(20-11-23): Hoy se celebra el Día de la Soberanía Nacional, aunque el feriado se trasladó al día lunes próximo, en conmemoración de la Batalla de la Vuelta de Obligado en 1845, donde fuerzas de la Confederación Argentina que lideraba Juan Manuel de Rosas y al mando del general Lucio Norberto Mansilla interrumpieron el avance del ejército anglo francés que venían navegando por el río Paraná con intención de invadir y colonizar una amplia zona de nuestro litoral por la importancia geopolítica que mostraba. A pesar de que las fuerzas argentinas fueron vencidas las pérdidas de la flota invasora fueron devastadoras llevando a que tuvieran que aceptar la soberanía nacional en los ríos interiores.
En 2010, coincidiendo con el bicentenario de Argentina, fue declarado fiesta nacional. El Día de la Soberanía Nacional en Argentina se celebra cada año el 20 de noviembre conmemorando la Batalla de la Vuelta de Obligado en 1845. A orillas del río Paraná, a 20 kilómetros al noroeste de la provincia de San Pedro, fuerzas argentinas al mando del general Lucio Norberto Mansilla, interrumpieron el ataque del ejército anglo-francés.
La Confederación Argentina, liderada por Juan Manuel de Rosas, se enfrentaba a las fuerzas de dos potencias como eran durante aquella época Inglaterra y Francia, estas últimas bajo el pretexto de buscar la pacificación entre Uruguay y Argentina. La victoria anglo-francesa en aquella batalla, no fue más que una victoria táctica que de poco les sirvió pues las pérdidas en sus filas y los daños fueron devastadores. Otra batalla más podría no haber corrido con la misma suerte. Sin más remedio, tuvieron que aceptar tras aquel día la soberanía argentina sobre los ríos interiores.
Los roces entre Argentina, Inglaterra y Francia saltaron por las posiciones contrapuestas que ambos tomaron en cuanto a la guerra civil en Uruguay. Mientras que Rosas ofrecía protección y apoyo militar al dirigente Manuel Oribe, la vertiente anglo-francesa tenía sus intereses puestos en favorecer al otro político uruguayo al acecho del poder, Fructuoso Rivera. La relación se vio aún más agravada por el desarrollo de los barcos de vapor durante la última parte del siglo XIX.
Este tipo de barcos, fundamentalmente en manos de ingleses, franceses y norteamericanos en la época, eran capaces de navegar con una gran fuerza y de transportar enormes cargas al mismo tiempo. Ambas potencias europeas pretendieron usar el invento para monopolizar el comercio con el libre tránsito de sus barcos a través del estuario del Río de la Plata y los ríos interiores del mismo.
El río Paraná es uno de los más importantes de Iberoamérica porque atraviesa la mitad sur del continente --de norte a sur, desde Brasil hasta Argentina-- y forma parte de la extensa cuenca del Plata. La segunda cuenca más grande del mundo, acoge las aguas de Bolivia, Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina, que por último se vierten en el Río de la Plata y desembocan al Atlántico. Es, por lo tanto, un emplazamiento de gran importancia geopolítica porque abarca zonas con características económicas muy diversas.
La idea de colonizar estos territorios llevó a la unión anglo-francesa a preparar una ofensiva con una flota de 95 navíos de carga. A su vez el pueblo argentino se preparaba para la resistencia. Mansilla al frente, hizo uso de un punto estratégico que ya había valido alguna victoria a Argentina anteriormente en el proceso de independencia de España --la Revolución de Mayo de 1810 con el plan de Hipólito Vieytes--, la Vuelta de Obligado.
La localización era excelente por sus barracas y su curva pronunciada que no dejaba otra opción a los barcos que recostarse para pasar. Las fuerzas enemigas superaban ampliamente a las argentinas en cantidad y calidad. Aun así estas consiguieron librar la batalla dignamente durante horas y evitar el alcance de la costa por parte de los europeos.
Rosas "no tenía una actitud xenófoba ni mucho menos", aclara el historiador Felipe Pigna sobre los motivos de Rosas para luchar contra los extranjeros en aquella batalla. "Era una actitud pragmática que entendía como deseable que los ingleses manejasen nuestro comercio exterior, pero que no admitía que se apropiaran ni de un palmo de territorio nacional que les diera derechos en el estado".
La conmemoración del Día de la Soberanía Nacional fue propuesta por el historiador José María Rosa en 1974 y aprobada por el Congreso argentino en ese mismo año. En 2010, coincidiendo con el bicentenario de Argentina, fue declarado fiesta nacional mediante por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Lunes, 20 de noviembre de 2023