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Sexualidad
El arte de las caricias
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Lunes, 2 de noviembre de 2009

Es a través del tacto que podemos sentir calor y frío, el dolor y presión, pero también se pueden tener un mayor número de posibilidades ya que debido a este, podemos comunicar nuestros sentimientos, dando y recibiendo placer y expresando cuáles son nuestros deseos y necesidades. Sin embargo, a pesar de que el tacto es un sentido natural del ser humano, no necesariamente se da en las relaciones y es que lo más probable es que debamos redescubrir y percatarnos de este, ya que hay algunas personas que tienden a reducir la sesión amorosa al acto sexual.

Si bien cada pareja tiende a tener un estilo sexual y una evolución propia se sabe que la mayoría sigue un orden bastante muy parecido en lo que respecta a las caricias y juegos eróticos que se dan antes del acto sexual. Esto se debe a que cuando se inicia tal acto, las zonas erógenas son áreas que se piensan totalmente prohibidas, por lo que no parece ser adecuado estimularlas.

Así, caricias, besos y abrazos también forman parte de todo el acto sexual y en efecto constituyen los ingredientes que convierten la sexualidad en una experiencia donde ambos sienten mucha gratificación, tanto en el plano sexual como en el emocional.

Algo que también tiene que ver con las caricias es el masaje sensual puesto que hacerlo acerca a ambas partes, siendo una forma muy intima y erótica de poder recorrer el cuerpo del otro con las manos y a veces también puede ser una especie de preludio al acto sexual; mientras que se sabe que diferentes personas piensan que el simple hecho de recibir y dar un masaje ya constituye un forma de relación sexual.

Un masaje sexual le brinda a la pareja una sensación embriagadora con la que se puede llegar a alcanzar un mayor nivel de intimidad y además, un intercambio sexual más completo y fuerte. Así, con este masaje se puede aprender a liberar tensiones y bloquear el cuerpo y también el de la pareja; así como también poder experimentar placer a través de la relajación de los músculos que se encuentran tensionados y también cómo llegar a aumentar las emociones. Además, por ser un paso previo a una estimulación erógena no se deben tocar los pechos ni los genitales de la mujer hasta que esta no esté muy bien relajada.

Así, en el arte de acariciar intervienen dos factores muy importantes, el aprender a acariciarse y también el de dejarse acariciar, por lo que no necesariamente una persona debe concentrase solamente en las zonas erógenas más comunes, ya que la piel, en realidad todo el cuerpo humano tiene muchísimos puntos sensibles que se deben descubrir día a día de una relación amorosa.

En tal caso, las caricias que se dan de una manera suave con la lengua y los labios, así te recomiendo empezar en los lóbulos de las orejas, continuar por el cuello, seguir alrededor de la boca, y continuar por la nariz y las mejillas para luego recorrer el pecho del hombre, que en el caso de la mujer serán los senos, es decir sus curvas y los pezones luego llegar a la espalda, los costados, el abdomen, la zona del ano, las piernas, la zona trasera de las rodillas, el ombligo y terminar en los pies. Esta será una caricia que llenará de placer a la pareja así como también le dará una mayor conexión a ambos.

Además, también tiene una particular importancia el hecho de morder algunas veces estas zonas que te he descrito líneas arriba pero siempre con mucha delicadeza y pudiendo darte cuenta de cuál o cuáles son las reacciones de tu pareja y es que cabe destacar que muchas parejas disfrutan de estos mordisqueos durante el acto sexual en sí.

De otro lado, también existe una estimulación por pellizcos la cual es muy gratificante y se debe dar con gestos breves y simples, alrededor de todo el cuerpo de la pareja. Usualmente se utilizan el pulgar y el índice de la mano, aunque también se pueden utilizar los labios. Sin embargo, una persona debe ser totalmente delicada al ejecutar esto para que así se pueda obtener el efecto de excitación que se desea.

Las caricias tántricas
Las que se dividen en cinco fases:

Caricias suaves: ambas partes se acarician de una forma circular y luego de arriba hacia abajo durante unos quince minutos, puedes ayudarte con un aceite aromático.

Proximidad silenciosa: él detrás de ella pero sin llegar a la penetración; luego se miran intensamente y se besan con suavidad piel con piel y sin ningún tipo de inhibición, bloqueo, miedo o vergüenza.

Senos y genitales: momento de acariciar senos y genitales, con movimientos suaves y circulares. Esto puede durar una media hora más y aunque haya síntomas de querer directamente ir al grano, esto no debe ocurrir.

Energía integral: esta etapa tiene que ver solo con los genitales de la pareja, se debe recorrer toda la longitud del pene y él debe acariciar la vulva con suavidad y también ternura sintiendo que la energía sexual invade todo el cuerpo.

Penetración estática: descansen, tomen agua y coman fruta, ya que luego la mujer debe echarse sobre él para proseguir con la penetración pero sin que ella se mueva o él, simplemente deberán seguir acariciándose, mirándose a los ojos y concentrándose en el otro y lo que va sintiendo. Así, si la erección es muy alta, el hombre debe retirar a la mujer o respirar de forma lenta y profunda o también apretarse la zona del perineo con los dedos para evitar que aparezca la eyaculación.


Lunes, 2 de noviembre de 2009

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