Además de la preocupación por ser chicas “malas” si gozan y desean tener sexo, muchas mujeres se preocupan de gozar del sexo de la manera "correcta".
Se preocupan de gustar, del olor, de la vestimenta. Se preocupan de la celulitis en sus muslos o por los “rollos” que puedan resultar poco atractivos.
Se preocupan de estar limpias “allá abajo”. Se preocupan de cuánto les lleva alcanzar el clímax, de cuánto el hombre tiene que acariciarlas, frotarlas, o penetrarlas para ayudarlas a llegar al máximo placer.
Todos esos pensamientos las alejan de lo que están haciendo. Por eso, ayúdela a sentir placer con su cuerpo, dígale con palabras, sonidos y miradas todo lo que la adora, cómo podría pasarse todo la vida acariciándola, que es un placer que usted pueda darle ese placer. Y llévelo a la práctica, porque si usted no aprende a dar placer a su pareja tampoco obtendrá placer propio.
Una vez que ella sea capaz de relajarse y focalizar sus sensaciones en que su cuerpo puede sentirse bien más allá de las distracciones de su mente, la trayectoria hacia el orgasmo será más clara. Y, con ciertas habilidades, usted podrá asistirla para que se “abra” de par en par al placer.
La mayoría de los hombres gozan de que su pareja toque sus órganos genitales en cualquier momento, estén excitados o no. No es el mismo caso para las mujeres.
Piense en la vagina como una puerta potencial que se abre, una puerta mágica que se abrirá feliz para recibirlo, pero solamente después de que usted haya llamado a la puerta correctamente.
Preceda sus exploraciones genitales centrando su atención en otras partes del cuerpo, besando primero el cuello, los pezones, los hombros, los brazos, acariciando todo su cuerpo.
Solamente después de estimularla mucho ella demostrará estar lista, a través de signos como respiración rápida, piel húmeda, las entrepiernas endurecidas, o gemidos que le indiquen que es hora trasladarse a su vagina. Una vez que su mano o su boca están cerca de esa zona comience a explorarla desde afuera hacia adentro – labios externos, clítoris, labios internos, canal vaginal.
Las mujeres generalmente alcanzan el orgasmo más rápida y fácilmente a través del estímulo del clítoris. El clítoris es extremadamente sensible ante la presión directa, sobre todo en los lados. El tacto alrededor del clítoris aumentará el nivel de "entusiasmo" de ella.
Al menos que usted sea un experto al usar sus dedos, es una manera mucho más segura comenzar utilizando su boca para lograr un estímulo oral del clítoris (siempre que ella esté cómoda con esto). Experimente variando presiones, movimientos y velocidades. Pregúntele a ella cómo le gusta más. Una forma de experimentar es probando diferentes maneras de tocar, y luego preguntarle si le gustó más la primera o la segunda.
Si ella quiere, invítela a masturbarse delante suyo para que usted pueda aprender exactamente cómo le gusta ser tocada. Muchas mujeres son tímidas al principio de una relación, pero con cierto estímulo pueden llegar a liberarse de los tabúes.
Muchos hombres se asustan que una mujer sea tan abierta. Pueden hasta dudar de su propia capacidad como hombres para continuar, o de poder desempeñarse adecuadamente. Pueden temer que si ella es demasiado sexual para él, puede irse de su lado y encontrar alguien mejor.
Una forma de que usted supere este miedo es recordar que usted no es el único responsable de darle a su pareja satisfacción sexual. Ella también debe poner de su parte. Pero si este miedo es muy fuerte, usted puede buscar asesoramiento psicológico que lo ayude a superarlo.
Cuando usted encuentra un movimiento o caricia en particular que realmente lo esté ayudando, trate de grabarlo y guardarlo en su memoria. Varíe hasta encontrar la medida justa.
La dirección, la velocidad, la suavidad, que sea ininterrumpido o no, etc. haga esto hasta que ella le pida con palabras o movimientos que cambie. Y siga aunque sus manos o su lengua estén cansadas.
Es una buena idea esperar hasta que esté bien estimulada antes de entrar con sus dedos o con su pene en la vagina. Generalmente, si no está lubricada (mojada), no está lista. Es tan simple como eso.
Si su amante no tiene buena lubricación, utilice un buen lubricante a base de agua.
La parte más sensible del canal vaginal son los primeros centímetros.. Es allí donde la mayoría de los nervios se localizan, así que comience por ahí. El Punto G suele encontrarse allí, en la parte superior de la pared vaginal, un par de centímetros hacia el interior.
Imagine un vaso que yace en el piso. Si usted alcanza la parte superior del mismo con dos dedos, podrá encontrarlo. Es difícil alcanzar el Punto G con la cópula, así que usted lo encontrará mucho más fácil con los dedos que con su pene. Existen también algunos vibradores que tienen una forma especial para alcanzar el Punto G.
Mueva los dedos índice y mayor como indicándole a alguien hacia dónde ir, y frote suavemente dentro de la vagina. Cuando se toca el Punto G, se puede notar una parte desigual o un área rugosa en la mucosa vaginal. Si no lo nota, no lo encontró.
El estímulo del Punto G puede producir orgasmos extraordinariamente intensos. Cuando una mujer está acercándose a un orgasmo del Punto G, puede sentir como que tiene ganas de orinar.
Esto puede ser por apretar tanto, parar, y volver a apretar. Si ella puede permanecer relajada y aguantar esa sensación de orinar, desaparecerá y se moverá hacia profundos placeres sexuales. La mujer debe orinar antes de que la cópula comience, así puede estar más relajada y disfrutar del momento.
Si usted toca su clítoris antes y durante la cópula, y da más placer tocando el Punto G con sus dedos, hay más posibilidades de que ella consiga un orgasmo vaginal profundo durante el acto sexual.
Aprenda los movimientos que la excitan. Dígale lo fabulosa que es sexualmente. Déle la oportunidad de que ame su propio cuerpo, tocándola y besándola por horas.
Ayúdela a que se olvide de la ansiedad por si el orgasmo sucederá o no, y a que se concentre a fondo en cada momento del acto sexual. Si usted logra que su mujer goce, usted también lo hará.
Sábado, 9 de octubre de 2010