documentación consultada la capilla San Jorge se mantuvo hasta 1820. Además de las capillas, en las estancias se instalaban campamentos cercanos a los cursos de agua que albergaban a los trabajadores rurales. En nuestro estudio es el río Miriñay y su entorno que se constituye en escenario para los acontecimientos referidos", señalaron.
La geógrafa e historiadora resaltaron las condiciones que facilitaron la instalación del poblado de San Roquito en el departamento libreño y destacaron que el asentamiento adquirió "mucha trascendencia en el período pos jesuita, cuando los pueblos misioneros cansados y agobiados por las invasiones nombradas, las diferencias políticas y las dificultades económicas inician diferentes peregrinajes" y aseguran que ese pueblo "fue la capital de las Misiones post-jesuíticas".
Actualmente San Roquito se sitúa en el paraje San Salvador, segunda sección del Departamento Paso de los Libres y está integrado a la red vial por la Ruta Provincial Nº136 .
Además las autoras recalcaron que la historiografía misionera analiza en forma "exhaustiva" la historia de los pueblos misioneros, donde insertan al poblado de referencia como un asentamiento pos jesuita.
CARACTERÍSTICAS DEL POBLADO
"Si pretendemos ahondar sobre los orígenes de este pueblo no podemos dejar de analizar el accionar del general Artigas de Andrés Guazuray, Pantaleón Sotelo, Javier Siti, Félix Aguirre, Aulesia, Francisco Ramírez, Estanislao López. Pasando por el accionar también de porteños, correntinos y portugueses, pero teniendo como eje vertebrador a San Roquito", indicaron en su exposición las licenciadas y remarcaron que "cuanto más sepamos de lo sucedido en el espacio de aquellos años, más rica será la historia de nuestro pueblo que se manifiesta aluvional por excelencia, olvidando a veces esos primitivos tiempos en que tuvo poblados de tres etnias: yarós, charrúas y guaraníes".
Entre las características de aquel pueblo pos-misionero destacaron que "la ranchada o campamento de los trabajadores rurales en torno a la estancia constituía el fundamento del asentamiento". Y entre otros detalles comentaron que "San Roquito se manifestó muy revoltoso por aquellos tiempos" ya que "sus pobladores mantenían diferencias con los yapeyuanos o los cruceños, retaceaban el apoyo a las autoridades como el caso de Siti y no aceptaban algunos acuerdos".
"Tampoco prestaban sus hombres para intervenir en acciones bélicas que no estuvieran específicamente vinculadas a su pueblo", indicaron y agregaron datos censales: "Ya en el año 20 San Roquito contaba con 354 habitantes (...) y fue en ese año que Siti rompe definitivamente con Ramírez y los pueblos que lo acompañaron acampan en la capilla "San Roque" con enseres, armas e imágenes sagradas".
Asimismo, las investigadoras que mostraron fotos de restos de aquel asentamiento en el actual paraje San Salvador, comentaron que "una vecina de 85 años informó que su abuela contaba que durante unas excavaciones encontraron, además de oro, algunas alhajas y una imagen de San Roque en tamaño pequeño, que fue luego el patrono que le habría dado nombre al poblado".
Como dato relevante, la investigación deja asentado que "el pedido de incorporación que hace el cabildo de San Roquito el 6 de febrero de 1822 a través de representantes, todos vecinos guaraníes, tiene mucha importancia en cuanto al ejercicio de la representatividad" y en su contacto con EL LIBERTADOR, las autoras resaltaron la importancia de reconstruir sendas y valorar los vestigios del pueblo que fue incluido dentro del proyecto jesuítico del siglo XVIII y espera ser incluido en la ruta jesuítica correntina.
Jueves, 8 de octubre de 2009