Para el juego de los sexos, las mujeres tenemos un montón de atractivos para los hombres, aunque ni ellos ni nosotras los tenemos conscientes o claros. Conócelos y aprende a inclinar la balanza a tu favor.
Se trata de ese no sé qué tan indefinible, tan abstracto como la imagen más efímera de un poema, tan incierto y desdibujado como las nubes o como el propio sentimiento del amor, que fascina a los hombres y que los impulsa a acercarse y a conquistarnos (claro también pasa a la inversa, y ellos tienen sus irresistibles rasgos que nos enloquecen a todas y que no sabemos por qué).
Las razones de porque un hombre puede sentirse como embrujado por los atributos ya sea físicos o no de una mujer no se han podido descubrir por más que la ciencia y el arte lo han intentado. Por ejemplo, es sabido que los glúteos como tales son una parte llamativa para las miradas masculinas. Pero ¿por qué esto es así?
Según las últimas teorías, esta zona del cuerpo funciona como metonima de los genitales, es decir los representa, pues se haya realmente cerca de esta zona "prohibida". Así, el movimiento de caderas de la mujer cuando camina o al bailar es un irrefutable incitador para el hombre que sin darse cuenta responde a este estímulo. Y es que hoy en día además la ropa destaca esta área del cuerpo en la mujer de manera que el hombre no pueda ignorar su presencia.
De la misma forma, las piernas despiertan el deseo en los hombres. Éste se debe probablemente a su cercanía con los órganos reproductores de la mujer. Además, es sabido que las piernas esbeltas gustan más a los hombres, aunque ellos no saben cuál es la razón. Y es que unas piernas estilizadas indican un pleno desarrollo sexual, pues se relacionan con la madurez de la mujer. Para ver lo relacionadas que están las piernas con el sexo, basta sólo con ver el impacto que producen en la sociedad ciertas posiciones de sentarse, como abierta de piernas, que expone del todo el área genital, y donde se puede adivinar la fisonomía de estas partes íntimas.
Por su parte, las rodillas y los hombros descubiertos son considerados como sensuales por cualquier hombre, ya que inconscientemente le recuerda la forma de los glúteos.
Los senos merecen especial atención porque además de presentar igualmente ecos de las nalgas o glúteos, en sí mismos representan los genitales, y son de por sí zonas erógenas. No es casual que se insista tanto en tenerlos erguidos, con diversas prendas, para mostrarlos más e incitar más abiertamente. Claro, que no todos los hombres responden a los pechos grandes; quienes gustan de los pequeños se sienten atraídos porque les recuerda la inocencia de la adolescencia. Lo que no se discute es que la fisonomía de los senos tiene fuertes incidencias en el deseo masculino.
Otras partes que tienen interpretaciones sensuales o eróticas son cualquier orificio en el cuerpo. Por eso, en nuestras sociedades es tabú el meterse el dedo en la nariz o en el oído. Ahora bien, la boca y el ombligo si tienen asignado un sentido altamente erótico, por ecos con los genitales y porque la boca en particulares la parte del cuerpo con la que besamos. La boca es igual de sensible al tacto que los genitales, y es por eso que las sensaciones de los besos son tan intensas.
La boca y el ombligo envían señales eróticas por su forma, por su coloración y por su voluptuosidad que remiten inevitablemente a los órganos sexuales, y es precisamente por eso que se tratan de resaltar de la mejor forma, de ahí que la pintura de labios sea tna importante y que hoy en día, las mujeres enseñemos a diario el ombligo.
Ahora que eres consciente de las armas con que cuentas, ve a conquistarlo con las señales que él no podrá ignorar.
Lunes, 26 de abril de 2010