Por Carlos Pérego
El hecho gravísimo de que embargaran un bien municipal como el Estadio “Agustín Faraldo” por la desidia y el capricho del Intendente Vischi, marca sin dudas una situación irreversible en las APTITUDES para gobernar que tiene el Intendente Dr. Eduardo Alejandro Vischi, dueño de una personalidad prepotente y mesiánica que lo lleva a pensar que tiene el derecho de manejar a la ciudad como si fuera el propietario y no el administrador.
www.surcorrentino.com.ar
Para entender lo sucedido con el embargo debemos remitirnos a los orígenes del suceso, en el año 2000, cuando Javier Schauvinhold, en ese entonces con 27 años, lleva por delante un montículo de escombros de un bacheo que no estaba señalizado frente al Regimiento de Infantería 5, de resultas del accidente el joven recibe heridas de consideración que determinaron una incapacidad total y permanente. La familia inicia las acciones judiciales contra la comuna por un monto de $ 364 mil, las instancias fueron apeladas por el municipio, perdiéndolas todas, hasta llegar al Supremo Tribunal de Justicia el cual falla en el año 2005 a que se le abone la suma solicitada mas la corrección desde el 6 de enero del 2000, lo que llevó a que el municipio le adeudara aproximadamente 1 millón de pesos.
En el interín de las decisiones judiciales el Intendente Vischi manda al Concejo una ordenanza mediante la cual se le pagaría al joven la suma requerida, pero en el insólito plazo de 15 años (QUINCE AÑOS) lo que nuevamente fue rechazado por el Tribunal por ser inconstitucional, esta actitud demuestra el profundo desprecio por la gente que experimenta Vischi, ya que ni siquiera el sentido de humanidad que debe primar en todo ser humano lo llevó a poder aceptar que algo o alguien como la Justicia pudiera estar por sobre sus “caprichos”, mucho menos a tener en cuenta la situación física del joven.
A partir de la orden del STJ en el año 2005, Vischi en una suerte de morbosidad absoluta, como fuera calificada su actitud por una edil de nuestra ciudad, se “empacó” en que no le pagaría a Javier Schauvinhold, a pesar de la necesidad que de dicho dinero tenía la familia para poder paliar al menos en parte, si es que eso es posible, la desgracia de estar en la situación en que se encuentra, teniendo que hacer terapia permanente para poder al menos moverse con cierta comodidad.
Actualmente la deuda ronda $ 1.233.000, mas las costas, lo que redondearía la suma en $ 1,5 millones, dinero que para una comuna que recibe este año algo cercano a los $ 35 millones, no sería desestabilizante, máxime cuando existen antecedentes que a principios de año se pagó una suma similar a un proveedor de la municipalidad, al contado, y no sucedió nada con las finanzas. También es dable aclarar que el pago que se debe hacer no es para acrecentar los bienes personales de alguien, sino un hecho de estricta justicia que no hace nada mas que paliar en parte la desgracia de un ciudadano, que usará ese dinero para tratar de mejorar en algo su vida si ello es posible.
A pesar de los reveses jurídicos Vischi siguió “encaprichado” en que sus decisiones son inapelables y ni siquiera comunicó al Concejo Deliberante la orden judicial de embargo del Estadio Agustín Faraldo que data del mes de Junio, según las expresiones de las asesoras letradas de la comuna, Emilia Veller y Adriana Sanchez, a los concejales y que por orden del Intendente no hicieron nada, lo que demuestra que para el alcalde libreño poco importan los bienes que tiene que administrar si en ello va algo en contra de sus mesiánicas decisiones y puedan dañar el profundo ego personal del que hace gala.
Caben por este hecho, sin entrar a tallar en todos las otras irregularidades que se supieron esta semana en la que la comuna libreña podría tener que llegar a pagar $ 9 millones de pesos por mal desempeño de los funcionarios municipales, abogadas, contadores e intendente, ver si la justicia actúa en consecuencia y si la fiscalía de turno tomará cartas en este asunto que compromete los bienes de la comuna.
Por otro lado las asesoras letradas Veller y Sanchez, como funcionarias públicas, no como empleadas de “Peteco” como ellas mismas se encuadran, deberían haber denunciado la comisión del delito de desobediencia judicial en que incurrió Vischi al no cumplir un fallo del STJ, lo que se encasillaría en la comisión del delito de mal desempeño de sus funciones.
El caso de Adriana Sanchez se vería agravado por que resulta difícil de entender que en alguna cuestión contable no estuviera al tanto ya que mantiene una relación sentimental con el Contador Municipal Santiago Prado, lo que de por si infiere que también Prado estaría al tanto de la desobediencia y del embargo, pero no hicieron nada.
Seguramente el hilo se cortará por lo más delgado y las asesoras letradas serán conminadas a presentar sus renuncias a fin de oxigenar las actitudes de caprichos mesiánicos de Vischi, y en este caso en particular se puede asegurar que la misma obedece a una persona con un morbo exacerbado y con una insensibilidad total, hecho que en lenguaje de la calle tendría otro nombre.
www.surcorrentino.com
Domingo, 24 de octubre de 2010