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Sexualidad
Magia sexual
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Lunes, 1 de marzo de 2010

La magia sexual tiene mucha relación con la práctica tántrica aunque se diferencia en el objetivo que busca, pues la primera va tras el poder, mientras que el tantra pretende alcanzar la consciencia espiritual.

La magia sexual se define como el arte de utilizar el acto sexual para la concreción de un deseo y para la expansión de la vida anterior, y parte del concebido de que el acto más importante en la vida del ser humano, tanto en nivel psíquico como biológico, es el orgasmo o clímax durante la unión sexual.

Hay cuatro factores fundamentales que deben darse para que la experiencia de la magia sexual se lleve a cabo con éxito.

El primero se refiere a la comunicación extra sensorial que ocurre durante el acto sexual, por la elevación de los sentidos que perciben más allá de lo evidente. Por ejemplo, tenemos la sintonía no verbal existente entre la pareja.

El segundo factor es el que se relaciona con la alta sensibilidad mental que se tiene antes, durante y posteriormente al coito, pues el ser humano concentrado en el acto sexual es especialmente vulnerable a cualquier estímulo sea positivo o negativo.

El tercer factor tiene conexión con el despertar que la sexualidad provoca en niveles profundos de la psique de la persona como planos inconscientes, mundos astrales o el Kundalini. Esto se comprueba por la frecuencia de sueños o visiones que se dan después del acto sexual.

Y el último factor, es que mucha gente dedicada al Tantra experimenta durante el coito lo que se conoce como Samadhi, o la percepción de la eternidad y la disolución de total del ego, lo cual se acompaña por lo general por la intensa sensación de que se es absorbido por la pareja.

A finales de siglo pasado, se formó una fraternidad secreta occidental que basó sus enseñanzas en la sexología oculta de Oriente y Occidente. Su nombre Ordo Templi Orientis, tiene las iniciales O.T.O. las que para los iniciados significaban Orden de Ov, palabra griega que hace referencia a la emanación de líquido o fuego astral, por lo que en términos fisiológicos se refería al semen y en el nivel psíquico al Kundalini, que según el Tantra es la valoración alquimista de los fluidos femeninos.

Esta orden retoma la idea tántrica de que en el momento de hacer el amor se libera mucha energía la cual puede ser utilizada y manipulada para propósitos mágicos y no dejar que se disipe y se desperdicie. Tal energía puede ser utilizada para la consagración de un templo, del mismo practicante o para la influencia telpática en otra persona.

También existen rituales en los que se utiliza la transustanciación que pretenden crear el elixir oculto de la vida a partir de los fluidos de la pareja, magnetizar un talismán. Las sustancias del cuerpo pueden de igual forma ser utilizadas para preparar efectivos afrodisíacos, perfumes y brebajes.

La sexualidad humana tiene implicaciones más profundas que la simple procreación. Por medio de cualquier acto tántrico la pareja toma consciencia de las necesidades del otro, se fortalecen los vínculos espirituales entre la pareja, y así el acto sexual es regenerador y espiritual, y logra la integración psicológica necesaria para separarse de las trabas culturales e ideológicas que imponen la vida actual.


Lunes, 1 de marzo de 2010

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