Mucha gente fracasa en sus relaciones sexuales por el miedo, que a veces no es consciente pero que influye reprimiendo la actitud frente al sexo.
El mismo miedo a no llegar donde queremos o el temor a no gustar a la pareja puede influir para llevarnos al fracaso. Analicemos diversos factores que pueden llevar a no poder disfrutar del sexo plenamente.
Quedarse como espectador de tu propia sexualidad
Mantener relaciones sexuales satisfactorias supone entregarse completamente a la pareja, hay personas que no son capaces de dejarse de esa forma y en vez de enfrentarse a ello, lo que hacen es defenderse enamorándose de quien nunca las amará o haciendo que finalmente fracase cualquier relación.
Algo muy extendido también en mucha gente es la obsesión de querer quedar bien, eso hace que fracase en la mayoría de los casos, ya que esas personas nunca disfrutan del sexo por su propia inseguridad o por su obsesión por la perfección.
Analizar el acto sexual
Para poder sentir verdadero placer nunca hay que descuidar la forma de tratar a la pareja, siempre en detrimento de la técnica sexual que vamos a utilizar, es mucho más importante para pasarlo realmente bien, entregarse del todo teniendo en cuenta lo que le gusta a la persona que está contigo. Hay que olvidarse de cual será la mejor postura...cual la mejor caricia....si le pareceré atractiva o no.... con esa clase de análisis lo único que conseguimos es retroceder en el deseo sexual.
¿Quién llega primero al orgasmo?
Hay que desterrar de una vez por todas que hay que alcanzar el orgasmo a la vez para poder disfrutar del coito, cada cuerpo responde de forma distinta a la estimulación, tanto en cuestión de tiempo como en número de orgasmos.
Lo primero que hay que entender es que el hombre no tiene por qué responder con una potente erección a la menor estimulación, eso no es así, muchos de los fiascos sexuales o incluso de impotencias transitorias son debidas a esta falsa creencia que hace que el hombre se sienta fracasado por no poder responder inmediatamente.
Para llegar al orgasmo lo fundamental es abandonarse y olvidarse de cualquier tipo de control, llegar sea cuando sea, no hace falta que sea simultáneo con nuestra pareja, lo importante es que si uno de los dos llega antes, éste ayude al otro a alcanzarlo, sin hacer de eso una competición totalmente destructiva para la relación.
Sentimientos de culpabilidad
Un factor que puede llevarnos a un fracaso seguro es el sentimiento de culpabilidad, sentir que la sexualidad es algo sucio o pecaminoso. La religión y las costumbres sociales han contribuido en muchos de esos fracasos.
A pesar de sentir un impulso sexual importante las personas que se sienten sucias por sus pensamientos o incluso por sus fantasías sexuales, son incapaces de tener una vida sexual satisfactoria, pudiendo llegar a sentir placer.
También la desinformación y el misterio que rodea al sexo puede hacer que la persona no lo acepte como parte de su vida, y en consecuencia siempre exista en él un enfrentamiento constante entre los deseos de sexo y los sentimientos de culpabilidad.
Ofrenda del propio sexo como penitencia
Aunque a algunos pueda extrañar, hay personas que creen que los problemas que sufren o las enfermedades que padecen solo desaparecerán si son capaces de ofrecer una penitencia. Y muchos de ellos ven en la sexualidad la mejor penitencia, no practicarla hará que seamos más puros, más limpios.
No hay que olvidar que el impulso sexual no es más que una reacción física del individuo, si nos empeñamos en reprimirlo, al final podemos conseguir una verdadera disfunción que nos impida tener una vida sexual satisfactoria.
Masturbación
La masturbación consiste en una estimulación de los genitales, que normalmente practica la misma persona sola, tradicionalmente muy censurado y considerado como causa de enfermedades y dolencias. Sin embargo, estudios realizados han demostrado que lejos de ser algo perjudicial para el individuo puede llegar a ser una experiencia del todo satisfactoria a nivel psicológico.
El hecho de masturbarse puede llegar a relajar tanto al individuo que hace que sea capaz de dormir mejor o de quedarse más relajado, y eso no puede ser nunca perjudicial para nuestro organismo, al contrario.
Viernes, 9 de julio de 2010