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Opinión
Memoria, verdad y justicia
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Miércoles, 24 de marzo de 2010

Por Gabriel Link
El 24 de marzo fue decretado “Día nacional de la memoria por la verdad y la justicia”, esto no es un capricho, como pretenderán hacerlo ver algunos, tampoco debería ser ignorado por la mayor parte de la sociedad, como ocurre aquí en Paso de los Libres, donde ni las autoridades, ni las escuelas ni los medios se ocupan del tema como debieran hacerlo, con compromiso cívico y con responsabilidad.
El 24 de marzo no es un feriado más en el que no se va a la escuela y no se trabaja, o, al menos no debería serlo.


Hay una sola verdad, no dos. No hubo guerra sino exterminio, no se le puede llamar “guerra” a un espacio de tiempo en el que mueren 300 de un lado y 30.000 del otro y no se puede llamar guerra a un ámbito en el que quien se presenta como vencedor es el estado, que se dedicó a secuestrar, a torturar, a violar, a robar y estafar a las familias de sus victimas y a apropiarse de bebés para venderlos.

No señor… no hay teoría de los dos demonios sencillamente porque no hubo dos demonios, hubo un demonio en el poder y un grupo de gente que intentó exorcizar al pueblo de ese demonio, pero el demonio resultó ser tan malvado que prefirió abrirle la puerta a todas las entidades demoníacas que existían antes que dejar el poder y matar al exorcista; y eligió matarlo de la peor manera posible, matando también a su familia y a sus amigos y a sus hijos y si hacía falta a los vecinos también. Y disfrutó de hacerlo, y disfrutó el demonio también de todo el sufrimiento que causó, de la sangre y de las torturas; y se enriqueció el demonio, se enriqueció hasta niveles increíbles.
No señor… no hubo dos demonios, hubo uno solo!.

Mucha gente se enoja cuando tipos como yo hablamos de los milicos… y dicen “generaliza… y eso está mal, por que no fueron todos los milicos los que secuestraron, torturaron y mataron” y es cierto que no fueron todos, en persona, los que secuestraron, torturaron y mataron, pero los que no lo hicieron cubrieron a los que sí lo hacían, los alimentaron, les manejaron los vehículos, les lavaban y planchaban los uniformes y les arreglaban y aceitaban las armas, los cuidaban, los curaban, les tocaban marchitas y les llevaban las banderas manchadas de sangre argentina, les hacían ceremoniosos y respetuosos saludos, les mostraban respeto a los asesinos… lo acepto, en la práctica los que no mataron no fueron asesinos, pero fueron sus cómplices, no hubo, en ninguna de las tres armas, renuncias o bajas masivas durante la dictadura, ninguno protestó por los excesivos sueldos que cobraban en comparación a lo que ganaba alguien que, a diferencia de ellos, sí trabajaba, disfrutaron de la “primavera militar”. No denunciaron entonces y tampoco lo hacen ahora.

Dicen, aquellos que no mataron ni torturaron, que “no sabían lo que estaba ocurriendo”, y, o mienten o eran idiotas, a cualquier persona medianamente inteligente le tenía que llamar la atención la cantidad de hombres, mujeres y hasta adolescentes que entraban a los cuarteles y a las comisarías con vida y salían dentro de una bolsa de plástico o simplemente tirados en el baúl de un Falcon o en la bodega de un avión.

Todos ellos sabían lo que estaba pasando, tal vez no todos estaban conformes con lo que pasaba, pero incluso ellos son cómplices de los genocidas por no haber hecho nada para detenerlos.

Como también son cómplices los civiles que participaron del golpe y los que se enriquecieron gracias al golpe, y los políticos que ocuparon cargos públicos y los sindicalistas que los apoyaron y no lucharon; y también lo son todos aquellos que corrían la cortina y justificaban a los asesinos, y se justificaban en su cobardía, diciendo “se están llevando al vecino, ¿Qué habrá hecho?”.

Y son cómplices también, todos aquellos que decían que Videla era un “General Democrático” que venía a salvarnos de los excesos de Isabel, López Rega, Luder y la Triple A… no hay generales democráticos, los generales son militares, no democráticos; son verticalistas, no democráticos; ser “democrático” es algo muy diferente a ser general.

Es decir… en todos los sectores de la sociedad hubo cómplices para que el golpe del ’76 se diera y fuera exitoso, y creo que es necesario explicarles a los chicos que esto fue así, que hubo asesinos aberrantes, pero también que la sociedad toda se equivocó, que no funcionaron los anticuerpos naturales de una sociedad normal; y hay que enseñar esto demostrándolo de manera científica, no desde el resentimiento, pero mucho menos desde la negación.
Todo esto pasó, y es verdad… no hay otra verdad, y la única manera de lograr que la sociedad crezca es logrando que la juventud vea que fue lo que ocurrió, que los más chicos entiendan que solo si se comprometen con la libertad y si la cuidan, van a poder vivir en libertad, que los pibes aprendan que tienen que cuidar lo sagrado, lo fundamental y la mejor manera de cuidar lo fundamental es aprendiendo lo que la sociedad hizo mal para que ellos no se permitan la posibilidad de errar en el mismo sentido.

Lo fundamental es la libertad y el error que cometió la sociedad argentina en el ’76 fue habérsela entregado a los peores asesinos de la historia y a sus cómplices, pero las “pequeñas sociedades”, sobre todo las del interior y sobre todo aquellas que más se prestaron a esa entrega, hacen con el tema lo contrario a lo que deberían hacer, en vez de asumir sus errores los esconden, lejos de mostrarles a nuestros hijos nuestras equivocaciones, optamos por “olvidar y tapar”. En vez de hacer un ejercicio de la memoria, por la “verdad y la justicia”, los libreños escondemos la cabeza como el ñandú, poniendo permanentemente en ejercicio la mentira, para tapar las injusticias que supimos permitir y disfrutar.

Y resulta que lo hacemos casi todos, en todos los sectores, y quienes más lo hacen son, paradójicamente aquellos que más responsabilidades tienen en la formación de los jóvenes, los docentes, los políticos, los líderes religiosos y los medios de comunicación, es decir, quienes más esconden la realidad a los jóvenes son justamente aquellos que critican permanentemente a la juventud por su estrechez de ideas y su falta de horizontes.
Que bonita manera de lavarnos las manos… ¿no?.

E insisto… es imposible que una sociedad crezca sin conocer su historia y nosotros, los libreños adultos, les escondemos una de las páginas más importantes de la historia argentina (y libreña) a quienes deberán conducir los destinos de la sociedad dentro de algunos años.
Como podrán hacerlo bien..? Me pregunto, si ni siquiera conocen la verdad de lo que les pasó a su pueblo, si van a tener que callar para ocultar las culpas de sus padres o sus abuelos!.

Muy pocas escuelas libreñas hacen lo que deben hacer el 24 de marzo, no importan las instrucciones ministeriales en tal sentido, más allá de los esfuerzos individuales de algunos pocos docentes que cada año cumplen con su deber no hay en las escuelas libreñas un acto que, además de conmemorar, explique fehacientemente lo que ocurrió, que forme, que realmente genere conciencia en esos chicos a quienes criticamos permanentemente “porque están en la pavada”. Como lo harían, si todavía albergan a “agentes de reunión”, que operaban encubiertos en las escuelas entre su personal.

Los líderes religiosos, en vez de auto criticarse se esconden tras los festejos pascuales, sobre todo en el caso de los católicos del Opus Dei, el compromiso que ellos asumieron con el Terrorismo de Estado en los setentas es tan evidente y está tan vigente que sería utópico esperar una mención por parte de los curas a esas 30.000 almas que todavía ni siquiera descansan en paz.

La política libreña no escapa tampoco a la decisión de “olvidar” adrede, hacer actos conmemorativos iría en contra de los “principios” de aquellos que manejan nuestra “democracia”, si el Intendente, por ejemplo, hiciera un acto estaría defraudando a su padre, que fue quien le alquilaba al Side la estancia “La Polaca” para que mataran y torturaran gente; si los partidos políticos realizaran algún acto tendiente a mantener viva la memoria estarían también traicionando a sus amigos y jefes políticos, los Leconte, los Romero Feris, los Navajas Artaza, y la lista sigue… son algunos casos de funcionarios y colaboracionistas de la dictadura a nivel provincial, Panario, Freiche, Monti, y la lista también continúa, son algunos nombres de “notables” de nuestra sociedad que podrían molestarse con ellos. Es decir, algunos políticos por tener la conciencia (y las cuentas bancarias) manchadas de la sangre de Ricardo Franco, Pata Acosta, Pablo Martinelli, Susana Martinelli, Calú Oliva, Arnaldo Buffa y su esposa Hilda Vergara, Carlos Marcón y la lista lamentablemente también sigue… y otros por no molestar a los amigos, terminan escondiendo la verdad detrás de un manto de olvido, ignorancia y complicidad con los genocidas. Esos… autoridades y representantes esconden la verdad a quienes deberán sucederlos dentro de algunos años ¿Qué podremos esperar de ellos?, ¿Qué sean mejores que estos?, será difícil… muy difícil!

En casi todo el País habrá actos mañana, incluso en lugares que no tienen desaparecidos en su historia local, pero Libres no lo tendrá, solamente un comunicado de prensa del presidente del concejo y una notita de parte del intendente, perdida en el boletín de prensa municipal, una notita que nos “invita” a perdonar a los asesinos de la dictadura militar. (ver nota aparte)

Casi todos los partidos políticos, incluyendo a varios partidos de izquierda, en mayor o menor medida, fueron cómplices de la dictadura, aquí en Libres, 34 años después, lo siguen siendo… y la mayor parte de la sociedad también!


Miércoles, 24 de marzo de 2010

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