Brasilia (1-1-25): Brasil asumió este miércoles 1° de enero la presidencia rotativa de los BRICS, el grupo económico de cooperación encabezado junto con Rusia, China, India y Sudáfrica. La responsabilidad que recae sobre el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva llega tras encabezar al G20 y en un año en el que también estará al frente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30). El escenario no es sencillo: mientras el bloque busca fortalecer la cooperación económica del Sur Global sin depender del dólar, Donald Trump asumirá su segunda presidencia en Estados Unidos y ya amenazó con una suba de tarifas de hasta el 100 por ciento en caso de que avancen con la idea de sustitución de la moneda.
Por Carla Perelló
De acuerdo con el comunicado difundido por el Gobierno brasileño el lema de este año será “Fortaleciendo la Cooperación del Sur Global por una gobernanza más inclusiva y sustentable”, bajo las cuales Brasil pretende liderar discusiones sobre inteligencia artificial, financiamiento climático e inclusión socioeconómica en pos de promover la cooperación entre los países en desarrollo e impulsar la reforma de la gobernanza global, un eje sobre el que Lula viene trabajando desde el inicio de su mandato.
El grupo fue creado en 2009 bajo la idea de la promover la cooperación multipolar económica, política y social en oposición a la posición hegemónica estadounidense desde Occidente. Tiene presidencia rotativa según el orden de la sigla. Bajo ese parámetro, en realidad, le correspondía a Brasil encabezar la organización en 2024, pero dado su liderazgo en el G20 durante el último año decidió pasarlo a Rusia.
Ahora, según informaron las autoridades del país vecino, las actividades se concentrarán durante la primera mitad del año, ya que en la segunda el gigante sudamericano estará a cargo de la realización de la COP30, en Belém do Pará.
Los cinco ejes de los BRICS para 2025
1) Facilitación del comercio y la inversión entre los países del grupo, a través del desarrollo de métodos de pago;
2) promover una gobernanza inclusiva y responsable de la Inteligencia Artificial para el desarrollo;
3) mejora de las estructuras de financiamiento para abordar el cambio climático, en diálogo con la COP 30;
4) fomentar proyectos de cooperación entre países del Sur Global, con enfoque en la salud pública
5) fortalecimiento institucional de los BRICS.
Para ello, están previstas más de cien rees entre febrero y julio en Brasilia, desde allí serán coordinados los trabajos del grupo y se preparará la Cumbre que reunirá a jefes de Estado en Río de Janeiro en julio de este año. Allí se tratará, entre otros puntos, la gobernanza global que desde el inicio de su mandato Lula critica con foco en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en donde busca un lugar como Estado permanente junto con China, Estados Unidos, Federación de Rusia, Francia, Reino Unido.
“Si queremos construir un mundo mejor, un mundo sostenible, los BRICS tienen que ser parte de esta construcción. Y es importante que haya un entendimiento entre estos países, porque este entendimiento ayuda a alcanzar un entendimiento más amplio [con otros países]”, dijo el embajador Eduardo Saboia, sherpa de Brasil en los BRICS, responsable de la coordinación entre países, en una entrevista a Agencia Brasil, en el comunicado difundido.
Saboia, en tanto, reconoció que dentro del bloque hay países “muy diferentes y con sistemas políticos diferentes, cada uno con sus desafíos” por lo que la idea es llegar al “entendimiento para buscar soluciones para la población”.
Durante los encuentros, los representantes de los países también deberán buscar una nueva forma de elección de la presidencia dado que en 2024 fueron sumados Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. Argentina también había sido aceptada, pero la gestión del ultraderechista Javier Milei decidió salirse y cambiarlo por el pleno alineamiento político ideológico con Estados Unidos e Israel.
Las amenazas de Trump
“La idea de que los países BRICS están tratando de alejarse del dólar mientras nosotros nos quedamos de brazos cruzados y observamos ha TERMINADO (sic)”, escribió el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a principios de diciembre en medio de un mar de amenazas que desplegó para distintos lares dijo que impondría un arancel del 100% a los productos de los países del BRICS en caso de que el dólar sea sustituido.
La iniciativa ya fue presentada en octubre de este año y Lula es uno de los más entusiasmados con su implementación. Se llama BRICS Pay, una nueva tarjeta de pago basada en blockchain diseñada para facilitar las transacciones comerciales entre los miembros del bloque y reducir la dependencia del sistema SWIFT, que tiene la idea de construir un sistema financiero global más justo y equitativo en las que los países desarrollados puedan realizar transacciones sin restricciones de las potencias occidentales.
Esto fue más de una vez criticado por Lula: "¿Quién fue que decidió el dólar como moneda después de que desapareciera el dólar como respaldo? ¿por qué no fue el yen, el real o el peso? Hoy los países tienen que correr detrás del dólar para poder exportar cuando podrían hacerlo con su propia moneda. ¿Por qué no podemos tener una moneda que pueda financiar la relación comercial entre Brasil y China o entre Brasil y otros países del BRICS?", dijo en agosto de 2023. En cualquier caso, para ese propósito ya la tiene a una de sus alfiles en el Nuevo Banco de Desarrollo del Grupo, que tiene su sede en China, la expresidenta y destituida en un golpe blando Dilma Rousseff.
Desde el Acuerdo de Bretton Woods, en 1944 –en donde se estableció la política económica mundial y se crearon organizaciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional-, el dólar se convirtió en la moneda estándar en el comercio internacional. Su aceptación universal y su conexión con las instituciones financieras globales solidificó a la moneda norteamericana como punto de referencia global.
Hasta ahora, los integrantes de los BRICS tienen la obligación de convertir sus monedas locales al dólar para realizar las negociaciones comerciales. Además, la dependencia crea vulnerabilidad a las fluctuaciones del dólar y de la política norteamericana, que afecta a las economías emergentes.
Nueve nuevos socios
Desde este 1° de enero también se suman nueve nuevos socios: Bielorrusia, Bolivia, Indonesia, Kazajstán, Tailandia, Cuba, Uganda, Malasia y Uzbekistán. Todos ellos mantienen un status menor que el de miembro, pero se les permite participar regularmente de las sesiones especiales, rees de cancilleres, entre otras actividades de alto nivel. Además, pueden contribuir a los documentos oficiales del grupo.
Cuando la medida fue discutida, fue el mismo Lula el que decidió vetar el ingreso de Venezuela al bloque, lo que generó una fuerte crisis diplomática que casi lo lleva a romper relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro.
Miércoles, 1 de enero de 2025