Dos de los mayores placeres de la vida, juntos. Descubre las posibilidades de tu cocina.
En este blog hemos dedicado mucho tiempo a todo lo relacionado con los alimentos afrodisíacos. Y seguimos pensando que es uno de los temas que más curiosidad suscitan entre los lectores. Desde bebidas o cócteles, hasta chocolate, miel, sandía, espárragos, calabaza, fresas, almendras… un sinfín de posibilidades de las que, sin embargo, nunca estaremos al cien por cien seguros de sus efectos sobre nuestra líbido.
Amar y comer son dos placeres de los que los seres humanos tenemos la suerte de poder disfrutar. Y no siempre hay que hacerlo por separado… cocina y sexo pueden ir de la mano si nos lo proponemos. Mezclar lo mejor de la vida puede ser un buen aliciente para dar un toque diferente a las relaciones sexuales. Como iniciación, considera la cocina como el campo de experimentación sexual.
La cocina como lugar erótico es un cliché muy recurrente en muchas fantasías sexuales e incluso en las películas pornográficas. Ello es debido precisamente a lo que te decíamos antes: los placeres de la comida y de la cama se parecen mucho. Ambos te reportan gratas sensaciones. Por otro lado, la cocina es aquel entorno familiar, dedicado a las tareas domésticas, vulgar en su cotidianeidad… por lo que violar las reglas puede ser excitante para muchos. Tener sexo sobre la lavadora o encima de la bancada, echando al suelo platos y alimentos, es una transgresión de las formalidades de un hogar respetable. Por eso puede ser tan divertido.
Para aquellos que definitivamente piensen que la cama se ha pasado de moda, la cocina es un buen lugar donde trasladar sus inquietudes
Cocinar y amar, pueden hacerse al mismo tiempo
erotizantes. Podéis hacer infinidad de cosas juntos, aunque no lo parezca. Por ejemplo, cocinar algún plato exótico de un lugar remoto, con una buena dosis de especies (los olores y sabores foráneos siempre son más sugerentes), acompañado con un buen vino de reserva. Lo mejor para las ocasiones especiales. Eso sí, lo de beber y cocinar no es más que una excusa, si os pasáis con el alcohol o abusáis de las comidad pesabas… bye bye líbido. Si directamente prefieres las emociones fuertes y pasas de preámbulos, abre la nevera y encuentra algo con lo que embadurnar a tu compañer@. Puede ser divertido y muy sexy. Hacer el amor sobre la mesa de la cocina (o donde te parezca) hará que el espacio pierda la sacralidad que normalmente se le atribuye.
Transgrede el espacio cotidiano
Finalmente, siempre puedes cocinar sobre tu compañero. En la película de Sexo en Nueva York, Samantha espera a su amante con una buena ración de sushi distribuída sobre su cuerpo desnudo. A eso precisamente nos referimos con este artículo: échale imaginación a la cosa si lo que quieres es innovar y pasarlo bien. En este artículo te hemos dado unas cuantas ideas, por las posibilidades lúdicas dependen solo de vosotros. Lo dicho, ¡comed y amad!
Lunes, 2 de agosto de 2010