Duhalde, Puerta, De la Sota y los Rodríguez Saá preparan el reagrupamiento opositor. Se reúnen en agosto en la ciudad de Buenos Aires.
Duhalde y Puerta vuelven juntos a mostrar un armado crítico al Gobierno que reclute al peronismo disidente.
Con los números que muestran a Cristina Fernández con los niveles de imagen más pobres en la historia del peronismo, los justicialistas no kirchneristas apuran su reagrupamiento. En agosto, en la ciudad de Buenos Aires, ex presidentes, gobernadores y ex gobernadores comenzarán a formalizar esa reunificación en un cónclave citado bajo la disyuntiva “peronismo o kirchnerismo”. Sostienen que los anima la necesidad de mostrar una alternativa ante la crisis. Pero resulta inevitable advertir que el llamamiento está signado por una impronta claramente defensista: evitar que un fracaso “nos lleve puestos a todos”.
La convocatoria está centrada en las figuras de Eduardo Duhalde, Ramón Puerta y Adolfo Rodríguez Saá. La responsabilidad de garantizar la presencia de los gobernadores corre por cuenta de los ex gobernadores de Córdoba, José Manuel de la Sota, y de Chubut, Néstor Perl.
El equipo que garantizará el armado se completa con Miguel Ángel Toma, ex jefe de la SIDE con los gobiernos de Rodríguez Saá y Duhalde; Alieto Guadagni, ex secretario de Industria de Carlos Menem; el ex senador entrerriano Héctor Maya; y el ex ministro de Salud, Julio César Aráoz. Se descuenta que serán de la partida el bonaerense Francisco de Narváez, el entrerriano Jorge Busti y también Fernando Juri, ex copiloto de la primera gobernación de José Alperovich.
Los estrategas del peronismo que se define republicano –“el peronismo no tiene una tradición republicana y es hora de dársela”, sostienen– y los que se aprestan a la confrontación electoral en torno del nombre Unión Popular, saben que no es sencillo volver a delimitar un territorio propio, ortodoxo en su definición y al mismo tiempo atractivo para el electorado.
No ignoran tampoco que las clases medias que se habían acercado a Néstor Kirchner atraídas por la idea de la transversalidad, se replegaron poco después, cuando fueron testigos de la batalla campal desatada en San Vicente durante el traslado de los restos de Juan Perón.
“Es así –responde uno de los impulsores de la reunión de agosto–, pero de todas formas primero tenemos que diferenciarnos como peronistas y luego desarrollar un plan anticrisis con otros partidos y sectores sociales. Esta es una jugada que hace a la gobernabilidad. No es fácil gobernar sin el peronismo. Néstor plantea ‘Kirchner o caos’ y nosotros respondemos que la opción es ‘Kirchner o peronismo’”.
Por lo pronto se dieron a la tarea de asegurar a los propios y convencer a los dudosos. Dos objetivos inmediatos son el chubutense Mario Das Neves y el sanjuanino José Luis Gioja, que oscilan entre la crítica y la adhesión al Poder Ejecutivo porque, en última instancia se miran en el espejo de Juan Schiaretti, jaqueado porque Cristina Fernández le cerró el grifo después de su apoyo explícito a las organizaciones ruralistas. “Tenemos que reunir figuras importantes y hacer masa crítica –aseguran–. Los límites a Kirchner se los tenemos que poner nosotros”.
Los radikales hacen catarsis y esperan a Cobos
La dimisión de Alberto Fernández puede haber sido el cierre del ciclo de la Concertación. Eso temen, al menos, los radicales K, escindidos en dos vertientes según ocupen cargos públicos en el Gobierno o dependan de sus propios votos. Dos reuniones dan testimonio de esa agitación: la que se llevó a cabo el miércoles en Vicente López, convocada por los primeros, y la que tendrá lugar la semana entrante, cuando reaparezca el vicepresidente Julio Cobos.
El encuentro del miércoles en los dominios de Enrique “Japonés” García reunió al vicepresidente del Banco Central, Miguel Pesce; al titular del Sistema Nacional de Medios Públicos, Gustavo López; al director Electoral, Alejandro Tulio; al funcionario de Cancillería Horacio “Pechi” Quiroga y a la diputada Silvia Vázquez. El eje fue la reiteración del apoyo a Cristina Kirchner pero también y sobre todo lo que se encargó de expresar Vázquez: una durísima condena a Cobos.
La semana próxima, no estará la totalidad de la comunidad “cobista”, sino la mesa chica: los intendentes Héctor “Cachi” Gutiérrez, Alfredo Cornejo y Mario Meoni, además de Daniel Katz y Pablo Verani. Le plantearán a Cobos rediscutir el rol de la Concertación y que no votarán a libro cerrado. Quizás al tanto de estos conciliábulos, el presidente de la UCR, Gerardo Morales, señaló que está dispuesto a que Cobos regrese a filas, siempre y cuando abandone la Concertación. El suyo, dijo, fue “un voto radical”.
Viernes, 25 de julio de 2008