Seguramente, quienes fueron testigos de ese primer encuentro, la noche del 13 de noviembre de 2005, en el salón Lituano, de la localidad bonaerese de Lanús, tuvieron sus dudas sobre el futuro de esa relación que acababa de nacer. Sin embargo, con el paso del tiempo, el vínculo entre Verónica Ojeda (29) y Diego Armando Maradona (47) se fue afianzando cada vez más, hasta llegar a este presente que los encuentra preparando el flamante hogar que la pareja compartirá en el barrio El Trébol, en Ezeiza.
Allí, la mujer que cautivó de tal manera al "Diez" que a la semana siguiente de conocerla la fue a buscar a su casa de Villa Fiorito, prefirió no viajar a Beijing con su pareja -que se encontraba siguiendo la actuación de los deportistas argentinos en los Juegos Olímpicos-, para ultimar los detalles de la mudanza que en días más realizará a la casa que compartirá con el más grande jugador de todos los tiempos.
La casa está rodeada de pinos y palmeras y tiene una piscina enorme. Verónica se está ocupando personalmente de apurar la construcción de la casa ya que sueña con que en los próximos días pueda estrenar junto a Diego el nuevo hogar, según publicó la revista Caras.
El martes pasado, Verónica recibió una gran cantidad de muebles con los cuales dejará el lugar hecho una pinturita. Ahora la pareja se convertirá en vecina del vicepresidente Julio Cobos que tiene su casa de fin de semana a unas cuadras de la que se están cosntruyendo en El Trébol.
Hogareña y de muy bajo perfil, Verónica se convirtió en la compañera inseparable de Maradona. Su compromiso con él es tal que, cuando Diego inició la exigente dieta que le indicó el doctor Ravenna, ella decidió someterse al mismo tratamiento para que su amor se sintiera acompañado.
Jueves, 28 de agosto de 2008