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Sexualidad
El Placer Secreto
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Viernes, 12 de marzo de 2010

El disfrute de hacer el amor se fundamenta en el contacto con el cuerpo del otro, y de hecho se logra maximizar cuando se exploran lugares que van más allá de los genitales, los pechos o los labios.

El placer se esconde donde uno menos espera, por eso es importante si se quiere tener una relación sexual verdaderamente satisfactoria probar nuevos lugares, ser creativos y superar las zonas er]ogenas tradicionales. Así, además se estaría asegurando la ruptura e la rutina.

Para que estos nuevos pasos funcionene en la pareja, es necesario que exista plena confianza, que no te sientas cohibida con tu pareja, y que ambos sean capaces de expresar lo que realmente desean a la hora del contacto íntimo, para así poder multiplicar el goce y realmente saborear el cuerpo de tu compañero.

Las mujeres y los hombres se diferencian por muchas cosas, y de hecho las zonas erógenas no son la excepción, y se distnguen claramente. En el caso femenino se ha demostrado que por lo general las áreas más sensibles son la boca -donde los besos tanto suaves como apasionados juegan un papel clave- la frente, las cejas, los párpados, las mejillas y por supuesto el cuello.

Además, no se pueden dejar de mencionar el lóbulo de la oreja, los senos, la zona que rodea al ombligo, la entrepierna, las ingles y la parte que se acerca a la línea del vello púbico o vientre bajo, pues son tal vez las zonas que despiertan el fuego y del deseo femeninos. Y cuando ya se encuentre descontrolada, las caricias en el clítoris serán el detonante de una pasión sin fronteras.

Por su parte, en el hombre la manipulación de sus genitales harán que entre en calor rápidamente, pues el hombre requiere aparentemente menos preparación que la mujer, sin embargo esto no hay que tomarlo como una regla, pues a ellos también les gusta el juego y el preludio al momento cumbre.

Así, que si quieres que él recuerde con placer tu compañía puedes intentar un suave y sutil contacto en los hombros, las palmas de las manos, la espalda y sus pezones. El hecho de que ellos no tengan los pechos como nosotras no quiere decir que no tengan sensibilidad en esta parte del cuerpo.

De igual forma, si te quieres aventurar y ser un poco más atrevida puedes tocar sus muslos y sus ingles, y el hueso de la cadera.

Así que ahora que ya conoces estos datos, ya puedes liberarte y dejar de sentirte reprimida. Haz un esfuerzo y dile lo que deseas, cómo quieres ser tocada y dónde quieres ser tocada. Verás que él no resistirá y entrará en el juego y probablemente también te confiese sus deseos más íntimos.

Después, tómense todo el tiempo, relájense y dedíquense a la mútua exploración. La contemplación del cuerpo del compa;ero es muy importante, por lo que cambien de idea y escojan las horas diurnas o enciendan la luz para el momento de la unión sexual. Así no sólopodrán ver donde tocan, sino que podrán intercambiar miradas de pasión.

Inicien el juego con besos en las manos, en los dedos, en los pies, rócense delicadamente con las yemas de los dedos o con el dorzo de la mano, pero extinedan las caricias a todo el cuerpo.

Sean creativos, jueguen un poco, y diviértanse que el sexo es para disfrutar.


Viernes, 12 de marzo de 2010

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