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23/09/2024 04:28:22
Política Opinión
Reflexiones de la elección de ayer
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Lunes, 14 de agosto de 2023

Bs. As. (14-8-23): Hace algunas columnas decíamos que estas Primarias parecían encaminarse a una lucha entre el oficialismo y los cambiemitas, a menos que Javier Milei produjera una de las sorpresas más estrambóticas de nuestra historia electoral.

Por Eduardo Aliverti

La sorpresa sucedió hasta el punto de que el propio Milei declaró
que un muy buen desempeño de su parte implicaba rondar el 20
por ciento a nivel país. O algo más en la mejor de las hipótesis.

Seguramente, ni él mismo calculó ese fenomenal
acompañamiento obtenido en distritos donde el sapo que
hizo fue tan grande como las apuradísimas conclusiones de
la mayoría de los analistas, capaces de darlo por perdido e,
incluso, de ridiculizarlo.

No sólo los encuestadores volvieron a pasar un papelón
generalizado. El mea culpa debería alcanzar a numerosos
comentaristas ¿profesionales? que, como resulta obvio, nunca
terminan de aprender que es inviable trasladar el resultado
de elecciones provinciales al plano nacional.

Quizá no deban tenerse pretensiones de originalidad respecto de la
extraordinaria votación del “libertario”.
Sería claro que estamos ante la versión actualizada del “que se
vayan todos”, si es por la expresión de bronca y furia contra la
“clase” política.

Pero no es seguro si, además de eso, los votantes de Milei
depositan confianza plena -o siquiera fuertes convicciones-
en torno a las capacidades ejecutivas del personaje.

En otras palabras, ¿lo votaron también a Presidente, o con
exclusividad como vehículo del enojo?

Estas líneas, como todas las de estas horas, se escriben sobre el
pucho y sin más aspiraciones que una primera impresión global. No
hay tiempo para radiografías precisas, que irán decantando en los
próximos días.

Sin embargo, pueden arriesgarse algunos trazados nodales.

Por ejemplo, que alrededor de un tercio del electorado se
concentra en la franja de entre 18 y 30 años. Y que sería otra
sorpresa si el núcleo duro de Milei no radicara en ese voto joven;
mayormente masculino; de sectores ubicados entre el fondo de la
pirámide o apenas un poco por encima; sin expectativas de
progreso de ninguna índole; afectados por la ausencia de trabajo o
ingresos estables.

Es a esa franja a la que Unión por la Patria jamás supo
hablarle, tanto en lo relativo al rango de lo económico cuanto en lo
inherente a factores como el de “la inseguridad” que, en la recta
final de la semana pasada, se tiñó de episodios espantosos (muy
probablemente usufructuados por el conjunto mayoritario del
espíritu de derechas, que está lejos de ser un fenómeno local. Debe
salirse de la aldea para saber contemplarlo).

No se debe aceptar que la solución esté en manos de los verdugos,
desde ya. Pero sí, como también lo expresamos tras estas últimas
jornadas en otros espacios, que hay un progresismo versero,
inútil, academicista, que jamás le encontró la vuelta al tema
de lo inseguros que vivimos en términos delictuales. Se lo
copó hace rato una derecha horrible, que dispone de todo el
facilismo a favor junto con vientos universales propicios.

El combo de Milei y Bullrich es una tragedia electoral para toda
inclinación auténticamente progresista. Pero no cabe enojarse,
sino interpretar. Y, de ser por lo electivo en términos
estrictos, actuar en consecuencia.

Por lo pronto, en la noche de este domingo, Milei y los cambiemitas
dieron una muestra discursiva de unidad de la que UxP debiera
tomar nota.

En el orden descripto, el personaje ganador habló de la
“revolución liberal” en tono y fondo de alianza con la
Comandante Pato. Y ésta dejó la senda abierta para el
viceversa.

Carece de sentido estructural detenerse en el despelote que fue la
elección porteña. Es verosímil el perjuicio a las que se confirmaron
como chances de Larreta que ya estaban notablemente reducidas,
con su narrativa robótica sin un gramo de carisma en elecciones
bajo estado de emoción.

Sobrevive centralmente Axel Kicillof, quien logró una gran
votación a pesar del cúmulo de dificultades “externas” que sufrió.
Su discurso de esta noche fue excelente, aunque le haya restado impacto que leyó en vez de contar. El gobernador bonaerense
se ratificó como la mejor esperanza que le cabe a la
antítesis de la derecha triunfante.

Unión por la Patria deberá salir a buscar entre los indiferentes y
enojados que volvieron a quedarse en su casa. Es decir: nada que
no se supiera en la previa de este domingo.

Ya habrá el tiempo que ahora falta para escudriñar cómo jugaron
los intendentes del conurbano de la Provincia, cuánto influyó la
ausencia del ¿cristinismo? en la militancia de la precandidatura de
Massa, y etcéteras de ese tipo.

Nada de lo que hoy pueda decirse altera que el corrimiento
a la derecha es fenomenal. Y eso sí que no es sorpresa,
excepto insistir en el consignismo vacuo de que Massa es
individualmente lo mismo que Bullrich, Larreta o el propio
Milei. Estaban en duda la cantidad, las proporciones, las
cifras justas. No la tendencia.

Es complicado atreverse a cuánto UxP podría modificar lo que
parece un destino manifiesto de derrota.

Sin ir más lejos, como si fuese poco la trompada que se le propinó,
se verá el influjo que este resultado produce en la dichosa economía “macro”.

¿Cómo reaccionarán “los mercados”, el FMI, los agentes del Poder,
ante este panorama que (casi) indubitablemente los favorece?

¿Cómo actuarán el dólar y, en consecuencia, los precios que ya
venían disparándose?

Por lo visto, la imagen de un Massa competitivo y claramente
“presidenciable” quedó lesionada.

Pero también es cierto que al ¿gran? vencedor se le abre la
incógnita de cómo acertarle a la herramienta más apta para
transformarse en una opción absolutamente confiable.

Si se va al centro perdería autenticidad. Y si se va más a la derecha
todavía, puede crecer un sentimiento de defensa propia.
Una cosa son Primarias y otra diferente, si no distinta,
primera vuelta y eventual balotaje.

En esas instancias, las locuras y locuritas interpelan a
responsabilidades mayores.

Por un lado, ganar invita a querer ganar más todavía.
Por otro, habrá de comprobarse si una mayoría o primera
minoría de esta sociedad está dispuesta a suicidarse por
obra y gracia de su bronca enorme.

Es por ese hueco que podría colarse la intensísima actitud
que el oficialismo necesita para dar vuelta una elección
decisoria que le pinta horrible.


Lunes, 14 de agosto de 2023

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