La mayoría de orgasmos femeninos son provocados mediante la autoestimulación. El psiquiatra del Hospital Ramón y Cajal, Jesús Ramos, recomienda a sus pacientes mujeres una buena sesión de masturbación. Ni pastillas, ni gimnasio, ni infusiones relajantes… lo mejor para combatir los nervios y ser un poco más feliz es, simplemente, aprender a procurarse placer

La búsqueda del placer presupone que la mujer tiene un deseo que suplir. Y la masturbación significa una aceptación explícita de dicho deseo. Es en el momento en el que la mujer asimila que puede aplacar sus deseos no resueltos por ella misma, cuando empieza a desarrollarse una concepción de la sexualidad femenina más activa. No en vano, y según afirma el doctor Ramos, la masturbación femenina no falla. Y si falla, es muy poco. Infalible en un 96% de los casos. ¿Que las mujeres no se masturbaban? El libro de Jesús Ramos, Un encuentro con el placer, desmiente totalmente este supuesto.

Una cosa es que no se practique y otra muy distinta que no se hable. Tradicionalmente, las mujeres han sido mucho más pudorosas con sus experiencias sexuales que los hombres. El hablar supone trasladar el sexo a una esfera que supera los límites de la intimidad del dormitorio, y que la mayoría de las veces significa también un intercambio de conocimiento. Al permanecer durante años el placer femenino encerrado entre las cuatro paredes de la esfera cotidiana, se le condenó a un desconocimiento prolongado del mismo.

Sin embargo, distintos estudios científicos han dado como resultado conclusiones muy alejadas de la creencia popular. La primera de esas creencias que damos por supuestas (sin que nadie las haya contrastado) es el pensar que los hombres tradan menos en eyacular. Bueno, pues puede que así sea en las relaciones sexuales que se dan en pareja… pero cuando hablamos de masturbación, las chicas llegan al orgasmo igual de rápido que los hombres. Y algunas, en estados de excitación muy elevados, llegan antes. Esta noticia, nada halagadora para las parejas, cónyuges y amantes varios, nos hace pensar que el problema no está (como muchos piensan) en la fémina, sino en su acompañante sexual. Otro de los mitos populares que desmiente Jesús Ramos Brieva es el hecho socialmente asimilado de que los hombres empiezan antes a masturbarse o que que las mujeres dejan de masturbarse cuando tienen una pareja estable. Pues no. Por otro lado, y como dato que lanzamos al vuelo, siempre es útil conocer el hecho de que prácticamente la totalidad de las mujeres prefiere la estimulación del clítoris como fuente de placer, antes que la masturbación vaginal.

Sábado, 2 de octubre de 2010