Con una ceremonia fastuosa que recordó a un carnaval, China concluyó su debut como anfitrión del mundo después de dieciséis días de una logística casi sin fallas para organizar los Juegos Olímpicos, a la que se sumó un logro atlético superlativo. Los grandes logros chinos coexistieron, sin embargo, con la cautela del gobierno hacia la disidencia y la libertad de expresión.
La emergente superpotencia obtuvo en gran parte lo que quería de estos juegos: una actuación dominante de sus atletas para coronar la cosecha de medallas de oro por primera vez y una organización prácticamente sin fallas que mostró instalaciones de primera y voluntarios animados a la mayor congregación pacífica de visitantes extranjeros.
Como extra, no uno sino dos atletas tuvieron probablemente las dos mejores actuaciones en la historia de las Olimpiadas: Michael Phelps con ocho medallas de oro en natación y el jamaiquino Usain Bolt con tres oros y tres récords mundiales en atletismo.
El Comité Olímpico Internacional, cuya selección de Beijing como anfitrión en el 2001 fue ampliamente criticada, insistió en que su decisión había sido reivindicada.
“Esta noche llegamos al final de 16 días gloriosos que recordaremos por siempre”, dijo el presidente del COI Jacques Rogge a la audiencia en el Estadio Nacional. “Por medio de estos juegos, el mundo ha aprendido más de China, y China ha aprendido más sobre el mundo”.
“Estos juegos fueron realmente excepcionales”, dijo, antes de declarar cerradas formalmente las olimpiadas.
El jefe del comité organizador de los juegos, Liu Qi, dijo que los mismos “fueron testimonio del hecho de que el mundo ha puesto su confianza en China”. Liu dijo que las olimpiadas fueron “una gran celebración del deporte, la paz y la amistad”.
Rogge y el COI fueron criticados por grupos de derechos humanos por su renuencia a cuestionar públicamente a China cuando surgieron varias controversias sobre la libertad de prensa y la detención de disidentes. Los atletas evitaron hacer declaraciones políticas, y las “zonas de protesta” establecidas en Beijing se quedaron sin ser usadas, pues las autoridades negaron permisos.
Pero la atmósfera en el cierre fue festiva. Dos tambores gigantes de 4,7 metros de diámetro fueron golpeados por hombres que colgaban con ellos desde las alturas sobre el centro del estadio Nido de Pájaro.
El desfile de banderas durante la clausura fue encabezado por la de Grecia seguida del resto en orden alfabético según el idioma chino, a lo que siguió el ingreso al estadio de los atletas, quienes ya sin la presión de la competencia disfrutaban de la fiesta tomando fotografías.
Durante la ceremonia de clausura se realizó la premiación de la prueba de maratón, ganada por el keniano Samuel Wanjiru, con un tiempo de 2h 06m 32s , seguido del marroquí Jaouad Gharib y de Tsegay Kebede, de Etiopía.
Entre los puntos destacados del programa estuvieron un dúo del tenor español Plácido Domingo y la soprano china Song Zuying, y una exhibición de kung fu por centenares de alumnos de una academia de artes marciales.
Londres, anfitriona de las Olimpiadas del 2012, recibió ocho minutos para una presentación que incluyó al guitarrista de Led Zeppelin Jimmy Page y la cantante Leona Lewis. El futbolista David Beckham pateó un balón hacia la muchedumbre de atletas a su alrededor. La bandera olímpica fue entregada formalmente al alcalde de Londres, Boris Johnson.
China invirtió más de 40.000 millones de dólares para realizar los Juegos Olímpicos.
Diez millones de personas presentaron solicitud para ser voluntarios durante la fiesta deportiva, de los cuales 10.000 fueron aceptados para trabajar en las sedes deportivas y muchos miles más para trabajar en la ciudad ayudando a los visitantes internacionales.
Lunes, 25 de agosto de 2008