Bs. As. (26-9-24): Los malayos frenaron la planta de GNL después de que el gobierno decidiera mudar el proyecto a Río Negro. Los contactos con YPF, los viajes a Kuala Lumpur y el golpe al corazón del relato.
Por Diego Genoud
“No hay que dramatizar, estos son negocios, las empresas entramos y salimos”. La frase que Horacio Marín pronunció el martes, en el encuentro AmCham Energy Forum 2024 en Buenos Aires, confirmó que la mega inversión que el gobierno de Javier Milei apostaba todas sus fichas como emblema del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones está, en el mejor de los casos, en duda. “Nosotros ahora vamos a negociar con otros socios. Es un proyecto de todas las empresas argentinas. En noviembre habrá una licitación de la ingeniería de detalle que contempla inversiones por más de US $200 millones. Estamos en la etapa de firmar contratos para conseguir financiamiento en bancos internacional”, afirmó el Ceo y presidente de YPF.
El freno de mano a la inversión más grande de la historia, la que venía atada al RIGI y tenía como objetivo modificar por completo la balanza comercial de la Argentina lo difundió Clarín hace una semana y nadie lo desmintió. Petroliam Nasional Berhad (Petronas) había proyectado una inversión de entre 30 mil y 40 mil millones de dólares a lo largo de una década y el plan con YPF incluía en 2024 un primer desembolso por 180 millones de dólares que ahora aparece dominado por las dudas.
De un día para otro, las señales de Marin apuntaron a relativizar el rol de Petronas, la compañía estatal malaya que es la cuarta productora mundial de gas licuado. El viraje es copernicano porque el gobierno de la extrema derecha puso a la inversión de Petronas como la punta de lanza de la Argentina con RIGI que soñaba Milei y dio una batalla pública durante meses para mudar el proyecto desde Bahia Blanca a Punta Colorada, en Sierra Grande, provincia de Río Negro. Marginar a la provincia de Buenos Aires, gobernada por Axel Kicillof era según Milei un paso crucial para que la obra avanzara sin riesgos de que el comunismo la pusiera en peligro. La realidad, ahora dicen, era otra, tal vez opuesta.
Petronas produce producen 33 millones de toneladas anuales de gas licuado y está en un podio mundial donde solo la superan Qatar Energy, Shell, Cheniere. Exxon aparece en el quinto lugar. El hermetismo de la compañía malaya es la regla, pero los datos son más que sugerentes. En mayo pasado, en el VI Fórum Nacional de Energía de LIDE Argentina, Marín dijo que “sin RIGI, no hay GNL” y anticipó que viajaría a Kuala Lumpur, la capital de Malasia, para apurar el proyecto y concretar la decisión final de inversión, prevista para julio de 2025. Hoy, cuando la obra parece congelada, en la industria todos se preguntan por qué.
Para Pablo González, el ex presidente de YPF durante el gobierno del Frente de Todos, el naufragio de la mega inversión se debe a que Petronas había trabajado durante años con la petrolera argentina de mayoría estatal para instalar la planta de GNL en Bahía Blanca y el giro de Milei-Marin atentó contra la obra. Según la información que circula en el mercado, los malayos se enteraron por los diarios de que el proyecto se iba a Río Negro y no acuerdan con la política libertaria de abrirle el negocio a otras empresas.
El 30 de julio pasado, el gobierno de La Libertad Avanza anunció que la planta se construiría en tierra del gobernador Alberto Weretilneck. Después de que se conoció la decisión de mudar el proyecto, Marin viajó a Kuala Lumpur para explicarle la decisión a la cúpula de Petronas. El resultado no parece haber sido el mejor.
En el sector petrolero todavía no descartan que el proyecto de YPF con Petronas se lleve finalmente adelante, pero resulta claro que las demoras son un golpe durísimo para Milei y también para Marin, un ingeniero de larga experiencia en Tecpetrol que tiene en YPF la sombra de Daniel González, el ex CFO de YPF durante la gestión de Miguel Galuccio, que asumió como CEO en el gobierno de Macri y acaba de desembarcar como viceministro de Economía con eje en Energía y Minería. “YPF tiene que conseguir socios. Sin socios y sin un contrato de abastecimiento de largo plazo eso no es viable. Hasta ahora, no apareció nada”, le dijo a El Destape un hombre de la industria que se sorprendió con la información que publicó Marcelo Bonelli.
Hay quienes sostienen que el giro Petronas no se debe al cambio de sede para el proyecto sino a razones ligadas a la inestabilidad argentina y el contexto global. Algunos afirman que la petrolera estatal malaya apuesta a reinvertir más en su propio territorio y otros dicen que el riesgo país argentino, aun con la baja reciente, conspira contra la megaobra.
La presencia de Petronas se extiende a lo largo de 40 países. Según estimaciones del mercado, entre empleados directos e indirectos, tiene contratados a unos 40 mil empleados en todo el mundo. El CEO de la filial argentina es Nazri Malek, que asumió en 2023 y tiene 20 años de carrera en la industria del petróleo. Malek responde al CEO global de Petronas, Datuk Tengku Muhammad Taufik, un contador que es miembro del Foro Económico Mundial y vino a la Argentina en varias oportunidades en los últimos años. La última visita de Taufik fue el 1 de septiembre de 2022. Ese día, el presidente y CEO de Petronas firmó con Alberto Fernández y Pablo González un acuerdo de estudio y desarrollo (Joint Study and Development Agreement) para llevar a cabo los estudios técnicos necesarios para el proyecto en el entonces CCK para la megainversión en Bahía Blanca. Cuando finalizó el acto, Gonzalez, Taufik, los ejecutivos de Petronas y el embajador de Malasia fueron a ver a Cristina Fernández de Kirchner al Senado. La entonces vicepresidenta difundió una foto de su encuentro pasadas las 7 de la tarde y se fue para su casa de Recoleta. No es fácil olvidar ese día. Un rato después, Fernando Sabag Montiel intentó sin éxito volarle la cabeza a Cristina.
En junio de 2023, después de acompañar a Sergio Massa en su visita a China, el santacruceño González viajó a Kuala Lumpur con la cúpula de YPF y mantuvo un nuevo encuentro con Taufik y los directivos de Petronas. La reunión se hizo en las torres de Petronas, un edificio emblemático que diseñó Cesar Pelli, el arquitecto tucumano que también diseñó la torre de YPF en Buenos Aires. Ahí se comenzó a trabajar un acuerdo de confidencialidad y un marco regulatorio que tuvo media sanción en Diputados. “Se busca bajarle el precio a lo que se firmó el 1 de septiembre de 2022. Había un acuerdo de estudio y desarrollo pensado en tres etapas. Iba hasta la decisión final de inversión, que obviamente no se había firmado, pero tenía algunas condiciones precedentes, entre ellas la nueva ley de GNL, la prioridad de los bloques de YPF en gas, los proyectos de mainstream aprobados y los presupuestos en desarrollo e ingeniería”, le dijo González a El Destape.
En la primera etapa, la planta productora de GNL demandaría una inversión de 10 mil millones de dólares con el objetivo de producir hasta 5 millones de toneladas de gas licuado por año. En el pico de producción, proyectado para dentro de 10 años, la meta era producir y exportar más de 25 millones de toneladas por año, lo que representaría exportaciones por 20 mil millones de dólares anuales. YPF y Petronas tienen una alianza desde 2014, cuando en tiempos de Galuccio se asociaron en La Amarga Chica, un área de Vaca Muerta donde se producen 40 mil barriles y un millón de metros cúbicos día.
Jueves, 26 de septiembre de 2024