(17-10-22): «Usted recordará que toda la oligarquía festejó la caída de Perón, en esa especie de pic-nic monumental que se hizo en la Plaza San Martín, donde toda la gente que se creía “bien”, concurrió a festejar la caída de Perón, a pedir la entrega del poder a la Corte y se pasaron el día ahí, en una especie de pic-nic, que Juan Pablo Olivier describió en un artículo cuyo titulo es muy gracioso “ Le dejeuner sur l´herbe” (Desayuno sobre el césped).
Por Arturo Jauretche
Bueno, Pedrito Quartucci, el actor, se asomó a un balcón del Círculo Militar y colgó un cartel que decía “Se alquila”; un grupo de mujeres lo atacó al teniente coronel Molinuevo –conozco a alguna de las actoras-, “las niñas” se sacaban los zapatos y con los tacos de los zapatos le pegaban hasta que cayó ensangrentado al suelo y el almirante Vernengo Lima, como expresión de la Marina, desde el balcón del Círculo Militar, dijo aquello de “yo no soy Perón” marcando la actitud de la Marina.»
«Bueno, Darío Alessandro se encontró, esa tarde, poco antes de que se produjera el tiroteo, con el entonces mayor Felipe Lavalle, de civil y acompañado por otros civiles. Y allí se enteró que eran oficiales nacionalistas de Campo de Mayo, que presenciaban horrorizados esos sucesos. Porque ellos, al provocar la caída de Perón, no pensaron en replantear la vuelta a la vieja Argentina y más aún, como militares y con espíritu de cuerpo, veían que esa gente de la oligarquía volvía, volvía contra el Ejército. Después de esto supe, por el mismo Felipe Lavalle, actualmente retirado, que se volvieron a Campo de Mayo y explicaron, a la oficialidad que había provocado la caída de Perón, la consecuencia inesperada que la caída tenía y según parece, la reacción de toda esa oficialidad fue retirar el apoyo al general Ávalos. De modo que el general Ávalos, en la Casa de Gobierno, se encontró de pronto con que le faltaba el colchón…»
«Ahora, lo que le hicieron, el 12 de octubre, los representantes de esa burguesía industrial recién nacida, tiene algo que ver porque en la euforia de la caída de Perón, no hubo fabrica en donde no se colgaran carteles injuriosos para los obreros, diciendo “ el aguinaldo se lo cobran a Perón”, “los aumentos se los cobran a Perón”, “ las vacaciones de las cobran a Perón”, “el feriado pago del 12 de Octubre cóbrenselo a Perón”, provocando la reacción popular…»
«Siempre se trató de hacer una historia rectilínea del 17 de octubre y es imposible porque es un encadenamiento de hechos distintos, que se conjugan. Yo, la única explicación del 17 de Octubre, la he encontrado en Lope de Vega, “todos a una Fuenteovejuna”. El 17 de octubre fue una “Fuenteovejuna”; nadie y todos hicieron el 17 de Octubre. Lo hizo Evita, lo hizo Mercante que se movió con mucha intensidad; indiscutiblemente lo hizo Cipriano Reyes, que actuó con eficacia; lo hizo Colón apoderándose prácticamente del balcón de la Casa de Gobierno y del auditorio de Plaza de Mayo; lo hicieron los cañeros de Tucumán, que desde el día 15 estaban en movimiento. Es difícil explicar cómo se hizo el 17 de Octubre…»
«Por ejemplo, el 16 de octubre a la tarde viene a verme un dirigente de FORJA, de la célula que teníamos en Gerli oeste. Se llamaba Pedro Arnaldi, obrero albañil especializado en la construcción de chimeneas, cosa que es un arte. Arnaldi era Forjista, pero el 16 de octubre me dice:” Nadie ya es radical, ni socialista, ni comunista, ni conservador, allá en Gerli, es decir, en Lanús, todo el mundo está con Perón, es peronista y ha ocurrido porque hemos esperado hasta último momento una solución nacional y lo que vemos es el restablecimiento de la oligarquía”. ¿Y quienes son?, le pregunto. Me dice: “Los obreros, los vecinos, el almacenero, todo el barrio; y mañana, dicen, el barrio se viene al centro”. Él hablaba por un barrio de Lanús. “¿Qué hago?-me dice. Agarrá la bandera y ponete al frente, le digo. Y al día siguiente, Arnaldi, que era caudillo de 25 hombres, entró al frente de 10 mil hombres por el puente de la calle Vélez Sarfield…»
…………..
«…esa misma tarde, el 16, vino a verme, ahí en el Club Argentino, en la calle Florida, este muchacho que ya murió, Libertario Ferrari, que era delegado de la CGT, de ATE, y me dijo: “Nosotros tenemos mandato de votar el contra de la huelga general, (N.d R.: la que había sido convocada para el 18) y si nosotros votamos en contra, la huelga pierde”. Yo le dije: “Hay que votar la huelga, cualquiera sea el mandato, porque además la huelga está en la calle, pero además, porque está en juego por muchos años el destino del país”. Y conforme a mi indicación, Ferrari y su compañero votaron la huelga general. Fue 21 votos contra 19, pero la verdad es que antes de que la CGT declarara la huelga para el 18 de octubre ya la huelga se había producido. La Proclama de la huelga la redacté yo y como no teníamos papel, se hizo en un papel de embalaje; la escribió a máquina el doctor Cerruti Costa. Pero pensaría mal cualquiera que creyese que esta decisión de la CGT tuvo otro significado mayor que el formal, porque ya el 16 estaba el país en huelga general, TODO EL PAÍS.»
«Y empezó esa marcha increíble, gente que vino desde La Plata, columnas que vinieron a pie, desde todos los ángulos, y se producía en todas las provincias el mismo fenómeno. Así es esto de “todos a una”, ha habido mil matices, que a mí se me han escapado y estoy citando algunos de los factores que determinaron esa explosión colectiva, que tuvo mil focos. Tuvo también importancia fundamental el general Velazco. Velazco le indicó al coronel Mujica – que acababa de ser relevado como jefe del 3° de Infantería con asiento en Arsenal- que fuera y tomase el regimiento, cosa que hizo y esto explica entonces que los piquetes del 3° de Infantería , que cuidaban los puentes y los tenían levantados, bajaran los puentes sobre el Riachuelo; además Velazco se fue a la policía y la tomó de hecho. Se instaló en el hall y la policía le obedecía a él. El jefe de la Policía que creo que era Mittelbach, estaba en su despacho, creyendo que dirigía a la policía cuando desde el hall, la estaba manejando Velazco que le interceptaba las comunicaciones. De modo que hasta los agentes de la policía, que por otra parte tenían su corazoncito, se plegaron al movimiento y marchaban muchos de ellos en las columnas revoleando los cascos…»
«Se llenó la Plaza de Mayo. Se llenó sobre una corriente que duró todo el día y Buenos Aires se convirtió en una especie de fiesta, de columnas que desfilaban con banderas, que recorrían la ciudad y yo he señalado en “Los profetas del odio”, la particularidad de esta revolución, de este movimiento multitudinario, que no rompió ni una lámpara de luz, ni una vidriera…Fue una fiesta de alegría.»
«El pecado más grande que cometieron fue aquél que provocó la indignación de la señora Oyuela, porque se lavaban “las patas” en la fuente de la Plaza de mayo, cansados después de haber caminado 15, 20 kilómetros y 30, y 40, 60 los que venían de La Plata, dos días caminando, iban y ponían los pies en el agua; esto da hasta tema para la literatura.»
«Y aquí lo recuerdo a Eduardo Colon, porque Eduardo Colon se instaló con altoparlantes en la Plaza de mayo y yo no se como, en determinado momento, apareció en el mismo balcón en que estaba Farrell, aparecía y desaparecía contemplando la multitud, prácticamente se apoderó del balcón y manejaba los coros y los gritos de la multitud. Después, Ávalos fue al Hospital Militar a buscar a PERÓN. Y yo creo que, y acá viene la conexión con lo que dije sobre los oficiales de Campo de mayo, que Ávalos se encontró en la posibilidad de seguir sosteniendo su posición, lo que impuso la llegada de Perón a Plaza de Mayo, y lo demás ya es conocido, ya es de público conocimiento.»
«…el proceso de formación peronista es un proceso curioso, es una revolución popular y al mismo tiempo oficialista. No tiene los inconvenientes de un oficialismo en contra, porque es…
…la Revolución que salió al encuentro del pueblo y el pueblo fue al encuentro de la Revolución.
Era el fin de una época y el principio de otra y eso es lo que no han entendido los antiperonistas.»
Martes, 17 de octubre de 2023