Debemos conocer a profundidad la anatomía de nuestra pareja.
Todas las personas buscamos que ser los mejores amantes en la cama, satisfacer a nuestra pareja y dejarla con una sonrisa de oreja a oreja luego de hacer el amor. Algunas personas están realmente convencidas de querer hacer o aprender esto para la felicidad de su pareja y en buena cuenta para elevar el nivel del matrimonio y en específico del área sexual del mismo, otros lo hacen por un mero afán de aumentar su ego y mientras mejor sienten que rinden en el acto sexual, se sienten más complacidos y también hay quienes se interesan en el tema por un tema de seguridad.
Para estos últimos, un buen desempeño en la cama les asegurará la estancia de su pareja y que no ande revoloteando por allí y que ni siquiera le pase por la cabeza una infidelidad. Como vemos hay varias razones para poder entrar en la elite de los buenos amantes. Pero no será tarea inmediata ya que aquí la experiencia es lo que más pesa. Uno no se puede convertir en buen amante de la noche a la mañana, es un proceso de largo aliento que implica conocimiento del sexo opuesto. Justamente la semana pasada debatíamos con un grupo de amigos la importancia de conocer lo que le gusta al sexo opuesto.
Por ejemplo en el caso de los hombres, muchos de los asistentes a esta reunión desconocían los elementos mínimos necesarios que hacen que una mujer se excite más rápidamente. En efecto, a estas alturas yo pensé que ya todos los hombres sabían que la mujer se estimula en primera medida por el sentido del oído. Sabiendo esto, todo hombre debería perfeccionarse en el campo correspondiente, es decir en su locuacidad y oratoria, por cierto que lo primero será despojarse de la timidez y del popular miedo al fracaso con las mujeres.
Es importante que el hombre sepa hablar de diversos temas, que sea capaz de sostener una conversación a la altura de las circunstancias y sobre todo que no pierda fluidez. ¿Han notado lo bien que se sienten las mujeres conversando con un hombre que domina muchos temas y, más aún, que domina la escena? Y por lo general estos hombres no son los más atractivos de la noche, al menos del tipo de galán de cine. Y es que la mujer siempre prefiere un buen conversador, alguien que la estimule allí donde la naturaleza le indicó que debía recibir el estímulo, en el oído. Ciertamente la mujer gusta de hombres atractivos pero los dejará con la misma rapidez con que llegaron.
Cuando todos estos temas se conversaban en la reunión, la mayoría paró las orejas de inmediato. El caso de las mujeres era ciertamente más sencillo y quizás no requería de tanta elaboración ni estudio ni perfeccionamiento. En efecto, el hombre, a diferencia de la mujer, logra estimularse en máxima medida a través del sentido de la vista. A su disposición el hombre tiene la testosterona, una hormona fuerte, de acción rápida, directa y decidida. Con una mujer medianamente atractiva el hombre tiene suficiente hilo para empezar a tejer su plan.
En tal sentido la mujer debe saber que a los hombres nos gusta que se arregle bien, que se muestre atractiva y con movimientos sensuales, sugerentes e insinuantes. Valoramos mucho la feminidad a flor de piel, en cada paso y en cada gesto. Esto es algo que hay que resaltar pues generalmente se pierde con el paso del tiempo. La mujer, sabiéndose segura dentro del matrimonio, simplemente abandona estos conceptos y no luce como en las primeras instancias del noviazgo. Ya no se maquilla con el entusiasmo que lo hacía en cada uno de los días en que iba a encontrarse con su pareja, ahora deja eso para cuando hay algún compromiso o para cuando va a trabajar pero ni bien llega a la casa, se desmaquilla.
El hombre llega a la casa y encuentra lo que quedó del día. Ahí empieza el resquebrajamiento. Estas son las bases mínimas que todo aspirante a buen amante debería conocer. Es como si quisiéramos escribir sin conocer las bases del alfabeto. Ahora bien, ya sobre esta base se hace un poco más claro en el campo que cada sexo debe trabajar. Los hombres a cultivarnos, a estudiar, leer de cuanta temática sea posible y si es posible inscribirnos en un curso de oratoria y de lenguaje no verbal que nos ayude a integrar nuestra conversación con los gestos adecuados. Las mujeres a embellecerse como ellas mismas saben hacerlo pero sobretodo a no olvidarse de hacerlo por más que hayan transcurrido veinte años de convivencia.
Paralelamente a estas bases, surgen una serie de anexos que también pueden llegar a convertirse en componentes importantes dentro de la vida de pareja. Por ejemplo, tenemos el tema de los afrodisíacos, elementos que por su misma naturaleza propician un encuentro íntimo. No es para subvaluar esto porque realmente pueden ayudar a crear todo un ritual antes de tener sexo con nuestra pareja. Otro tema importante podría ser el aprendizaje de las múltiples técnicas, ejercicios y posturas que se recomiendan aquí y allá para satisfacer a nuestra pareja. El conocimiento a profundidad de la anatomía de nuestra pareja también es de vital importancia para saber dónde concentrarnos. Como vemos, tomará algún tiempo pero en algún punto hay que empezar el camino a la excelencia.
Martes, 17 de noviembre de 2009