Las vías de acceso al placer son tan diferentes entre sí, como lo son las personas y las circunstancias que viven diariamente. La intensidad, el tiempo de duración, el placer que dejan durante la relación, son siempre diferentes. Experiencias únicas.
Pese a lo que se cree, los científicos dicen que hombres y mujeres experimentan sensaciones similares.
En el primer nivel de excitación no se siente nada de sensualidad por la situación (un negocio lleno de gente, una situación de urgencia, etc.).
El segundo nivel es, en los hombres, cuando se comienza a sentir cierta sensación en la base del pene, que empieza a entrar en erección (por alguna situación excitante), que a medida que aumenta llega hasta el nivel tres.
El nivel siguiente, el cuatro, es aquel en que la sensación comienza a ser bastante agradable, pero se puede detener con mucha facilidad. En ese momento hay que decidir si incrementar el nivel de excitación o no, pues si bien la sensación placentera es cada vez mayor puede detenerse sin problemas (hasta los niveles 5 y 6).
Si se continúa, la sensación requiere de una sexualidad inmediata (o por lo menos, el cuerpo). El corazón comienza a latir más fuerte y el rostro se ruboriza, se queda sin aliento y se agita. Llegó al nivel 7 y 8.
La siguiente fase causa una sensación de aislamiento, pierde ciertos recaudos y siente que va a explotar de la excitación, pasando al estado 9.5 del cual no se puede retornar, a punto de llegar al orgasmo, avanzando hasta el 9.9 en donde se experimenta un cambio psicológico y nada le hará dejar de disfrutar ese momento.
Es a la prolongación de este momento a la que aspiran todas las técnicas que prometen ayudar a producir múltiples orgasmos. Un anhelo tan viejo como eterno, y al cual muchos se aferran, buscando un viejo tesoro: la plenitud sexual.
Miércoles, 14 de abril de 2010