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Sexología
Sexo bajo el agua. Mitos, verdades y secretos
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Jueves, 29 de octubre de 2009

En pleno verano, las temperaturas altas hacen que el ratoneo de mantener sexo en el agua se reavive. Ni hablar de la playa y la arena, a simple vista, el lugar más excitante para disfrutar de una noche fogosa.


El mar o la piscina siempre son escenarios atractivos para el momento del placer sexual, son elementos que nos vinculan con placeres muy primitivos. Recordemos que provenimos del agua”, dice la sexóloga uruguaya Carolina Villalba.

Sin embargo, todo ese encuentro ideal se puede arruinar si no se tienen presente ciertas cuestiones. A priori, la gurú del sexo recomienda disfrutar de la erotización que se produce en la piel por "la caricia del agua", fresca en verano o tibia en invierno. Y luego, dejarse llevar por el instinto.

A favor y en contra

Una de las cualidades que posee el agua a la hora del erotimo es la facilidad para explorar todo tipo de posturas. Según explica Villalba, los amantes pueden llegar a sentirse acróbatas sexuales o ponerle ese toque de creatividad que quizás, fuera de ella, no es tan fácil de lograr.

El entorno de una piscina o del mar también estimula lo visual y da un marco más que motivador para el encuentro. “La piel y el pelo mojados suelen ser factores que aumentan la libido”, afirma la sexóloga.

En coincidencia con la especialista, Joaquín, un muchacho de 27 años que probó la experiencia de tener sexo en el agua, reconoce los “poderes mágicos” de este recurso natural. “Es buenísimo porque es algo bien diferente y con mucha adrenalina. Más si hay gente cerca. Me encanta sentirla (a su pareja) toda mojadita”, dijo el joven con aires de lujuria.

Besarse y tener sexo oral debajo del agua es otra experiencia bien distinta. Aunque debe ser practicaba con cierto recaudo. Como explica Villalba, hay que tener control respiratorio para no terminar tosiendo o ingiriendo líquido, situación que sin duda rompería el romanticismo.

El mito del preservativo y el dolor

Una vez tomada la iniciativa de tener un fogoso encuentro debajo del agua, vaya paradoja, una de las dudas más frecuentes que se presenta es el método anticonceptivo que debe utilizarse para no correr riesgos.

“Lo hice en el jacuzzi pero lo aproveché poco porque me agarró el trauma de que el preservativo no estuviese agarrando bien. No fue como me lo imaginaba”, contó Marina, de 23 años, que también tiene experiencia en el tema.

Por su parte, Melina (22), otra fan del aquasex, cree que no todos los métodos son eficientes. “Yo porque me cuido con pastillas pero con preservativos no sirve, no creo que sea lo mismo. Es más, intenté y no se pudo”, cuenta la estudiante de Administración de Empresas.

Sin embargo, la competencia uruguaya de Alesandra Rampolla aclara que el condón siempre debe colocarse con el pene en erección, desde el principio de la relación y fuera del agua. Y añade: “Si no se pierde la erección, no suele haber ningún problema con que se utilice hasta el final”.

Otra de las falsas creencias que existe en torno esta práctica sexual es que puede resultar dolorosa para la mujer, porque el líquido limpia la lubricación de la vagina. Pero los especialistas afirman que si está bien estimulada, no debe presentar molestia alguna.


Jueves, 29 de octubre de 2009

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