El secreto está en tomar el sexo como una ceremonia. Hay que preparar todos los pasos detalladamente, tomarse un tiempo antes para prepararse internamente para el instante de la relación sexual como parte de un gran momento en la vida de cada uno.
Se cree que el placer puede ser cultivado y lograr aumentar cualitativa y cuantitativamente, valiéndose del erotismo. Este no se basa sólo en caricias mutuas sino en manifestar cada uno de los sentidos: tocar, oír, oler y saborear a la pareja.Son conocidos desde ese entonces los masajes corporales con esencias aromáticas para comenzar a conseguir el clima.La doctrina taoísta apunta a que la pareja construya “su propio templo” antes de hacer el amor. Aquél en el cuál pueda manifestar sus sentidos libremente, con ropa atractiva, libertad de movimientos y con aromas y sabores que le ayuden a despertar y profundizar el apetito sexual.
Otro elemento importante para el sexo “oriental” es respirar suavemente, hacerlo por la nariz, relajándose, olvidándose de todo lo que acontece alrededor y de lo que ha pasado en el día, dejando como único importante el placer de disfrutar el momento.
Como tercer paso, es necesario liberar el propio cuerpo, queriéndolo y animándose a mostrar las mejores cualidades del mismo, sin trabas ni complejos, halagando al compañero.
Para el taoísmo es importante mantener relaciones sexuales con continuidad, para enriquecerse mutuamente en todos los aspectos. Una vez que finaliza el acto sexual, se recomienda a la pareja no alejarse del compañero, ya que es un instante de extremada sensibilidad que conviene compartir juntos, cuerpo a cuerpo, intercambiando las experiencias positivas de haber disfrutado el momento.
Jueves, 18 de febrero de 2010