Honduras (10-4-25): El cónclave de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) realizado en Honduras terminó con rispideces: ante la presión de Brasil por “tomar decisiones para llevarlas a cabo”, la declaración final acabó por ser aprobada por “consenso suficiente” y dejó afuera las posiciones de Paraguay y Argentina. El documento de ocho puntos esgrime acuerdos básicos sobre la unidad y la integración de la región que hace 15 años se trabajan desde el organismo, pero, además, se hace eco de los discursos que resonaron fuertemente durante la jornada en contra las medidas emprendidas por el gobierno de Estados Unidos, al mando de Donald Trump. Les invito a que organicemos la Cumbre por el Bienestar Económico de América Latina y el Caribe, para hacer realidad una mayor integración económica regional sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a nuestras soberanías. https://t.co/38vJjHd5np #MUNDO| Durante el último tramo de la IX Cumbre de jefes de Estado de la CELAC se vivió un momento tenso luego de que la presidenta Xiomara Castro declarara como “aprobada por unanimidad” la declaratoria de la Cumbre, pese a que los gobiernos de Paraguay y Argentina se mostraron… pic.twitter.com/tCFh3miHgy
Por Carla Perelló
El encuentro de mandatarios cerró este martes con una declaración de ocho puntos que acordaron 31 de los 33 países, al cabo de una jornada en la que resonó el repudio a las medidas económicas y antimigrantes de Trump.
Su turno de hablar ya había pasado, ya había planteado la idea de que la autonomía de América Latina y el Caribe “nuevamente está amenazada”, que es necesario dejar las diferencias de lado e, incluso, propuso un programa de acción basado en tres ejes: defensa de la democracia, cambio climático e integración económica y comercial. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, también había llegado a decir que le encantaría ver a una mujer como secretaria general de las Naciones Unidas y había solicitado rever la regla del consenso que exige el organismo para aprobar los documentos o llamar a rees extraordinarias, pero algo pareció correrlo de eje, entonces pidió el micrófono nuevamente.
“No tenemos más tiempo para continuar debatiendo, es importante que en una reunión de esta envergadura se tomen decisiones y que podamos ponerlas en práctica, porque la política está muy deslegitimada, las personas no creen más. La CELAC es lo más importante que creamos en 500 años en América Latina, no hay salida individual para ningún país, nosotros comprendemos eso y estamos acá para tomar decisiones, sino nadie nos va a creer porque no decidimos nada”, soltó antes de que su par hondureña, Xiomara Castro, y encargada de llevar adelante el encuentro, levantara la Declaración de Tegucigalpa en sus manos y dijera “hay consenso”.
Fue en ese momento, que las delegaciones de Argentina y Paraguay encendieron sus micrófonos y pidieron la palabra para llevarle la contra. “No hay consenso”, llegó a decir una voz masculina. Sin embargo, Castro, levantó el martillo y la dio por aprobada. Lula, que había dicho que se tenía que retirar, todavía estaba ahí y vio como el resto de las y los presentes aplaudió.
Sobre el cierre, el canciller hondureño, Enrique Reina, explicó a las delegaciones que la adopción de la declaración se dio con 31 apoyos de 33 -es decir, que incluso firmó El Salvador, cuyo presidente Nayib Bukele es el único latinoamericano que se reunió con Trump en la Casa Blanca-, lo que se considera como un “consenso suficiente” sobre un documento que cuenta con principios básicos que “todas las naciones han respaldado en los ocho foros anteriores de la CELAC”. Ante esa respuesta, la representación argentina insistió: “No hay completo consenso porque hay que incluir una serie de puntos fundamentales”, dijo, en soledad.
Líderes latinoamericanos por la unidad y el multilateralismo, contra la guerra comercial y en reclamo por una política migrante humanitaria
La novena cumbre de la CELAC se llevó adelante en un contexto claramente particular: prácticamente todos los países sufren las consecuencias de las políticas de Estados Unidos desde que Trump asumió el pasado 20 de enero. Sean en materia económica o migratoria. Y eso se hizo sentir. Las y los presidentes presentes hicieron del primer foro de países que se llevó adelante en el mundo en medio de la guerra comercial desatada por Estados Unidos contra todo el mundo, pero contra China en particular.
Allí, además de Castro y Lula, estuvieron presentes: Gustavo Petro, de Colombia, que recibirá la presidencia pro-témpore; Luiz Inácio Lula Da Silva, de Brasil; Claudia Sheinbaum Pardo, de México; Luis Alberto Arce, de Bolivia; Yamandú Orsi, de Uruguay; Mark Anthony Phillips, de Guyana; Miguel Díaz-Canel, de Cuba, y Leslie Voltaire, de Haití. Y, también, los primeros ministros de ministros de Belice, Juan Antonio Briceño; de Guyana, Mark Anthony Phillips; y de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.
Ellas y ellos hicieron un recorrido y fuerte énfasis en el mantenimiento de la unidad como una clave para la fortaleza de la región para la negociación ante un mundo en el que Estados Unidos busca imponer el unilateralismo ante el multilateralismo, la integración y la cooperación más allá de las fronteras de la región. Para ello trabajó Honduras en su presidencia pro-témpore: reactivó el diálogo con India, buscó la cooperación estructurada con países del Consejo del Golfo Pérsico y con Turquía y creó puentes con la Unión Africana en búsqueda de una agenda común.
Para este año, además, está prevista la realización de la cumbre bi-regional con la Unión Europea y la conmemoración de los diez años de relación CELAC-China en los términos de una asociación estratégica en materia de infraestructura, cambio climático e integración.
“La migración es apenas la consecuencia de esa desigualdad geográfica del efecto de la crisis climática en el territorio. ¿Lo solucionamos poniendo cadenas? Ningún migrante puede llegar a una cárcel de esas (de máxima seguridad, como la de El Salvador), porque sería tratado como criminal y como esclavo y no lo es. Es un ser humano y América Latina no puede bajar la bandera de la dignidad humana”, sostuvo Petro -que recibió la presidencia pro-témpore- en uno de los fragmentos de su discurso que fue fuertemente aplaudido por manifestarse en contra de las políticas expulsivas de migrantes de Trump.
En el mismo sentido, se manifestó su par, la mexicana Sheinbaum: “Para nosotros, los migrantes son nuestros héroes y heroínas que cuidan de sus familias en México, pero que también sostienen una buena parte de la economía de los Estados Unidos”, dijo y cerró con una posición en contra del bloqueo de Cuba y contra las sanciones a Venezuela. Ella, además, propuso ir un paso más allá en el organismo: llevar adelante una Cumbre por el Bienestar Económico de la región “para hacer realidad una mayor integración económica sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a la soberanía”, dijo.
Ese punto, más tarde, fue también compartido por Lula: “No podemos permitir que la pelea entre Estados Unidos y China nos cause problemas, no queremos una segunda Guerra Fría, queremos libre comercio, multilateralismo”, soltó para alentar a sus colegas a “tomar decisiones” y criticó a Trump por “negar todo lo que fue dicho en los últimos 50 años” respecto al libre comercio y al multilateralismo.
El primero en abrir el micrófono había sido el presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, Leslie Voltaire, que pidió ante la comunidad de Estados una “solidaridad activa” y el acompañamiento ante Francia para el reclamo de reparación por los “daños del pasado y la restitución del pago”, así como en el pedido de transformar la misión de apoyo en seguridad en una misión de las Naciones Unidas, que el organismo hasta ahora evitó y que dentro del país también cosecha algunas resistencias.
La declaración de ocho puntos hace énfasis en el origen de la conformación del organismo en su origen, así como en el crecimiento de su propia institucionalidad. Entre ellos, en el compromiso del fortalecimiento de la CELAC como mecanismo de concertación política, en la vigencia de la Proclama de la región como “zona de paz”, la importancia de concertar intervenciones conjuntas en foros multilaterales en temas de interés común y en la profundización de los lazos de cooperación entre los países que conforman la CELAC como con otros países y grupos regionales. También reafirma el respaldo a la estabilidad de Haití, país que desde hace más de una década arrastra una situación de catástrofe constante, acompañada por la inestabilidad política y la violencia narcocriminal.
El posicionamiento más coyuntural, si se quiere, aparece en el punto 2, en donde, de una manera mucho más velada que en los propios discursos presidenciales, aparece el rechazo a las políticas de Trump. Propusieron, allí, “rechazar la imposición de medidas coercitivas unilaterales, contrarias al Derecho Internacional, incluidas las restrictivas al comercio internacional”.
En el punto 7, en tanto, se plantea la agenda que Colombia deberá llevar adelante desde la presidencia pro-témpore: energía (transición energética e interconexión); movilidad humana; salud y autosuficiencia sanitaria; seguridad alimentaria; medio ambiente y cambio climático; pueblos indígenas y afrodescendientes; ciencia, tecnología e innovación; conectividad e infraestructura; fortalecimiento del comercio e inversión; delincuencia organizada transnacional; educación; igualdad de género, entre otros.
Las tensiones con Argentina y Paraguay
“Fueron tenidas en cuenta algunas consideraciones nuestras, pero por otro lado hay cuestiones que no se ajustan a nuestra Constitución Nacional”, explicaron-y no dieron mayores detalles- desde la Cancillería de Paraguay ante la consulta de este medio sobre por qué decidieron no firmar. En tanto, no hubo respuestas por parte de la Cancillería argentina.
El disenso de Argentina y Paraguay parece no ser casual: ni Javier Milei ni Santiago Peña estuvieron presentes y, en su lugar, enviaron las respectivas delegaciones, según pudo confirmar El Destape con fuentes de la presidencia hondureña y de Paraguay.
Pero no sólo eso: ambos estuvieron juntos esta mañana en Asunción para elaborar una estrategia para lograr un tratado de libre comercio con Estados Unidos desde el Mercosur, contra las intenciones del brasileño Lula, de cara a una cumbre del bloque sudamericano que todavía no tiene fecha.
Las tensiones entre Milei y Lula las cosechan ya desde tiempos inmemoriales, al tiempo que los lazos con Estados Unidos por parte de Milei son de alineamiento irrestricto.
Desde el lado paraguayo, la relación entre Peña y Lula se tensó en las últimas semanas cuando las autoridades paraguayas descubrieron un supuesto espionaje por parte de los organismos inteligencia brasileños que llevó a la suspensión de la negociación por las tarifas de energía de la represa de Itaipú hasta que se aclararan las cosas. El Gobierno brasileño informaron que la acción te inteligencia había sido ordenada por el expresidente Jair Bolsonaro y que se frenó una vez que el gobierno petista supo que eso estaba sucediendo.
Sobre el Mercosur, Lula también se manifestó en su discurso de la CELAC: dijo que bajo su presidencia -que llegará en seis meses por el mecanismo de rotación- espera firmar finalmente el acuerdo con la Unión Europea y fomentó la integración con los países sudamericanos. La pulseada regional en medio de la pelea entre las potencias mundiales, todavía tiene final abierto.
Jueves, 10 de abril de 2025