Corrientes: Miles de feligreses católicos provenientes de diferentes zonas de la ciudad llegaron hasta el santuario de San Pantaleón -patrono de los enfermos-, en el barrio Laguna Seca, para rendirle honores en su día litúrgico.
Miles de feligreses católicos provenientes de diferentes zonas de la ciudad llegaron hasta el santuario de San Pantaleón -patrono de los enfermos-, en el barrio Laguna Seca, para rendirle honores en su día litúrgico. Unas ocho mil personas, aproximadamente, coparon el templo y sus inmediaciones para rezarle y agradecerle por los favores recibidos.
Desde muy temprano, en el populoso barrio se vivió una verdadera fiesta de la fe cristiana. Luego del almuerzo comunitario, comenzaron a llegar al templo las imágenes procedentes de otras parroquias, iglesias y de particulares, mientras en los alrededores los feligreses se preparaban para participar de la tradicional procesión por las calles del barrio.
Pasadas las 16, con el acompañamiento de la banda de música de la Policía de Corrientes, las imágenes salían del santuario mientras el público aplaudía el desfile. Ante una ovación y con pañuelos en alto, la figura de San Pantaleón hizo su paso, mientras le arrojaban pétalos de rosa y bombas de estruendo explotaban en el aire. Adelante lo acompañaba monseñor Andrés Stanovnik junto a otros sacerdotes.
Así, una multitudinaria columna de católicos -hasta gauchos transportados en sus caballos- participó de la procesión en honor al santo. Con bastones, en sillas de rueda, abuelos de avanzada edad se sumaron a la marcha, hasta familias enteras con bebés en brazos o en cochecitos acompañaron el recorrido de las imágenes que duró poco más de una hora.
Mientras tanto, desde muy temprano, una extensa fila se formó en el pequeño templo donde promeseros le prenden una vela, colocan una placa en agradecimiento y tocan su imagen. Muchos no podían contener las lágrimas de emoción al estar frente al santo.
Presidida por el Arzobispo de Corrientes, pasadas las 17.30, se inició la santa misa. Una multitud escuchó la homilía de Stanovnik, y ante un templo colapsado de feligreses, vecinos del barrio e incluso procedentes de otros llegaron con sus silletas a cuestas.
Promesas
Entre los presentes, era visible los numerosos promeseros del santo (ver recuadro), algunos de ellos de muy corta edad, que cada 27 de julio participan de la fiesta de San Pantaleón para agradecerle por la recuperación de su salud, o la de algún familiar, ser querido, luego de padecer una enfermedad.
Mientras en el santuario y sus alrededores la gente rezaba, en la plaza ubicada en frente, muchos aprovecharon la masividad por la festividad religiosa para comercializar sus productos. Desde tortas fritas, juguetes, ropas, artículos religiosos, hasta plantas eran ofrecidos en los puestos.
Lunes, 28 de julio de 2008