Hoy en día, la vida sexual se deteriora muy rápido en una relación de pareja estable debido a la monotonía y a la falta de incentivos. El fenómeno se conoce clínicamente como el deseo sexual inhibido y le ocurre aproximadamente al 50% de las personas que son monógamas.
Ante esta situación, la respuesta no es ni dejar a nuestra pareja, ni buscar una nueva sino más bien devolverle la chispa a esa relación que una vez funcionó tan bien.
Para hacerlo, hay que tener en mente no caer en la rutina, resistirse siempre a la comodidad de hacer lo mismo de siempre, y hacer uso de la imaginación y de la creatividad para alimentar la sexualidad. Hay muchas formas de hacer esto, y vamos a darte algunas sugerencias.
Lo primero es que hay que estar consciente del problema y estar segura de que quieres mejorar la situación. Luego, no dejes nunca de pensar en sexo y en lo que te gusta tu pareja. Después, empieza a crear interludios o momentos eróticos cuando normalmente no lo harías.
Por ejemplo, desde que te levantas empieza a sentirte sensual, quédate en la cama con él y siéntanse mutuamente sin llegar a nada más que incitadoras caricias. Una vez que están levantados, jueguen entre ustedes, pónganse la loción uno al otro, deja que él te ponga las medias de nylon, y a la vez siéntete bien contigo misma. Admira tu figura desnuda en el espejo, mientras él está cerca para que él te vea.
Durante el día, piensa mucho en él, en lo que te gustaría sentir sus brazos o su espalda, ten una o dos fantasías sexuales, llámalo y escucha su voz. En la noche, planeen una cita como cuando eran novios, o vayan al lugar donde primero hicieron el amor y repítanlo. Esto revivirá mucho la pasión que antes los unía tanto. También podrían reunirse esa noche para estar juntos y tener juegos eróticos.
La provocación es algo fundamental en la relación sexual, pues le agrega interés y aumenta el deseo. Así, un poco de resistencia con sutiles seducciones puede ser el secreto para un sexo maravilloso. De esta forma, abstente del sexo las próximas tres o cuatro veces que sepas que va a ocurrir. Seguidamente, cuando quieras tocar o besar a tu compañero no lo hagas del todo, sino con caricias o besos que no llegan a consumarse como tales.
Otra gran idea es intentar un momento de íntimas confesiones con tu pareja, ya sea a través de un juego o de un intercambio. Después, por qué no juegas a ser su hada madrina o su mujer soñada. Actúa la fantasía de él sin que él lo sepa y luego convéncelo de cumplir tu fantasía.
Muchas veces el hablar de eso resulta incómodo, por lo que no te compliques. No tienes que hablar, y si lo vas a hacer asegúrate de no hacerlo en la cama, ni en el momento erótico. Además, asegúrate de no exponer tus necesidades como reclamos, sino como una confidencia.
Un factor que se pierde mucho en las parejas ya establecidas es la espontaneidad. Cuando se dan cuenta, están haciendo el amor el mismo día de la semana, a la misma hora, en el mismo lugar y de la misma manera. Al volverse tan predecible, la sorpresa desaparece y el interés se pierde.
Para evitarlo y recuperar el encanto no pospongas el hacer el amor, cuando desees hacerlo y tu compañero esté cerca escóndanse en cualquier lugar y den rienda suelta a sus pasiones. Si ocurre cuando él está trabajando, llámalo y dile cuánto lo extrañas. Luego, cuando él regrese en la noche recíbelo con ropa sensual, y una botella de vino para tener una velada muy romántica.
En fin, para el amor no hay recetas, y básicamente se trata de que estés consciente del problema. Sólo usa tu imaginación y deja que tu pasión tome las riendas en algunos momentos. El dejarse llevar es a veces muy liberador y además fundamental para la relación.
Sábado, 27 de marzo de 2010