Para reformar esta ley deben estar de acuerdo todas las provincias. Por eso la Presidenta necesita el aval de Ricardo Colombi.El correntino anticipó que buscan una solución de fondo y no un parche.El gobernador Ricardo Colombi será convocado para discutir la nueva ley de coparticipación federal, una propuesta que se fogoneó por los kirchneristas como una contramedida a la jugada de la oposición al gobierno nacional.


Desde la Nación, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, anunció ayer que se convocará para los próximos días una reunión de gobernadores para tocar temas de actualidad nacional.

Las declaraciones las formuló al abandonar la residencia de Olivos, tras asistir a un almuerzo que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ofreció a legisladores nacionales del Frente para la Victoria.
Entre los temas que se debatirán con los gobernadores figura el proyecto K para reformar la coparticipación federal, una ley convenio que antes de llegar al Congreso debe tener el acuerdo de todos los gobernadores.

Como segunda condición para ser reformada, el nuevo reparto no puede bajar el porcentaje de fondos que hoy recibe cada una de las provincias. Son dos requisitos necesarios.

Corrientes ya anticipó que no cree que el reparto del impuesto al cheque sea una solución a largo plazo y mencionó que hay que trabajar de lleno una propuesta que reduzca la deuda de las provincias.

En gran proporción, los pasivos provinciales se corresponden con el rescate de las cuasimonedas que en el mismo paquete incluyó la refinanciación anual.

Un reparto muy desigual

Cálculos más, cálculos menos, de cada 10 pesos recaudados, la Nación se queda al menos con 7, y Corrientes, con poco más de 10 centavos, es decir que la actual distribución favorece al poder central.
Este año a la Provincia ingresará entre coparticipación federal, sin tomar en cuenta los descuentos por servicios de deuda, y el gasto del gobierno central, más de 7.000 pesos por cada correntino.

De estos fondos, los recursos que manejará la caja provincial son mínimos. Corrientes necesita más recursos, eso está claro. Pero no por eso se prenderá a las medidas que plantea la oposición.

El gobernador correntino es más partidario de discutir soluciones a largo plazo y que no se pueda modificar por un simple acuerdo fiscal, como pasó durante las presidencias de Carlos Menem y Fernando de la Rúa, los grandes acopiadores de los recursos provinciales.

Además, la sola posibilidad de reforma de los fondos coparticipables genera una fuerte presión de las provincias del centro del país, que quieren quedarse con gran parte de lo que generan.

Históricamente, el país fue a más de una guerra por el reparto de los recursos de la Argentina rica. Pero no sólo está en juego lo que se produce en la Pampa Húmeda, también las provincias petroleras quieren quedarse con esta renta.

En los años en que el petróleo valía más de 100 dólares el barril, toda la Patagonia llenó las cajas del gobierno central. El país retiene el 100 por ciento de las exportaciones de hidrocarburos por encima del costo interno.

El Estado fija un valor interno del barril, las petroleras venden parte de lo producido a valores internacionales, la diferencia entre los costos locales y los del mercado quedan en su totalidad para el país.

Todos recuerdan las declaraciones del gobernador de Chubut, Mario Das Neves, que aseguró que las retenciones petroleras a la producción de su provincia superaban ampliamente a lo que el campo reclamaba.

Lunes, 22 de marzo de 2010