El mayor enemigo de la felicidad sexual es la monotonía. Aunque no es fácil renovarse eternamente, porque el repertorio personal puede ser limitado, hay cosas que aún puedes hacer.
Renovarse en la cama es una de las cosas que debe hacerse si se desea mostrar un poco de atrevimiento en el sexo. Y la innovación más básica es que, al menos de vez en cuando, no lo hagas en la cama.
Prueba el sofá del salón, sentada parcialmente en la encimera de la cocina, o en el mismo dormitorio, pero de noche, con las luces apagadas, tú asomada a la ventana y él abordándote por detrás.
También podéis hacer el amor a la luz del día, aunque sea en la cama. Y si habitualmente lo hacéis recostados sobre el almohadón, invertid la posición y hacedlo a los pies de la cama.
Fuera complejos (pide y haz lo que quieras)
Lo difícil es innovar cuado la novedad a introducir te resulta difícil de conseguir porque tienes que luchar con algún impedimento psicológico tuyo. Algún prejuicio o un complejo que te atenace e impida que te expreses con desenvoltura...
Los complejos son irracionales y, por definición, no resultan sencillos de suprimir de forma racional. Resultaría muy sencillo conseguirlo si procedieran "de la cabeza", pero los complejos y prejuicios proceden "de las tripas". Y ahí es muy difícil de actuar desde la cabeza.
Pero, con frecuencia, tales temores tienen origen en la fantasía.
La vergüenza, mala consejera
Una no se atreve hacer algo o cree ser de alguna manera porque teme unas consecuencias que sólo están en la mente de las personas. Y, con frecuencia también, se sufre más por lo que se teme que pase que por lo que pasa realmente. Naturalmente, como no se afronta nunca el objeto de temor, no se resuelve nunca.
¿Cómo habría que actuar? Enfrentándolo, claro.
Pero ¿cómo mostrar unos pechos que una teme que sean demasiado pequeños? ¿Cómo masturbarle si no lo ha hecho nunca? ¿Cómo dejarle hacer sexo oral si una teme oler mal ahí abajo? No hay otro modo: afrontándolo, haciéndolo, venciendo el temor. Al hacerlo, por mal que lo hagas, por peor que lo pases, nunca será tanto como temías. Y eso te ayudará a desdramatizar el asunto.
La próxima vez lo pasarás menos mal. Y a la siguiente, menos aún. Y si le cuentas tus temores a tu pareja y esta te crea un ambiente cordial, distendido, donde esos "fallos" carezcan de importancia, los temores serán menores.
Quítate la ropa
Si siempre tiene que desnudarte antes de tener relaciones sexuales, acuéstate directamente desnuda. En fin, deja fluir con libertad a tu imaginación. No te resultará difícil.
Prácticas fuera de lo común
Dile a tu chico que te muerda con suavidad en la nuca. Sentirás sensaciones nunca conocidas hasta ese momento. Házselo tú. Y lo sorprenderás. Dile que se vuelva boca abajo en la cama, colócate encima de él, y frótate contra el extremo inferior de su espalda; será una masturbación compartida estupenda. Y que lo haga él sobre tu espalda.
Si él siempre lleva las riendas, pídele que te deje atarle a la cama para hacerle tú cosas y dirigir la situación; si eso le parece mucho, véndale los ojos. Si acepta, podrás llevarle a sentir sensaciones muy intensas "torturándole" con tus caricias y la ausencias de ellas. O déjatelo hacer a ti.No le gusta a todo el mundo, pero sugiérele a tu chico que se deje penetrar por ti. Usa un dedo tuyo, pero existen arneses que colocarte a las caderas que contienen un pene artificial. Con la conveniente lubricación, podrás penetrarle por el ano mientras le masturbas. Pídele que te lo haga él, que te penetre, también con su pene por la vagina mientras te masturba con un vibrador.
¿No es cierto que se te ocurren otras cosas para hacer con tu pareja? No las dejes en tu mente. Atrévete a hacerlas y disfruta de ellas. No es malo.
Lunes, 15 de marzo de 2010